Turquía (Anatolia )

Verano del 2018

 

 

 

Nemrut Dagi, Diyarbakir, Sanliurfa, Edirne, Iznik, Gaziantep, MardinResultat d'imatges de bandera Turquia

GALERÍA DE FOTOS

Introducción

Hemos estado varias veces en Turquía pero nunca en esta parte tan alejada de Europa. Sin lugar a dudas es muy recomendable y del viaje de Verano del 2018 es lo que más nos ha gustado. Ha coincidido que no había turismo, igual por las noticias que llegan de los problemas políticos o también quizás nos ha gustado porque debido ala caída del valor de su moneda era todo muy barato, incluido el gas-oil, el hecho es que hemos disfrutado mucho de sus gentes, de sus infinitos paisajes y de sus joyas históricas. Un auténtico placer.

Fecha del viaje

Julio y Agosto del 2018

Moneda

Lira turca. Cuando llegamos el cambio era de 1€=5,5 Liras pero cuando salimos en Agosto el cambio ya estaba de 1€=7,5 liras. Mirar el conversor para saber el cambio actual

Billetes 5, 10, 20, 50, 100 y 200 liras
Monedas 1, 5, 10, 25, 50 kuruş, 1 lira

Hay multitud de cajeros y en los lugares turísticos algunas casas de cambio

Nivel de vida

Al sufrir una devaluación galopante en estas fechas, los precios eran muy asequibles. Igualmente es un país muy asequible donde te puedes permitir servicios de lujo  aprecios modestos

Visado

Los españoles necesitan visado, que se puede sacar por internet y que tiene una duración de 6 meses, desde que te lo conceden, pero sólo puedes estar en el país 90 días. Cuesta 20 $ con entradas múltiples. Se hace desde Internet y es inmediato desde esta página.

Salud

Nosotros consideramos que no hay problemas sanitarios en este país, pero el agua la bebíamos embotellada.

Seguridad

Es un país muy seguro, hay muchísimos controles de seguridad de la policia y el ejército, pero a nosotros no nos afectó ya que a veces nos paraban por aburrimiento y nunca tuvimos ningún problema. Además como, en general,  la policía y el ejercito no saben inglés, ni se molestaban en mirar nada

Transporte

Hay mucho transporte público, pero no tenemos información ya que nosotros fuimos en coche propio.

Electricidad

En Turquía el voltaje común es 230 V. La frecuencia es 50 Hz. Las clavijas y enchufes son del tipo Ftype_f_large-150x130

Diferencia horaria

Hay una hora respecto al horario de la Península

Guía de viaje

image (2)

ITINERARIO

Día 1:  ALEXANDROPOULOS – DADIA – SOUFLI – DIDYMOTICHO –  EDIRNE (TURQUÍA)
Día 2: EDIRNE
Dia 3: EDIRNE – POLONEZKÖY – BURSA – CUMALIKIZIK – IZNIK
Día 4: IZNIK – SAFRANBOLU
Día 5: SAFRANBOLU – INCEKAYA – KASTAMONU – KASABA – AMASYA
Dia 6: AMASYA – TOKAT
Día 7: TOKAT – SIVAS – BALIKLI KAPLICA – DIVRIGI
Día 8: DIVRIGI – MALATYA – BOGAZCALE – YANDERE – NEMRUT DAGI – YANDERE
Dia 9: YANDERE – KOCAHISAR – YENI KALE – ARSAMEIA – PUENTE DEL CENDERE – KARAKUS  TÜMÜLÜS – GAZIANTEP
Día 10: GAZIANTEP – YESEMEK –   ANTIOQUIA (HATAY) – ÇEVLIK – HATAY
Día 11: HATAY – ISKENDERUN – PAYAS –  CASTABALA – KARETEPE – SANLIURFA
Dia 12: SANLIURFA – HARRAN – BAZDA CAVES – GÖKTAS – SUAYB ANCIENT CITY – SOGMATAR – SANLIURFA
Día 13: SANLIURFA – GÖBEKLI TEPE – MARDIN
Día 14: MARDIN – DEYRULZAFARAN MONASTERY – DARA – MARDIN
Día 15: MARDIN – DIYARBAKIR
Día 16: DIYARBAKIR – HASANKEIF – BATMAN – MALABADI BRIDGE – BITLIS – TATVAN

Día 17: TATVAN – NEMRUT DAGI – AHLAT – ADILCEVAZ – ERCIS –  VAN
Día 18: VAN – AKDAMAR ADASI – ALTINSAÇ KILISESI – HOSAP – ÇAVUSTEPE – VAN
Día 19:  VAN – MURADIYE FALLS – DOGUBAYAZIT – KARS
Día 20: KARS – ANI – KARS – ÇILDIR GÖLÜ – POSOF – AKHALTSIKHE (GEORGIA)

Viaje por Georgia y Armenia

Día 21: BATUMI – GONIO – SARPI – ARTVIN ( TURQUÍA ) – ERZURUM
Día 22: ERZURUM – BAYBURT – GÜMÜSHANE – SUMELA MONASTERY – TRABZON – ORDU
Día 23: ORDU – SAMSUN – BOGAZKALE
Día 24: BOGAZKALE – GORDION – KÜTAHYA
Día 25: KÜTAHYA – EDIRNE

Diario de viaje

Llegamos desde Grecia…

DÍA 10 9-7-2018 LUNES

ALEXANDROPOULOS – DADIA – SOUFLI – DIDYMOTICHO –  EDIRNE (TURQUÍA)

Hoy ya pasamos a Turquía pues tenemos hotel en Edirne. Todos los museos de Alexandropoulos están cerrados al ser lunes. Nos vamos a un parque nacional que hay en Dadia, según los paneles informativos hay más de 200 pájaros, 60 mamíferos y un montón de rapaces y buitres. Hay una oficina de información, donde nos ofrecen una excursión en una furgoneta por 4 € por persona para ver buitres y polluelos recién nacidos. El problema es que la hora no acompaña, no vemos nada. Hay unos senderos que a otras horas debe valer la pena, está el sendero naranja que va de subida, unos 45 minutos y el de bajada es amarillo. En el observatorio te ofrecen telescopios, prismáticos etc., para poder ver, muy bien montado desde luego, pero el mediodía es normal que no veas nada. Hay unos paneles en griego y en inglés muy interesante.

Desde aquí vamos a Soufli, famoso por ser desde hace muchos siglos un emporio de la seda. Ahora quedan solo 3 empresas dedicadas a este negocio, pero hay un museo de la seda en una casa tradicional de la familia Tsiariki, que se dedican a esto desde hace 60 años. La entrada cuesta 3 €.

En Didymoticho, según la guía dice que vale mucho la pena la mezquita, pero está en proceso de restauración y tienen mucho trabajo. Es un pueblo lleno de militares, vemos un montón de camiones del ejército, tanques y demás parafernalia militar.

Sin más dilación nos vamos a Edirne en Turquía. En la frontera, salimos de Grecia sin novedad y al llegar a la de Turquía, son muy profesionales y eficientes. Le damos los papeles del coche, el visado electrónico que llevábamos impreso desde casa y en 5 minutos ya está hecho todo. Nos miran un poco el coche, pero como les hace gracia que vengamos desde Barcelona con el coche, pasamos sin problemas.

Edirne está a pocos km de la frontera. Es una ciudad de unos 150.000 habitantes y es bastante turística. Vamos al hotel que está a unos 2 km del centro. Se llama Unisite 6th Floor, nos cuesta las dos noches con desayuno 49 €. Es un pequeño apartamento, todo en blanco, con cocina, nevera, televisión y un balcón a la calle. Nos encanta, lo único que echamos a faltar es que no tiene aire acondicionado y hace mucho calor. Abriendo el balcón, entra algo de brisa pero igualmente hace calor, nos tenemos que duchar a menudo para aplacar el bochorno.

Estamos en Tracia, la provincia romana que compartían Turquía, Grecia y Bulgaria, y el único bastión turco en Europa. Ocupa solo una pequeña porción del territorio nacional. Cuenta con mucha influencia de los Balcanes.

Tracia tiene una riqueza increíble de arquitectura otomana, con mezquitas, edificios civiles igual de interesantes que los de la capital. También cuenta con el mejor raki del país, el evento deportivo más antiguo del mundo después de los juegos olímpicos y algunas aldeas de pescadores intactas en el Mar Negro.

Hemos venido en esta fecha para coincidir con un festival en Kirkpinar, a las afueras de Edirne.

Lo primero que hacemos es ir al recinto donde se celebrará desde hoy día 9 hasta el 15 de Julio. Al llegar vemos que está todo montándose, no creemos que hoy vaya a haber nada.

Volvemos al centro donde aparcamos y vamos a la oficina de turismo para que nos informen. El problema es que la chica no habla inglés, pero poco a poco entiende lo que queremos y llama por teléfono a alguien y nos imprime    el programa del festival. Las peleas son los tres últimos días con lo que no podremos verlo.

Todos los años en Julio en Sarayici, al norte de Edirne, se celebra uno de los eventos deportivos más antiguos y singulares del mundo, donde unos luchadores masculinos muy musculosos, vestidos solo con unos pantalones cortos de piel, se cubren de aceite de oliva y se enfrentan cuerpo a cuerpo. El acontecimiento recibe el nombre de Tarihi Kirkpinar Yagli Güres Festivali.

Los orígenes de este concurso se remontan casi a seis siglos y medio, a principios del imperio otomano. Antes de la conquista de Edirne en                1361, el sultan mandó a su hermano con 40 hombres a conquistar la fortaleza bizantina de Domus en Rumelia, la parte del imperio otomano europeo. Estos soldados eran aficionados a la lucha libre y después de sus victorias les gustaba enfrentarse entre sí. Dos de ellos estaban tan igualados que lucharon durante días sin que saliera un vencedor claro, hasta que ambos cayeron muertos de agotamiento. Tras el enterramiento de los cuerpos bajo una higuera cercana, brotó una fuente de manera misteriosa. El lugar se bautizó como Kirkpinar, que significa cuarenta fuentes, en honor a los luchadores.

Los luchadores que no se clasifican por peso, sino por altura, edad y experiencia, compiten en 13 categorías, que van desde minik, niños de 2 años, hasta bas, que es la primera clase.

Las luchas están limitadas a 30 o 40 minutos, tras los cuales  se pasa a la muerte súbita y gana el que derriba primero al contrincante.

Cuando se han concluido todas las luchas, se entregan distintos premios, como por ejemplo a la conducta caballerosa y a la mejor técnica de ataque, así como el ansiado título de baspehlivan o luchador de luchadores.

El recinto está en el Palacio Interior, una isla cubierta de matorral, que fue en su día el coto de caza del sultán.

Vamos a la joya de la corona de Edirne, la Selimiye Camii, fue diseñada por el célebre arquitecto otomano Mimar Sinan para el sultán Selim II. La mezquita es más pequeña pero más elegante que la de Estambul, del mismo arquitecto y se dice que es su mejor obra.

Es mejor entrar en la mezquita por el patio oeste, como lo concibió el arquitecto, en lugar de por el parque y las hileras de tiendas al sur.

La amplia cúpula, que con sus 31,3 m  es un ápice más ancha que la de Santa Sofía de Estambul, descansa sobre ocho pilares que no obstruyen la vista, además de arcos  y contrafuerte exteriores, construcción que da lugar a un interior muy espacioso.

Como las paredes solo cargan con parte del peso de la cúpula, pueden albergar docenas de ventanas por las que entra una luz que resalta el colorido de la decoración caligráfica.

Destaca el pulpito con su delicada talla de mármol y su tejado cónico con azulejos de Iznik,  y la fuente de las abluciones situada bajo la plataforma central del lector de oraciones. Parte del impacto que causa esta mezquita se debe a sus cuatro minaretes de 71 m de altura, que Sinan estrió para que dieran sensación de mayor altura. Cada torre tiene también 3 balcones o serefes, quizá un gesto de complicidad y respeto de Sinan a su predecesor, el arquitecto de la Uç Serefeli Cami.

Hay una madrasa en la esquina sureste del complejo que alberga el  Museo de Arte Turco e Islamico, cuyas 15 salas y patio central contienen una variedad de inscripciones en piedra y artefactos de principios de la era otomana, así como obras dedicadas a la lucha turca y a los derviches.

De aquí vamos a la Eski Cami, que es la Mezquita Antigua, que ejemplifica uno de los dos estilos clásicos de construcción religiosa usados por los otomanos en su antigua capital Bursa. Cuenta con filas de arcos y pilares que sujetan una serie de cúpulas pequeñas. En su interior hay un extraordinario mimber y la cúpula está decorada con diseños geométricos de color rojo vivo, blanco y negro. Las paredes están cubiertas con inscripciones caligráficas enormes. Las columnas de entrada a la mezquita se recuperaron de un edificio romano anterior.

Volvemos al hotel después de comer algo en un chiringuito lleno de gatos.

Hemos hecho 179 km

DÍA 11 10-7-2018 MARTES

EDIRNE

Hoy  seguimos explorando esta bonita ciudad. Primero de todo nos vamos a la mezquita de Bayaceto II, ya que está en las afueras y vamos en el coche.  Se levanta sobre un tranquilo emplazamiento en la orilla norte del río Tunca, a 1,5 km del centro. Fue construida entre 1484 y 1488, poco después de que Bayaceto II sucediera a Mehmet el Conquistador. La mezquita y sus patios ajardinados están abiertos al  público. El antiguo hospital, que incorpora un asilo, ha sido convertido en el Museo de la Salud. Cuesta 5 Liras turcas la entrada. Las salas están numeradas y es un museo alucinante. Muy didáctico para los profanos, supongo que un médico lo disfrutaría mucho, al ver los inicios de la medicina moderna.

Las terapias utilizadas en los pacientes desequilibrados de este asilo, una instalación modélica para su época, se basaban en el uso de agua, música y flores. La escritora turca Evliya Çelebi, contaba que aquí cantantes e instrumentistas tocaban música suave tres veces por semana. Una de las afecciones tratadas más comunes era el consumo de hachís. El patio interior porticado, al contrario que ejemplos posteriores, cubre una área tres veces mayor que la de la propia mezquita. En el interior, el peso de su impresionante cúpula descansa sobre extensas pechinas.

Cosas curiosas que vemos en el museo, es que donde encontraron un remedio para la viruela por primera vez fue aquí en Edirne. Una inglesa que vivía aquí, vio como hacían el tratamiento y lo probó con sus hijos. Como vio que funcionaba se lo dijo a una amiga inglesa que debían hacerlo en Inglaterra, pues en aquella época era  una epidemia y mucha gente moría o quedaba desfigurado.

Estaban muy avanzados en muchas cosas, como que había mujeres cirujanas que obligaban a firmar un contrato a los familiares de los operados para que no les pidieran indemnizaciones si algo salía mal en la operación. Hay reproducciones del instrumental que utilizaban en aquella época. Muy, muy recomendable.

De aquí vamos a otra mezquita también alejada del centro. Es la mezquita de Muradiye, que en su origen fue un hospicio derviche erigido en 1421 por Murat II, que soñó que el gran líder derviche Celaleddin Rumi, le pidió que se construyese un hospicio en Edirne. Fue más tarde cuando se convirtió en mezquita. Su interior destaca por sus enormes inscripciones y por los hermosos azulejos de Iznik del s XV. Hay unos carteles diciendo que por culpa de los vecinos incívicos faltan unos cuantos azulejos de la mezquita que han rellenado con algunos que no pegan demasiado. El barrio donde está la mezquita no es muy recomendable, son chabolas y un personal que no nos mira con demasiado cariño porque son muy pobres y van vestidos de una manera muy particular, las mujeres con unos bombachos de colores, pañuelo en la cabeza también de colores etc.

De aquí ya nos vamos a aparcar al centro que hay unos parkings muy bien situados. Lo primero de todo es comprar el HGS, que es un adhesivo que te permite circular por las autopistas sin parar. Se compra en las oficinas postales y en las gasolineras. Tienes que llevar el pasaporte del conductor, los papeles del coche y al preguntarnos qué vamos a hacer nos pide 150 LT más 7,5 LT que suponemos que es la tramitación. Tenemos que informarnos cómo se comprueba el saldo ya que Turquía es muy grande y al cambio son como 30 €, no nos parece mucho.

Con este trámite realizado nos vamos a visitar el barrio de Kaleici, es lo que fue la ciudad en la época medieval y sus callejuelas están dispuestas en cuadricula. Descubrir la zona sin rumbo es una buena opción, pero nosotros vamos dirección a la Gran Sinagoga, acabada de restaurar hace dos años. Tenemos que pasar un control de metales, suponemos que para evitar un posible atentado. Antes del gran incendio que asoló Edirne a principios del s XX había 13 sinagogas, las cuales se quemaron todas. Los responsables judíos llegaron a un acuerdo con el gobernante de la época para hacer una sinagoga que reemplazara a las que se habían perdido con el fuego.

La zona está llena de casas con ornamentaciones de madera muy bonitas, algunas restauradas pero otras necesitan muchos arreglos.

Vamos a la Makedonya Kulesi, una torre macedonia restaurada, parte de una antigua fortificación de la ciudad que se remonta a la época romana. En torno a su base, se realizaron excavaciones entre el 2002 y el 2003 y se descubrieron partes ocultas de la antigua muralla, así como una necrópolis y restos de una iglesia bizantina. Los objetos que se encontraron se exhiben en el Museo de Arqueología y Etnografía de Edirne, al cual iremos más tarde.

Justo al lado está la mezquita de los Tres Balcones, con sus cuatro minaretes que llaman la atención por ser muy distintos entre sí, domina Hürriyet Meydani. El nombre hace referencia a los tres balcones del minarete más alto.

Se construyó entre 1438 y 1447, con su diseño a caballo entre las mezquitas selyúcidas turcas como la de Konya y Bursa y el estilo puramente otomano. El patio cubierto, con su sadirvan central, supuso entonces una innovación que luego se estableció como una característica habitual. Enfrente hay un hamman diseñado por Mimar Sinan para el gran visir.

Vamos a la Selimiye Camii otra vez porque ayer no había mucha luz. Al salir vamos al Museo de Arqueología y Etnografía, la entrada cuesta 5 LT. Tiene delante un jardín de tumbas de jenízaros. En el exterior del museo se encuentran todo tipo de vasijas, esculturas, un dolmen, menhires y una tumba familiar romana del s II.

Dentro los objetos expuestos se consagran a la historia local y a los productos tradicionales. Se exponen bordados, útiles de caligrafía y juegos de café. Hay varias reconstrucciones de estancias antiguas, entre ellas una habitación nupcial y otra para practicar la circuncisión.

La sección arqueológica va desde la prehistoria hasta el periodo clásico de Adrianópolis y en ella se exponen hallazgos recientes de la torre macedónica. No vale mucho la pena, es muy pequeño y seguro que hay oportunidades de ver museos mejores, pero con el solazo que pega es un descanso.

El parking estando casi 4 horas nos cuesta 10 LT.

Nos vamos al hotel un rato a descansar y cuando baja un poco el calor vamos otra vez al festival de lucha a ver si tenemos suerte y vemos algo, pero no, está todo muy desolado y volvemos hacia el hotel, pero vamos al Carrefour y a un centro comercial que si te abstraes es como los nuestros y los compradores también.

Hemos hecho 30 km

DÍA 12 11-7-2018 MIERCOLES

EDIRNE – POLONEZKÖY – BURSA – CUMALIKIZIK – IZNIK

Desayunamos en nuestro cómodo hotel pero hay que seguir camino. Nuestro primer objetivo es Polonezköy, a las afueras de la enorme Estambul. Ya son 15 millones de habitantes y creciendo. En cambio esta ciudad tiene unos 900 habitantes, la razón de venir aquí es que es una colonia de polacos que llegaron aquí en 1842 huyendo de la opresión rusa.

Unidos por los políticos, los polacos lucharon en el ejército turco contra Rusia, durante la guerra de Crimea. Eximidos del pago de impuestos por su participación en la guerra, se asentaron en este pueblo. Al contrario que otros emigrantes, que se dirigían  a Estambul para comerciar, los polacos llegaron en busca de libertad. Conserva su antiguo encanto y tradiciones culinarias y es un popular destino para excursiones de un día. Hay muchos bosques para hacer excursiones, con balnearios y restaurantes para comer autentica comida polaca.

Las casas son preciosas con enormes plantas de hortensias, todo muy europeo. Hay muchos perros callejeros, da mucha pena.

Pasamos un puente que han construido magnífico que cuesta 71,75 Liras turcas, que tienen que pagar los que no llevan el HGS. Pasamos otro peaje que son 19,90 LT.

De aquí vamos a Cumalikzik que se encuentra cerca de Bursa en el Parque Nacional de Uludag. Osman I fue el fundador de la dinastía otomana gobernó un pequeño emirato en las fronteras del decadente Imperio Bizantino. A este señor se le atribuye la fundación de siete pueblos para sus siete hijos y sus novias. Es el mejor conservado de los cinco pueblos supervivientes y está considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Entre sus casas conserva varias construcciones realizadas con partes de madera de más de 750 años de antigüedad.

Hay que aparcar a la entrada del pueblo, no se puede aparcar en la población. Cuesta 5 LT sin importar el tiempo. Hay que ir bien calzado pues hay que subir y bajar por una calzada de piedras totalmente desiguales. En nuestra humilde opinión  no vale mucho la pena. En el museo hay unos cuantos artilugios, muchas fotos y ninguna información en otro idioma que no sea turco. Eso sí, es gratis.

Hay algo de turismo, pero todo nacional, aunque hay unos cuantos de Arabia Saudita, las mujeres totalmente tapadas de negro. Vemos que es una zona muy tradicional, las mujeres en general van muy tapadas. Las tiendas, muy numerosas, casi no dejan ver al pueblo, ya parece China.

Ahora ya sí que vamos directamente al hotel, que ya estamos cansados, sobre todo Antonio de conducir.

El hotel está en Iznik, se llama Seyir Butik y nos cuesta la doble con baño 36,55 €. El responsable es muy simpático y la habitación está limpia y muy correcta. Tiene un jardín muy agradable y además es restaurante. Está muy bien ubicado, cerca del lago.

Vamos a pasear un rato, ya que llevamos muchas horas de conducción y necesitamos despejarnos un poco. Esta población tiene unos 20.000 habitantes, muy agradable para pasear.

Su legado más importante data del s XVI, cuando sus hornos producían las cerámicas más hermosas que jamás se hicieron en el mundo otomano.

La cerámica antigua es azul cobalto y blanco, pero fue en el s XVI cuando se consiguió un color rojo tomate. Los diseños empleados eran una mezcla de los chinos y los árabes. Los paneles de azulejos para cubrir paredes no se utilizaron hasta el reinado de Solimán el Magnífico, que empleo azulejos de Iznik para restaurar la Cúpula de la Roca en Jerusalén.

La ciudad adquirió importancia por primera vez en 325 d.c., cuando el emperador Constantino la eligió como sede para celebrar el primer concilio ecuménico de la Iglesia Cristiana, que tuvo como resultado la promulgación del credo niceno, que establecía la doctrina de la naturaleza de Cristo en relación con Dios.

Los selyúcidas tomaron Nicea en 1081 y la llamaron Iznik. Fue reconquistada en 1097, en la primera cruzada, en nombre del emperador Alejo I. Tras la captura de Constantinopla por los cruzados en 1204, fue capital del imperio de Nicea durante 50 años. En 1331 se incorporó al Imperio Otomano. Rodeada de una muralla, sus dos calles principales forman una cruz y de ellas irradian las calles secundarias, trazando un plano de cuadricula. Las murallas siguen configurando más o menos los límites de la ciudad.

La construyó el griego Lisímaco en el 300 a.c., cuando gobernaba la ciudad, pero fueron reparadas por los bizantinos y los otomanos.

Extendiéndose a lo largo de 3 km, las murallas están salpicadas de grandes puertas. La principal la puerta de Estambul, marca el límite septentrional y está decorada con un relieve de hombres a caballo luchando y flanqueada por torres bizantinas.

Uno de los monumentos más antiguos, la iglesia de Santa Sofía, se alza en el centro de la ciudad. La iglesia era el centro religioso más importante de la bizantina Nicea. El edificio actual fue erigido tras el terremoto de 1065. Hace pocos años la han restaurado y es una mezquita.

Hay muchas tiendas donde venden cerámica de Iznik, algunas muy delicadas y bonitas.

Después de pasear un rato nos sentamos a cenar en un restaurante al lado de la Agia Sofía, nos tomamos un Kusbasili Pide y un Karisik Pide, una Coca-Cola, botella de agua grande y nos regalan una ensalada y unos tés, todo 34 LT, más o menos 6 €.

Hemos hecho 476 km

DÍA 13 12-7-2018 JUEVES

IZNIK – SAFRANBOLU

Hoy tenemos el hotel en Safranbolu, también llamado Karabük. Antes de salir visitamos la Mezquita Verde o Yesil Cami, del s XIV, que debe su nombre a los azulejos de su alminar. Es diferente a las otras mezquitas pues está construida con mármol blanco, y aprovechando columnas romanas para su decoración. Enfrente está el Museo de Iznik, cerrado por restauración. Es el antiguo comedor de beneficencia que Murat I hizo construir para su madre. Nacida princesa bizantina, se casó con Orhan I para consolidar una alianza diplomática.

Los terrenos del museo están llenos de estatuas de mármol. Dentro, las majestuosas salas encaladas contienen ejemplos de azulejos originales de la ciudad, con su lechoso blanco azulado y sus variados matices de rojo. También se exponen los hallazgos de 8000 años de antigüedad del túmulo funerario de Ilipinar, que se cree que guarda relación con la cultura neolítica balcánica.

Vamos a ver el teatro, pero está cerrado. Hay gente dentro restaurándolo, ya que los diferentes terremotos que ha habido, lo han dejado muy perjudicado. Damos una vuelta para ver unas cuantas puertas de la muralla, en proceso de restauración.

Emprendemos la ruta hacia nuestro destino final, al principio hay unos km que son malos pues están asfaltando la carretera, pero al momento llegamos a una autovía y después a una autopista que no está demasiado ocupada. Antes de Bolu dejamos la autopista, es muy aburrida, hemos pasado un peaje que no sabemos cuánto y otro de 5 LT. Más adelante cogemos otra vez la autopista y nos cuesta 2,75 LT. Los últimos 106 km son por nacional pero bastante buena.

Ponemos gasolina a un precio muy barato para lo que hemos visto hasta ahora a 5,25 LT el litro de gasoil que son 0,97 €. En turco al diesel le llaman “Motorin”. En general el precio es alrededor de 5,75 LT que es 1,07 €.

La zona del mercado de Safranbolu, un laberinto de calles estrechas y tiendas de mercaderes, cuenta con varias residencias otomanas. Debido a su importancia arquitectónica, ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En época otomana descansaba sobre una de las principales rutas comerciales. Sus bonitas kanaks o mansiones fueron erigidas por mercaderes y artesanos acaudalados. En verano residían en el barrio de Baglar y en invierno se mudaban al de Çarsi o bazar, un barrio más resguardado que rodeaba la mezquita Kazdaglioglu.

La zona de bazar tiene un montón de tiendas de souvenirs, a unos precios reventados, vale la pena comprar aquí si se tienen que hacer regalos. Es una zona donde se trabaja mucho la madera, venden unas lámparas de pared hechas de madera, con la forma de las casitas del pueblo, a unos precios ridículos, como 7 LT, 10 LT y las más grandes 24 LT que no llegan a los 5 €. Por cierto hay que ir bien calzado, las calles son peligrosas.

Durante el s XVII, la principal ruta comercial otomana entre Gerede y la costa del Mar Negro pasaba por Safranbolu, lo que significaba comercio, importancia y dinero para la población. En la actualidad una gran cantidad de dichas edificaciones  aún se mantiene en pie.

Posee tres zonas diferenciadas: Kiranköy, Baglar y Çarsi. El mero hecho de caminar por Çarsi es un festín para los ojos. Casi todas las casas del barrio son originales, muchas se han convertido en hoteles, restaurantes o museos.

Kaymakamlar Müze Evi, la más interesante de tres casas antiguas que se han convertido en museos, posee todos los rasgos típicos de las casas otomanas. Pertenecía a un teniente coronel y aun parece un lugar notable al subir las escaleras hacia la decoración de madera del techo. Los cuadros recrean escenas cotidianas como los baños-armario y el banquete de bodas, momento en que las mujeres servían a los hombres usando los dönme o tornos giratorios. La entrada cuesta 5 LT y se puede ver un video que resume lo mejor de la casa, de Safranbolu y lo que hay que visitar en los alrededores.

Hay un edificio muy bonito que es el Cinci Hamam, con baños separados para hombres y mujeres, todavía en funcionamiento.

La Izzet Pasa Camii es una de las mayores mezquitas construidas durante el imperio otomano. La encargó el gran Visir en 1796, fue restaurada en 1903 y muestra influencia arquitectónica europea. Pasada la Kaymakamlar Müze Evi, se llega al Hidirlik Parki que ofrece vistas panorámicas. El mausoleo del político del s XIX Hasan Pasa, se puede ver desde la calle.

La alta y esbelta Mümtazlar Konagi, antigua casa del muftí principal de la madrasa de Safranbolu, tiene poca cosa por dentro.

La Kileciler Evi también cuenta con piezas de los años cincuenta entre las reliquias familiares de los aparadores. Como explica la hoja de información, los 99 aparadores simbolizan los 99 nombres de Dios.

Las casas otomanas de madera solían tener dos o tres plantas, las superiores sobresalían sobre las inferiores y se apoyaban en ménsulas talladas. Sus estructuras de madera se rellenaban de adobe y luego se recubrían también con esta mezcla de barro y paja. En ocasiones, las casas se dejaban si enfoscar, aunque normalmente les daban un acabado de escayola o cal y añadían elementos decorativos de escayola o madera. Cuanto más rico era el dueño, más elaborada era la decoración.

En el interior, las más grandes contaban con 10 o 12 habitaciones que se dividían en selamlik (dependencias de los hombres) y haremlik o dependencias de las mujeres. A menudo se decoraban con nichos o armarios empotrados y poseían bellas chimeneas de escayola con campanas cónicas. Algunos techos eran muy elaborados, en alguna casa pretende emular a un candelabro de madera.

En las casas destacan los hayats, corrales donde vivían los animales y se almacenaban herramientas, los sistemas de calefacción central que se alimentaban con chimeneas enormes. En cuanto a los famosos sedirs o bancos para sentarse que recorren las paredes, servían también para dormir, y la ropa de cama se guardaba en los baños, que eran usados durante el día como armarios.

El castillo situado en lo alto de la ciudad se demolió a principios del año pasado, para dejar espacio al antiguo edificio del gobierno. En los jardines hay una exposición de relojes de distintas ciudades de Turquía en una proporción 1:10.

Al lado está la torre del Reloj, construida por el gran Visir Mehmet Pasa. Se puede subir a la torre y si coincide en una hora en punto se puede ver el martillo del mecanismo del reloj en funcionamiento y oir como resuenan las campanadas en las colinas circundantes.

Si se visita en septiembre, uno se encontrará el Festival Internacional de Cine Documental del Azafrán Dorado y la Semana del Folclore  y Tesoros Arquitectónicos de Safranbolu.

Entramos en el Cinci Hani, el caravasar de piedra que tiene un par de siglos más que casi todas las casas otomanas, aunque el espacio y la decoración de las habitaciones son algo más limitados en comparación. La enorme suite Han Agasi Odasi es una joya. Tiene cocina, salón y un baño tipo hamman con una antigua bañera de piedra. Cuesta 1 LT entrar a visitarlo si no estás alojado aquí o no vas a consumir nada en el restaurante.

Nos quedamos a cenar al lado del Hamman, unos kebabs de pollo y ternera, con acompañamiento de de arroz y ensalada, Coca-Cola y agua por 39 LT. Es una pena porque esta zona es bastante tradicional y no hay cerveza para acompañar la cena. Las mujeres, incluso las pequeñas, van tapadas de arriba abajo. Otra cosa curiosa es que  hay autocares llenos de chinos!!!!

El Hotel se llama White House (Beyazkonak) y nos cuesta 20 € la doble con baño y desayuno. La habitación está bien, nos deja elegir entre las 3 que hay en esta casa. Nos quedamos con la que tiene más ventanas, es muy agradable. El problema de tanta ventana es que en cuanto se hace de día entra muchísima luz, en la casa principal que la tienen toda llena, si que tiene contraventanas, cosa muy necesaria.

Hemos hecho 332 km.

DÍA 14 13-7-2018 VIERNES

SAFRANBOLU – INCEKAYA – KASTAMONU – KASABA – AMASYA

El desayuno es en un patio enfrente de donde tenemos la habitación, y oh sorpresa hay 3 gatitos pequeñitos de un mes más o menos que también desayunan con nosotros, les encanta la mantequilla, el huevo duro y el queso.

A 10 km al noroeste de Safranbolu, se encuentran la Bulak Mencilis Magarasi, , es una impresionante red de cuevas abrió al público hace una década, aunque es posible que los trogloditas  vivieran aquí muchos milenios antes. Pueden recorrerse 400 m de sus 6 km, suficiente para descubrir un magnifico despliegue de estalactitas y estalagmitas.

A las cuevas no vamos, pero si que nos acercamos al Acueducto Incekaya, 7 km al norte de Safranbolu. Se construyó en tiempos bizantinos, aunque fue restaurado en la década de 1970 por Izzet Mehmet Pasa. Su nombre significa roca fina, antes se podía atravesar por encima del desfiladero de Tokatli, pero ahora han puesto una valla y unas concertinas. Para entrar dentro del parque hay que pagar 3 LT.

Vamos dirección a Kastamonu para llegar a Kasaba, es un pequeño pueblo a 17 km al noroeste de Kastamonu, que alberga una de las mezquitas de madera más bellas de Turquía. El alminar de Mahmud Bey Camii (1366) se ve desde km  a la redonda. El interior restaurado tiene cuatro columnas de madera pintadas, una galería de madera y magnificas vigas pintadas en el techo. Por unas recias escaleras de mano se puede subir al tercer piso de la galería y contemplar los ornamentados extremos de las vigas y los motivos que se entrelazan en lo alto de las columnas. Conserva algunos hermosos ejemplos de pintura y caligrafía.

La han propuesto como Patrimonio de la Humanidad en 2014 pero todavía no se lo han concedido.

Volvemos sobre nuestros pasos hacia Kastamonu. Hay evidencias arqueológicas que en el 2000 a.c. había un asentamiento humano, pero tanto los reyes hititas como los persas, los macedonios y los pónticos dejaron su huella. La historia moderna de Kastamonu está unida a la del sombrero, pues Atatürk emprendió su reforma al respecto en 1925, prohibiendo el fez por sus connotaciones religiosas y propugnando la adopción de los sombreros de estilo europeo.

El centro de la población se extiende alrededor de Cumhuriyet Meydam, con un impresionante valilik o sede del gobierno provincial y una estatua de Atatürk. Unos 50 m al sur de esta plaza está el Museo Arqueológico, que introduce a la revolución que supuso la prohibición del velo por parte de Atatürk y a la arqueología anatolia y cuenta con vestigios helénicos y romanos de la zona. El museo etnográfico está situado en la restaurada Liva Pasa Konagi de 1870, está totalmente amueblado como en la época otomana.

Subimos al castillo, construido en una roca alta detrás de la ciudad, es una empinada cuesta de 1 km que atraviesa las calles del casco viejo. Parte del edificio es de época bizantina pero la mayor parte pertenece a las reconstrucciones selyúcidas y otomanas. Al recorrer las murallas a su alrededor, se pueden admirar las vistas antes de descender las escaleras espirales hasta el rastrillo. Hay bastantes mezquitas y como es la 1 del mediodía están todas llenas de fieles rezando, ya que además es viernes, eso sí, ni una mujer.

Nosotros nos acercamos a la mezquita Atabey, muy cerca del castillo, con sus 40 pilares de madera y su puerta de piedra. Una pareja que está sentada a la puerta de su casa, ya de una edad, nos regala fruta fresca, uvas, ciruelas etc. Un encanto de personas.

Seguimos ruta y pasamos por el Parque Nacional del Monte Ilgaz, que alberga osos, zorros y ciervos, cuenta con un centro de cría de ciervos y un puesto de investigación. La especialidad gastronómica es el cordero, cocinado al estilo tandir, en un horno de arcilla calentado con leña, durante cuatro o cinco horas hasta que la carne se separe del hueso.

No podemos disfrutarlo pues tenemos más de 200 km hasta Amasya y no son buenas carreteras.

Encontramos una gasolinera que está el gasoil a 5,15 LT, hay que aprovechar pues este coche come mucho….

Amasya que descansa en un apartado valle del río Yesilrmak, ha visto el paso de nueve civilizaciones, desde los hititas hasta los otomanos. Su época de máxima prosperidad fue cuando era la capital del reino romano de Ponto y se llamaba Amasiea; las tumbas excavadas albergan los sepulcros de los reyes pónticos.

Durante la última parte del esplendor del Ponto, fue el lugar de nacimiento de Estrabón, el primer geógrafo del mundo. Tras viajar por Europa, el este de Asia y el norte de África, escribió 47 libros de historia y 17 de geografía. Aunque casi todos sus libros de historia se han perdido, sabemos algo de su contenido gracias a las citas de muchos otros escritores clásicos. Dejó un relato de Amasya bajo la dominación romana, que comenzó en el año 70 a.C.

La edad dorada de Amasya continuó con los romanos, quienes la nombraron “primera ciudad” y la usaron como centro administrativo para gobernadores como Pompeyo. Fue la conquista de una ciudad de la zona por parte de Julio Cesar la que le hizo pronunciar sus palabras inmortales “Veni, vidi, vici”, Vine, ví y venci.

Tras los romanos llegaron los bizantinos, los turcos, los selyúcidas, los mongoles y el califato abasí.

Un vistazo a los hermosos edificios otomanos confirma que los cuatro siglos de dominio otomano fueron igualmente brillantes. En el s XV era la segunda ciudad en importancia en lo que a cultura y comercio se refiere, superada únicamente por Bursa. En el s XIX sobresalió como centro principal de educación islámica del imperio. Contaba con 18 madrazas y 2000 estudiantes de teología.

Tras la Primera Guerra Mundial, Atatürk se reunió con sus partidarios aquí y negoció con los principios básicos de la lucha por la independencia. El monumento de la plaza principal conmemora esta reunión y representa el infeliz estado de los turcos anatolios antes de la revolución. Cada año, los habitantes de Amasya celebran la cita revolucionaria con un festival de arte y cultura que dura una semana.

Es conocido por sus sabrosas manzanas y por sus calcetines tejidos a mano. Vamos a tomar posesión de la habitación al hotel. Se llama Amasya Helkis Konagi, nos cuesta 36 € la doble con baño y desayuno. Las personas que están a su cargo no hablan nada, pero nada de inglés,  ni Money, porque nos piden que paguemos la habitación y ni eso. La habitación es muy grande y muy bien decorada, todo muy limpio, es muy recomendable.

Salimos a explorar la ciudad que está dividida la parte nueva de la parte antigua por el río. Nosotros estamos en una casa otomana antigua en la parte antigua que se llama Hatuniye Mahallesi.

Cosas que se pueden visitar son el Complejo de hospital-escuela, sus murallas exteriores se construyeron en 1308. El complejo sirvió de centro de investigación médica, escuela para internos y hospicio para pacientes mentales. Su portal frontal tallado muestra magníficos relieves y representa un inusual reflejo de la arquitectura del Imperio Persa del s XIII. El edificio alberga un café y las oficinas del Directorio de Música y Bellas Artes.

La mansión Hazeranlar fue construida en 1865 por un oficial de la administración local, en memoria de su hermana. Su estructura, típica de la zona, muestra zonas separadas para hombres y mujeres, destacan sus particularmente hermosas alfombras del periodo otomano tardío.

Hay varios hammans que siguen en funcionamiento, algunos muy antiguos restaurados.

Paseamos al lado del río, donde hay estatuas de bronce de los distintos gobernantes que ha habido durante el periodo otomano y antes. Otra de las estatuas es una representación de la leyenda de Ferhat y Sirin. Se trata del equivalente oriental al drama de Shakespeare de Romeo y Julieta. Ferhat, un joven artista pintor de nakis (murales) se enamora de Sirin, la hermana de la sultana Mehmene Banu, pero esta no aprueba su unión, por lo que pide al joven pretendiente que excave un canal a través de la montaña para llevar agua a la  ciudad, castigada por la sequia. Mientras ejecuta su hercúlea obra, Ferhat oye decir que su amada ha muerto y se suicida invadido por la pena; Sirin que estaba muy viva, encuentra el cuerpo de su amado y también se suicida. Cuando son enterrados juntos, de las tumbas mana un torrente de lagrimas que sacia la terrible sed de Amasya.

Es muy agradable y hay mucha gente haciendo lo mismo que nosotros. Vamos a cenar al Restaurante Amaseia Mutfagi, con un balcón sobre el río, pero no tenemos mesa en el balcón, está todo reservado…. Cenamos dentro dos platos de cordero, Coca-Cola y agua. Nos cuesta 59 LT. Al salir nos vamos a comer un helado enorme, como los lugareños, nos cuesta 5 LT cada uno, pero están buenísimos. Hace una temperatura muy agradable, sopla una brisa que da pena volver al hotel, pero estamos cansados. Al llegar vemos un gatito de Van y como llevamos una bolsa de pienso, le ponemos un poco y a la mañana siguiente no queda nada.

Hemos hecho 400   km.

DÍA 15 14-7-2018 SÁBADO

AMASYA – TOKAT

El desayuno es muy completo y nos encontramos con los únicos huéspedes del hotel que son de Valencia!!!!. Son muy jóvenes y tienen solo dos semanas de vacaciones, con lo que hacen lo típico.

La Mezquita y escuela teológica del sultan Bayaceto es muy impresionante, pero está cerrada por restauración. Fue el primer complejo teológico de Amasya, que llegó a eclipsar al resto de los centros de enseñanza religiosa y fue producto de la prosperidad y estabilidad social que tuvieron lugar bajo el mandato de Bayaceto II.

En esa época los principios musulmanes y la obediencia al Estado se inculcaban desde temprana edad. Destacan las maravillosas cúpulas  y pórticos y los robles del jardín. En uno de los edificios hay una biblioteca llena de estudiantes.

El museo Arqueológico y Etnográfico, hay todo un autocar esperando para entrar, cuesta 5 LT. Entre las muestras destaca la estatua de bronce de la diosa hitita de la tormenta, así como la colección de monedas romanas acuñadas en la ciudad. Además hay unos apartados de los oficios que se hacían en la ciudad y puertas de madera muy elaboradas.

Lo más conocido es su colección de momias, del s XIV. Alojadas con anterioridad en una húmeda tumba adyacente al museo, ahora se exhiben en unas vitrinas. Son 8 momias y tienen nombre y apellidos, destaca la de unos niños pequeñitos, hijos del antiguo gobernador que fueron asesinados junto a toda la familia.

Alberga objetos otomanos como brillantes estandartes, manuscritos de la historia de la familia, frascos para pólvora y dagas con inscripciones. Las puertas de madera de la Gök Medrese Camii muestran la progresión entre la talla selyúcida y la otomana. La amplia colección abarca también épocas tempranas.

El Seminario Azul, un complejo teológico de 1267, es un ejemplo de la arquitectura selyúcida del s XIII. En un primer momento sirvió de mezquita y escuela coránica y debe su nombre a los azulejos azules y turquesas y a sus ladrillos vidriados.

Las puertas de madera, con elaboradas tallas, contrastaban con su austero interior. Junto al complejo, una tumba cuadrada construida en 1279 en memoria del emir Torumtay, gobernador selyúcida de la provincia y fundador del seminario.

Los principales lugares de interés son accesibles a pie. La ciudadela es la única excepción pero se puede llegar en coche. La fortaleza hitita original fue reforzada por el rey póntico Mitrítades, que construyó ocho tramos de muralla con 41 torres para proteger un complejo autosuficiente que contaba con un palacio, cisternas, zonas de almacenamiento, polvorín y cementerio. La entrada son 5 LT, está unificado el precio de las entradas…

Hace mucho calor, pero vale la pena subir a verla, aunque si no tienes coche la subida es muy pesada, pues son casi 3 km de subida muy pronunciada. Estos valencianos del hotel nos decían que estaban muy agradecidos, pues los habían subido y bajado gente que no conocían, pero que se apiadaron de ellos.

Nos vamos a ver las tumbas de los reyes, pero es un poco decepcionante, es mucho más impresionante desde la lejanía que cuando llegas al lado. Hay una taquilla donde se paga la entrada de 5 LT, a la izquierda hay dos tumbas que se utilizaban para venerar a los gobernantes deificados. Una de ellas se cree que es del rey Mitrídates del reino de Ponto, que dominó gran parte de la Anatolia desde su cuartel general de Amasya. Vuelves sobre tus pasos y a la derecha hay otras tres tumbas.

Las tumbas de los reyes pónticos se remontan desde el año 333 al 44 a.C., y cubren los periodos helenístico y romano. La cueva del Espejo, a un km de las tumbas principales, cuenta con pinturas de colores de la Virgen María y los Apóstoles. Es una de las mejores y su nombre se debe al efecto deslumbrante producido por el sol al incidir sobre su pálida pared. Aunque se construyó en la época póntica, puede que los bizantinos emplearan después la cueva como capilla. Con una inscripción en griego en lo alto de la fachada, ésta es una de las pocas tumbas con algún tipo de decoración.

Seguimos camino, tenemos poco más de 100 km hasta Tokat. Es una autovía estupenda, pero pasamos por pueblos, con lo que no se hace aburrido.

Llegamos a Tokat y vamos a buscar hotel, pues no lo hemos reservado. En Booking hay muy pocos y como llegamos a buena hora nos arriesgamos. Unos amigos han recomendado un hotel y vamos en primer lugar a este. Es el Yücel Hotel, el encargado es encantador, pero no sabe nada de inglés y mi turco es flojito. Con el traductor de google nos apañamos. Me enseña la habitación y es correcta, muy limpia y con ventanas a la calle y a la madrasa que hay enfrente. Me dice que son 120 LT la doble con desayuno. Los hombres tienen acceso al hamman, las mujeres no. En el 5º piso hay un restaurante con un menú fijo por 25 LT.

Solucionado el tema hotel, vamos a comer un Tokat kebak. En la calle paralela encontramos un restaurante que lo ofrecen. Está elaborado con lonchas de berenjena y trozos de cordero dispuestos en vertical y cocinados en un horno de leña. Los tomates y el pimiento, que  tardan menos en asarse se hornean en pinchos separados. A medida que la carne se asa, va soltando jugos que impregnan la berenjena. Todo ello se sirve acompañado de una cabeza de ajo asada, que añade un toque picante. Ésta es la teoría, pero lo que nos traen a nosotros no tiene nada que ver con esto, no está mal, pero ni mucho menos es la maravilla que prometían.

Eso sí, el plato es enorme, con lo que pedimos solo uno para compartir. Nos traen una ensalada a cada uno mientras nos esperamos la media hora que tarda en hacerse. Nos cuesta 41 LT con una botella de agua y dos pepsis.

Volvemos al hotel a que baje un poco el sol y luego ya salimos a descubrir esta ciudad. El hotel está al lado del mercado de fruta y verdura y de la mezquita Hatuniye Camii, con una fuente bonita y una puerta de entrada espectacular.

El centro urbano es Cumhuriyet Meydam, una gran plaza, donde se encuentra la sede del gobierno provincial, la PTT y el Ali Pasa Hamman.

Domina la ciudad un afloramiento rocoso coronado por la obligatoria fortaleza antigua. Debajo de esta, muchos de los vestigios selyúcidas y otomanos de la ciudad salpican los alrededores de Sulusokak Caddesi que antes era la calle principal.

Se cree que toda la ciudad se elevó 5 m entre los s XIII y XX como consecuencia de las lluvias e inundaciones, que fueron arrastrando cieno y detritos hacia el valle pero, afortunadamente la Gök Medrese y el Ali Pasa Hamam están en la superficie.

La Gök Medrese fue construida por un potentado de la zona, tras la caída de los selyúcidas y la llegada de los mongoles en el s XIII. Ha servido de hospital, de escuela y ahora es el Museo de Tokat. Quedan muy pocos de los azulejos azul cielo, que le dan nombre, en la fachada, de hecho nosotros no detectamos ninguno. En el patio interior parece que hay más, pero como está cerrado no lo podemos comprobar.

En la madraza está la tumba de las 40 doncellas, que en realidad es un conjunto de 20 tumbas, posiblemente de los fundadores de la madraza, aunque otra teoría es que son las tumbas de 40 enfermeras que trabajaban aquí.

Casi al lado está el Tas Han, un caravasar otomano y un taller con un café en el patio. Hay dos plantas de tiendas que venden una mezcla de atuendos de la zona y objetos de cobre. Es una tentación pero me resisto. Las blusas cuestas unas 30 o 35 LT y los vestidos 50 a 80 LT. También hay unos manteles muy bonitos y los precios oscilan entre los 5, 10 o 20 LT, una ganga.

En el café del patio, no queda casi ninguna mesa libre, es muy agradable, tiene una fuente en el centro con la torre del reloj que veremos después.

De aquí vamos a ver el Sümbül Baba Türbesi, una tumba selyúcida octogonal de 1291 muy bonita.

Se puede visitar la Latifoglu Konagi, un magnífico ejemplo de arquitectura otomana. Hay un montón de mezquitas, que sería muy largo enumerarlas, caravasares, madrasas etc. Es una ciudad que no nos gusta tanto como Amasya y suponemos que se debe a que en Amasya está bastante separada la parte nueva de la vieja, todo muy concentrado. Aquí hay mucho coche, no es peatonal y eso hace que no sea tan agradable.

Para cenar un durum es suficiente ya que hemos comido muy tarde. Nos cuesta 4 LT.

Hemos hecho 108  km

DÍA 16 15-7-2018 DOMINGO

TOKAT – SIVAS – BALIKLI KAPLICA – DIVRIGI

Vamos a desayunar al quinto piso, es tipo buffet, muy completo, frutas, embutidos, pastas, mermeladas etc., incluso hay nescafé. Este hotel es muy recomendable, por la ubicación, comodidad y amabilidad de los trabajadores. No se tiene que esperar lujos, pero tienes lo suficiente en la habitación para estar cómodo, hay nevera, televisión, aire acondicionado etc. Además descubrimos que en el restaurante tienen cerveza!!!!! Qué pena no saberlo, habríamos ido a comer allí.

Salimos hacia Sivas, 107 km, pasamos por una zona muy desolada sin pueblos y que está a gran altura, llegamos a más de 1500 m de altura y temperatura de 16 grados!!!!!

Conocida como Sebasteia en época romana, su emplazamiento en una ruta de caravanas la convirtió en un importante centro mercantil. Sivas muestra lo mejor de la arquitectura selyúcida, con azulejos, piedras con intrincados grabados, mosaicos de estrella y color azul vivo por todas partes.

El centro  de la ciudad es Hükümet Meydam, situada delante del atractivo valilik o edificio gubernamental. Los principales puntos de interés están a poca distancia a pie.

La mayor parte de los edificios selyúcidas de Sivas se encuentran en la zona verde que hay al sur de Hükümet, destaca la Kale Camii de 1580, una obra otomana construida por Mahmut Pasa, gran visir del sultan Murat III. Al este de la Kale Camii se encuentra la Bürüciye Medresesi, a la que se accede por una puerta monumental selyúcida, fue construida en 1271 por un  comerciante iraní para la enseñanza de las “ciencias positivas”.

En el lado del parque opuesto a la anterior Madrasa se encuentra uno de los edificios más antiguos de la ciudad, la Sifaiye Medresesi de 1218. Fue una de las escuelas coránicas más importantes construida por los selyúcidas y era el principal hospital de Anatolia.

Al entrar al patio, a la derecha, se ve el porche que se cerró para convertirlo en la tumba del sultan Izzettin Keykavus I, quien encargó el edificio antes  de morir de tuberculosis.

La decoración incluye estilizados motivos de soles, leones y lunas, toros, preciosos azulejos azeríes azules y un poema en árabe, compuesto por el sultán.  El patio principal tiene cuatro eyvan, con símbolos del sol y la luna a cada lado del eyvan oriental.

La Çifte Minare Medrese fue encargada por el visir mongol-iljánida Güveyni tras derrotar a los selyúcidas. La madrasa de los minaretes gemelos de 1271, cuenta con una çifte o pareja de imponentes minaretes. Es prácticamente lo único que queda, junto con el ornamentado portal y la fachada.

El museo etnográfico y Congreso de Atatürk de 1919. Antes sería el museo etnográfico, pero deben haber hecho otro, porque aquí se ha dedicado en exclusiva al Congreso de Sivas, con fotografías de los delegados. Puede verse el dormitorio de Atatürk y la sala de telegramas que desempeñó un papel importante en los acontecimientos, con replicas de misivas que establecían  los principios de la República Turca. Si pusieran algún cartel en inglés, sería interesante para nosotros, pero aparte de algunas fotos curiosas, no entendemos nada de nada.

De aquí vamos a la Ulu Cami en coche, pues queda un poco separada, hay un parking al lado enorme. Ulu Cami, significa Gran Mezquita, es el 1197 y el edificio más importante de Sivas y una de las mezquitas más antiguas de Anatolia. Construida por el emirato de Danismend, es una gran sala baja con un conjunto de 50 columnas de piedra. El grueso minarete de ladrillo inclinado se añadió en 1213. En el interior, 11 franjas de piedras hechas a mano rodean la zona principal de oración. El ornamentado mihrab fue descubierto durante los trabajos de renovación de 1955. Llegamos a la hora de la oración y hay un imán rezando, y a mí (Trini) me indican que me tengo que ir a una parte separada, donde las mujeres pueden rezar. Es un rincón pequeño y separado con celosías. Al entrar, nos han dado unas cajitas de cartón con pasteles y nos han puesto colonia.

A la entrada hay un montón de policías, ejército, parece que hay alguien importante en la mezquita, pero no nos dicen nada y nos dejan pasar sin problemas.

La Gök Medrese, a unos 300 m, está esta madrasa, pero está cerrada pues la están restaurando. En unos carteles enormes hay fotos de cómo quedará después de la restauración. Es muy bonita. Se construyó en 1271 a instancias del gran visir, que fundó el complejo de la mezquita de Sahib-i Ata de Konya. La fachada está profusamente decorada con azulejos, motivos en ladrillo y tallas, que no solo cubren de incrustaciones el portal sino también en las paredes. Los azulejos azules de los minaretes dieron su nombre a la madraza.

En Sivas se produjo uno de los peores crímenes xenófobos de la Turquía moderna, en 1993, cuando 37 intelectuales y artistas alevíes murieron en el incendio provocado por un tumulto.

Entre las victimas asistentes a un festival cultural estaba el editor turco de los Versos Satánicos de Salman Rushdie. Un millar de manifestantes extremistas islámicos se  congregaron a las puertas del hotel después de la oración del viernes para protestar contra la publicación del libro, y en el caos subsiguiente prendieron fuego al hotel, que quedó arrasado por las llamas.

En el aniversario del ataque, tienen lugar en Sivas manifestaciones y vigilias.

Como vemos que es pronto seguimos camino hasta Balikli Kaplica, o manantial de peces, es un balneario famosos en todo el mundo. Se dice que un niño pastor descubrió las cualidades sanadoras del agua mineral de la zona, rica en selenio, elemento dermatológicamente curativo. Lo sorprendente es que en el agua caliente habitan “peces doctores”, que no solo viven a una temperatura mayor de la que puedan soportar la mayoría de los peces, sino que además mordisquean dedos y cualquier otra parte del cuerpo que se les ofrezca. Al parecer son beneficiosos para la piel afectada de psoriasis y el balneario atrae a pacientes de todo el mundo. Es una maravilla terapéutica dejar colgar los pies en el agua y sentir la concienzuda pedicura de la naturaleza, con las cosquillas de estos mordisqueadores.

El complejo cuenta con seis piscinas separadas por sexo situadas en medio de los árboles. La entrada depende si eres normal o enfermo.

La entrada a unos estanques donde te puedes bañar, son 12LT, si quieres ir a las piscinas de mujeres o hombres son 72 LT. Nosotros pagamos 12, porque queremos estar un ratito. Es mejor ir con pantalón corto o bañador, los hombres no hay problema. Las mujeres se suben los pantalones o se suben un poco la falda, solo una chica se ha quitado la camiseta y los pantalones y se ha quedado en sujetador y bragas. Yo me subo el pantalón y listos. Es una sensación muy curiosa, al principio te sorprende porque los notas como te van subiendo por las piernas y te van dando como mordisquitos, pero no hacen daño. Hay como unos bancos  dentro del agua donde te puedes sentar, o si quieres puedes meterte entero.

Un señor que está con su familia va a comprar agua y nos invita, son tan majos los turcos!!!!. La chica que está en recepción del hotel, donde si quieres te puedes alojar, habla inglés y nos acompaña para ver todo el recinto. Hablamos un poco y me comenta que hay mucha gente que apoya a Erdogan, pero que ella está en contra, ya que no cuida la educación y ella dice que es lo más importante de un país.

Hay incluso zonas de picnic para pasar todo el día. Es una experiencia muy recomendable, vemos algún coche de Austria o Alemania, se nota que son emigrantes que vienen con la familia a pasar las vacaciones.

Cuando nos deja nuestra amiga, dice que cuando salgamos del recinto pasemos por allí para hacerse una foto con nosotros. Vamos allá nos hacemos la foto y me regala dos cremas!!!! Increíble, la amabilidad de estas personas que no te conocen de nada, pero que les emociona que vengas de tan lejos a visitar su país.

Ahora ya vamos hacia Divrigi, está situado en un valle situado entre montañas de más de 2000 m de altitud, y está a unos 100 km de estos estanques. Hay tres buenas razones para venir aquí, tres puertas de piedra de 780 años, cuya talla es tan intrincada que algunos dicen que su arte prueba la existencia de Dios. Las puertas pertenecen a una de las mejores y más antiguas estructuras religiosas de Turquía, el complejo de mezquita y madraza de Divrigi, que está incluido en el Patrimonio Mundial de la Unesco.

El pueblo ocupa un fértil valle y cuenta con una economía agrícola. Su población se compone principalmente de alevíes. Las estrechas calles esconden un animado mercado, la PTT, restaurantes y en la carretera principal hay gasolineras.

Los puntos de interés son la Ulu Cami y Darüssifa, son instituciones contiguas fundadas en 1228, por el emir local  Ahmet Sah y su esposa Fatma Turan Melik.

Lo que hace que la gente venga son las puertas monumentales que dominan el pueblo. Las entradas a la Ulu Cami y al Darüssifa, son un verdadero prodigio, con sus relieves minuciosamente tallados con gran riqueza de dibujos geométricos, estrellas, medallones, efectos de relieve y elaboradas inscripciones en árabe, todo ejecutado con tal detalle que se hace difícil imaginar que surgieran de una piedra lisa.

Dentro del hospital, construido sobre una planta asimétrica, las paredes de piedra y las columnas desiguales carecen de cualquier tipo de decoración. La piscina octogonal del patio posee un desagüe en espiral, para que el sonido del agua al correr rompiera el silencio de la sala y tranquilizase a los pacientes. En la planta principal hay una plataforma que pudo albergar a músicos, también destinados a calmar los nervios de los enfermos.

La mezquita también es muy sencilla por dentro, con 16 columnas, alfombras, fragmentos de frescos y un sencillo mihrab. Las vistas del valle son impresionantes, al igual que la entrada que da al castillo que presenta una mampostería más detallada.

En la calle que lleva a las puertas está el hotel Kosk donde preguntamos por las habitaciones, y gracias al traductor de google nos comunicamos. Me enseña la habitación y es muy bonita, todo moderno y limpio. Nos pide 140 LT con desayuno incluido, es un precio muy bueno, ya que en Booking ponía 40 €, mientras que ahora pagaremos 25 €.

No hay ningún turista, pero es normal, está muy a trasmano de todo. Cuando el sol no es tan fuerte, subimos a ver las famosas puertas. Al llegar lo vemos todo muy cerrado por restauración. Han puesto una cubierta para protegerla de las inclemencias del tiempo.

Tememos que después de tantos km, nos vamos a ir sin poder verlas. Damos la vuelta a ver si hay algún sitio con mejores vistas. Cuando estamos mirándola en la lejanía, vemos que hay gente dentro. Volvemos sobre nuestros pasos y entramos  gracias a un chico que nos facilita el paso. El guía que hay con este grupo de turcos, solo habla turco, uno de los visitantes habla alemán, con lo que no nos podemos aprovechar de todo lo que explica, que es mucho.

Son impresionantes, lo que habíamos leído, no te prepara para esta maravilla. Nos alegramos de haber hecho tantos km para verlas. El castillo en la colina, tiene unas murallas reconstruidas que te dan idea de su importancia.

Damos una vuelta por el pueblo, que se acaba pronto, solo vemos unos cuantos lugareños que están tomando té, mientras comentan las novedades. Hay un recinto enorme donde hay unas pruebas de sonido, porque según me comenta un vigilante a las 9 de la noche habrá un  discurso y una banda de músicos del ejército. Hoy hace 2 años del intento de golpe de estado en Turquía y en todas las ciudades importantes hacen unas manifestaciones de apoyo al régimen con muchas banderas y patriotismo.

Para cenar, a las 8 ya está casi todo cerrado, quedan dos chiringuitos donde nos hacen unas alitas de pollo picantes con ensalada. Con dos Pepsi nos cobran 18 LT.

Hemos hecho 296 km.

DÍA 17 16-7-2018 LUNES

DIVRIGI – MALATYA – BOGAZCALE – YANDERE – NEMRUT DAGI – YANDERE

El desayuno del hotel no es muy generoso, pero para nosotros ya nos sirve, no somos demasiado exigentes.

Salimos dirección a Malatya, pasando por extensiones enorme de terreno donde no hay absolutamente nada. Lo único que rompe la monotonía son algún que otro control de la policía, en los cuales, algunos nos dejan pasar sin más y otros nos piden el pasaporte, intentan hablar algo, pero como no hablan nada de inglés, la comunicación es nula. Vemos campamentos de pastores nómadas que tienen unas tiendas de campaña similares a las yurtas y rebaños de cabras, ovejas y vacas en menor medida.

Hay unos 175 km hasta Malatya, por unas carreteras desiertas, pero en muy buen estado.

Malatya es la capital turca del Kayisi o albaricoque. Tras la cosecha de finales de junio, miles de toneladas se exportan a todo el mundo. El año pasado consiguieron la denominación de origen de la UE y esto le ha abierto un montón de mercados nuevos. Hay un festival del albaricoque en Julio, pero no lo pillamos, ya que empieza el 27 de este mes.

Los puntos de interés no son muchos, pero merece la pena visitar el bazar y disfrutar de toda la actividad comercial que recoge. Compramos albaricoques, como no podía ser de otra manera, a 5 LT el kilo. Nos querían vender una caja de 10 kilos!!!

En el bazar hay unos pantalones muy fresquitos y me compro tres por 75 LT. Hay una zona cubierta donde los parroquianos descansan tomando un té  y jugando al rumicub, que les encanta.

En los alrededores se encuentra Aslantepe, un yacimiento arqueológico a 6 km de la ciudad. Cuando los frigios invadieron el reino hitita de Bogazkale, el 1200 a.c., muchos pobladores huyeron hacia el sureste, cruzando los montes Taurus, para reasentarse y construir ciudades amuralladas. Hay siete estratos de restos.

Otra visita interesante es la Battalgazi o Antigua Malatia, son los vestigios de la antigua ciudad amurallada a 11 km al norte de Malatya.

Según se entra en el pueblo se ven las antiguas murallas de la ciudad, con sus 95 torres romanas completadas en el s VI. Todo su revestimiento de piedra se utilizó para hacer otras construcciones, de forma que lo que fueron manzanas de edificios actualmente sirven como huertos de albaricoques. Junto a la mezquita que ostenta un alminar de tejado plano, se encuentra el caravasar otomano del s XVII. Según la guía estaba muy descuidado, pero nosotros lo encontramos espectacular, todo restaurado y con un pequeño museo donde hay una muestra de los oficios que había en aquel tiempo. Hay un pequeño bar que hace comidas sencillas. No se paga nada para entrar.

A 600 m se encuentra la Ulu Cami, destaca los azulejos selyúcidas que revisten la cúpula sobre el mimbar y las inscripciones árabes en las paredes del ayvan, vestíbulo abovedado, y la madraza. Tenía dos partes, la de verano y la de invierno que estaba sobre unos pilares. Quedan unos pocos azulejos azules de la época, pero vale la pena la visita.

Desde aquí ya vamos a Nemrut Dagi, para ver si hay suerte y vemos el atardecer. La guía decía que la carretera no era muy buena, pero la están arreglando y se encuentra en unas condiciones excelentes.

Como nos han recomendado que vayamos a la puesta del sol, primero buscamos alojamiento. En la guía recomienda en Yandere, el Günes Hotel, por su cercanía a los túmulos funerarios. Pregunto, el señor no sabe nada de inglés y por señas me dice que alojamiento y media pensión son 200 LT. La habitación está muy bien, sencilla, pero limpia y el baño está recién reformado. El paraje es incomparable con una cascada en la pensión, y una zona para descansar muy agradable.

Descansamos un poco y vamos a Nemrut Dagi. La carretera se las trae, porque en 11 km se asciende 1000 m y tiene unas curvas muy cerradas. Al llegar arriba hay una cadena y se tiene que comprar el tiquet que son 5 LT por persona. Hay un Shuttle que entra con la entrada pero nosotros preferimos ir con nuestro coche. Solo se puede venir aquí desde finales de mayo a mediados de octubre, ya que en otras épocas la carretera es infranqueable por la nieve.

Antioco I Epifanes ordenó construir entre los años 64 y 38 a.c., una combinación de tumba y templo a la que se accedía por un camino ceremonial. El edificio incluía lo que el rey llamó “los tronos de  los dioses”, que se basarían en unos cimientos que nunca serian destruidos. Emprendió esta obra para demostrar su fe en los dioses y para que, al morir, su espíritu se uniera al de Zeus-Ahura Mazda en el cielo. Cortó dos terrazas en la roca, las llenó con colosales estatuas de si mismo y los dioses que consideraba sus parientes, y luego ordenó que se apilara entre ellas una montaña artificial de piedras trituradas de 50 m de altura. Supuestamente su tumba y las de tres mujeres de su familia pueden encontrarse bajo las toneladas de roca, aunque nadie lo sabe a ciencia cierta.

Nosotros viniendo del norte, lo primero que nos encontramos es la terraza oriental. Aquí los cuerpos se encuentran casi intactos, pero las cabezas caídas parecen peor conservadas que las de la occidental, en sus espaldas, las estatuas lucen inscripciones en griego.

La terraza occidental, con el túmulo funerario cónico de piedrecitas detrás, tiene al rey y sus parientes divinos que aparecen sentados con solemnidad, pero sus cabezas y parte de sus cuerpos yacen en el suelo.

Ambas terrazas están en planos similares y hay un camino de 5 minutos que te lleva de una a otra. Son de izquierda a derecha, Apolo, dios del Sol, (Mitra, para los persas, Helios o Hermes para los griegos); Fortuna o Tique, Zeus – Ahura Mazda en el centro, luego el rey Antioco y en el extremo derecho, Heracles, también conocido como Ares o Artagnes. Estas estatuas sedentes miden varios metros de altura y sus cabezas unos 2 metros.

Los muros bajos de los extremos de cada templo solían albergar bajorrelieves que mostraban las antiguas realezas persa y griega, los antepasados del rey, las águilas representan a Zeus.

La terraza norte casi no se conserva nada, pues las estelas están totalmente lisas. Al principio estamos casi solos con el guarda de cada terraza por único acompañante, pero a medida que se acerca las 7 de la tarde empieza a llegar gente, vienen casi todos con un tour desde Kahta.

A medida que se acerca la puesta de sol, las estatuas son más bonitas, tienen un color espectacular. Es recomendable llevarse una chaqueta, ya que está a 2200 m de altitud y sopla viento, aunque estemos en verano, refresca.

Volvemos al hotel donde nuestra cena nos espera. Nos ha preguntado que queríamos, si pescado o pollo. Le decimos que pescado y cuando llegamos nos lo enseña que está a punto de ponerlo en un horno de barro.

Al poco ya tenemos nuestro exquisito pescado, con ensalada, arroz hervido con especias y agua. De postre tenemos sandía y albaricoques, delicioso todo. Nos pregunta si queremos repetir pescado, pero le decimos que no, que suficiente. Llama a un amigo que habla inglés mientras estamos cenando, para que nos pregunte si vamos a ir a ver amanecer en los túmulos. Le decimos que no, y también pregunta cuando queremos el desayuno. Es una pena que no nos podamos comunicar más, pues se nota que quiere que estemos contentos.

Hemos hecho 309 km

DÍA 18 17-7-2018 MARTES

YANDERE – KOCAHISAR – YENI KALE – ARSAMEIA – PUENTE DEL CENDERE – KARAKUS  TÜMÜLÜS – GAZIANTEP

Para desayunar nos prepara nuestro anfitrión varios platos con diferentes quesos, tortilla, una ensalada, aceitunas, mantequilla y miel con una taza de nescafé. Nos vuelve a preguntar si queremos repetir de tortilla o de lo que queramos. La miel es sacada directamente del panal, se le veían las celdillas.

Ahora ya con el estomago lleno, vamos a ver los alrededores que hay algunas cositas interesantes. Primero de todo vamos a Kocahisar por un camino de grava. Lo más interesante es su castillo que data de la época de las ruinas circundantes pero que ahora lo que queda es de época mameluca del s XIII, llamado Yeni Kale o nueva Fortaleza. Hay un puente selyúcida muy bonito en las cercanías.

De aquí vamos a Arsameia, donde en algún momento se ha pagado la entrada, pero ahora es gratis. Fue fundada por Mitrídates I alrededor del 80 a.c., y ampliada por su hijo Antíoco I.

Desde el aparcamiento, donde un señor nos dice por donde se ha de subir, vemos una gran estela que representa a Mitra o Apolo, el dios del Sol, con un tocado del que emanan rayos. Más adelante aparecen otras dos estelas, de las que solo quedan las bases, aunque se cree que la más alta pertenecía a Mitrídates I junto a Antioco I sujetando un cetro.

Detrás se encuentra la entrada a una cueva que conduce a una sala subterránea, pero ahora está cerrada con una puerta de barrotes. Parece ser que estos templo-cueva se construyeron para ritos de culto a Mitras.

Continuamos subiendo por el sendero y llegamos hasta un relieve intacto, donde aparece Mitrídates estrechando la mano al dios Heracles. Al lado, hay otro templo cueva que desciende 158 m en la roca, pero no vamos a comprobarlo. La extensa inscripción griega situada sobre la caverna describe la fundación de Arsameia y, junto a la entrada, hay un recipiente que pudo servir para hacer abluciones religiosas. Desde aquí también se accede a Nemrut Dagi.

Seguimos bajando y llegamos al puente del Cendere. Es un magnífico puente romano del s II, cuyas estelas en latin exponen que fue erigido en honor al emperador Septimio Severo, su mujer y sus hijos muchos después de que Comagene pasara a formar parte del Asia romana. De las cuatro columnas corintias originales, dos en cada extremo, se conservan tres.

Hay algún restaurante donde se puede comer alguna cosa y también se venden souvenirs.

Desde aquí hay 10 km hasta Karakus Tümülüs. Construido en el año 36 a.C, es un túmulo funerario artificial, como el de Nemrut, que aparece rodeado por varias columnas, había más pero se utilizaron para construir el puente que acabamos de visitar.  En el aparcamiento se alza una columna coronada por un águila, al otro lado del túmulo hay otra con un león y una tercera muestra una losa con inscripciones que dan fe que en ella yacen mujeres de la familia de Mitrídates II. Desde aquí, se ve a lo lejos la cima del Nemrut.

De aquí ya vamos directamente hacia Gaziantep, ya que son 200 km de nada. Vamos a un hotel que tiene muy buenas valoraciones en Booking y cuando al final llegamos después de una agónica  conducción por la zona del bazar, al Anadolu Evleri. Es una antigua casa de piedra, restaurada con mucho gusto. Cuenta con un bello patio, techos de vigas pintados y muebles antiguos. Llamo a la puerta ya que está todo cerrado y sale un chico que me dice que no habla inglés, le hago el signo de dormir, nada, sale otra chica y me dice no rooms, no es verdad, pero no puedo hacer nada.

Vamos al Yünus hotel, también dando un montón de vueltas y al final los últimos 200 m los hago andando, porque es imposible llegar.  Solo les queda una habitación, pero no tiene aire acondicionado, se ha estropeado. La habitación es muy sencilla y muebles antiguos. Al preguntar el precio me dice 100 LT que son unos 20 €, mientras que en la pág. Web de Booking dice que son 15 €.

Justo enfrente de donde hemos aparcado, está el Doga Hotel. Preguntamos y si tienen habitación libre. Es muy moderno, todo nuevo, y nos cuesta la doble con desayuno 140 LT, al cambio 25 €.

El coche se lo llevan a un parking vigilado de forma gratuita. Cuando ya tenemos la habitación, le decimos a la chica de recepción que habla un poquito de inglés que queremos ir al Museo de Mosaicos de Gaziantep Zeugma. En esta ciudad vemos que hay unos aparatos donde picas un botón y viene un taxi a buscarte. Es muy práctico, además ponen el taxímetro, son muy honrados. Está a 3,5 km del hotel y hay mucho tráfico, nos cuesta 15 LT.

El edificio es alucinante, tiene un diseño espectacular, pero claro, la joya es lo que hay dentro. Se extiende a lo largo de tres plantas, es el museo de mosaicos más grande del mundo, con más de 3500 m cuadrados de mosaicos en gran medida de los s II y III, rescatados de las inundaciones de una presa del cercano Éufrates.

Los mosaicos en su día adornaron las villas de los habitantes ricos de Zeugma, una ciudad fronteriza que controlaba el comercio de un tramo de la ruta de la seda. Destacan la estatua de Marte y el mosaico de la chica gitana, todo un ídolo regional y símbolo de las excavaciones de Zeugma. El museo también alberga esplendidas reconstrucciones de villas con atrio completadas con suelos de mosaico, frescos y columnas y los restos de unas termas romanas.

Cada mosaico tiene su panel que explica lo que representa, donde se encontró el siglo cuando se hizo etc. Es muy divulgativo e interesante. Ciertamente nunca hemos visto un museo de estas características, a pesar de los km que se hacen, solo por este museo hay que venir a Gaziantep.

Gazantiep, que significa manantial puro en bizantino, adoptó el prefijo Gazi que significa héroe de guerra, tras su heroica resistencia ante los invasores ingleses y franceses en 1920.

Este lugar está habitado desde hace 8000 años y fue un emplazamiento estratégico durante el periodo hitita (1200-700 a.c). La ciudad se extiende en torno a un imponente castillo enclavado en el alto de un montículo creado en parte por el hombre. En el acceso al castillo se encuentra el Museo Panorama, que ofrece una visión muy vivida de la defensa de la ciudad en 1920.

Tras décadas de declive económico la ciudad ha prosperado sobre todo su proximidad al Proyecto del Sureste de Anatolia. Bajo la ciudadela se halla el bazar, donde los artesanos elaboran y venden objetos de cobre y muebles con madreperla incrustada, una artesanía que ha dado fama a la población.

Paseamos por el casco antiguo, se pueden ver edificios tradicionales adaptados a la vida de la región como el hayat o patio de verano.

Le dieron la categoría de ciudad gastronómica por la Unesco y es famosa en todo el país, sobre todo los pasteles dulces, como la baklava, rellena de pistachos. Hay incluso el Museo Culinario Gögüs, en el barrio del bazar.

Pasamos por la kale o ciudadela, se cree que fue construida por los romanos. En el s VI, el emperador Justiniano la restauró y los selyúcidas la reconstruyeron durante el s XII y XIII.

El barrio al pie de la ciudadela se ha reformado por completo. Nos encontramos el caravasar Sira Hani, no muy grande pero con mucho encanto, han puesto la tetería de rigor y tiendas de souvenirs. Otro caravasar es el Pisirici Kasteli ve Mescidi, que contiene edificios subterráneos para abluciones.

También llegamos al 100 Yil Atatürk Kültür Parki, es una extensión verde en medio de la ciudad. Hay muchas mezquitas, algunas con alminares preciosos y diferentes  a los que hemos visto hasta ahora. Hay un ambiente distendido en esta ciudad, de mayoría kurda, donde las mujeres van vestidas como en nuestro país, modernas, sin pañuelo, marcando estilo.

Cenamos en un bareto por 10,5 LT, dos “pizzas” y una Coca-Cola. Después nos compramos dos vasos de helado, que los venden al peso que nos cuestan los dos 10 LT.

Hemos hecho 227 km.

DÍA 19 18-7-2018 MIERCOLES

GAZIANTEP – YESEMEK –   ANTIOQUIA (HATAY) – ÇEVLIK – HATAY

El desayuno en el hotel es muy completo, con lo que ya estamos a punto para nuestro primer destino del día que es el Museo al Aire Libre de Yesemek. Está a unos 113 km de Gaziantep, y es una enorme ladera cubierta por 300 estatuas y piedras hititas. Las carreteras son peor que secundarias y durante el camino vemos campamentos de personas muy pobres que viven en tiendas hechas de plásticos y creemos que trabajan de temporeros en el campo.

Nos recibe Ali, un señor encantador, que solo habla turco, pero por señas nos dice que recorrido tenemos que hacer. El uso que se dio al yacimiento resulta fascinante. A  partir de 1375 a.C. esta ladera fue una cantera y un taller de esculturas hititas. Durante más de 600 años, produjo multitud de bloques de basalto, que pesaban entre 1,5 y 8 toneladas y en los que se esculpían leones, esfinges y otros motivos. Hoy día las piezas aparecen en diversos estados de acabado, pues fueron abandonadas al final del periodo hitita.

No se paga nada y vemos en el registro que lleva Ali, que hoy a 18 de julio lo hemos visitado 19 personas incluidos nosotros en todo el mes de Julio.

Nos regala un libro dedicado a este yacimiento, un plano de Gaziantep y varios imanes de la zona. Le queremos dar algo de dinero y dice que ni mucho menos.

Nos abruma un poco tanta amabilidad, no estamos acostumbrados en nuestro mundo habitual.

Estamos a menos de 2 km de Siria, pero no tenemos ningún problema. Pasamos al lado de una presa en construcción. Es parte del Proyecto del Sureste de Anatolia, se concibió en la década de 1980 con el fin de producir energía hidroeléctrica utilizando la corriente  de los ríos Tigris y Éufrates. Los planes incluían la construcción de 22 presas y 19 centrales  eléctricas en más de 1,7 millones de Ha. El proyecto se hizo para ayudar al desarrollo de las provincias  pobres del extremo oriental de Turquía. Algunas voces críticas dicen que dejará sumergidos antiguos tesoros y provocará el desplazamiento de la población local.

Vamos directamente hasta Hatay, donde empezamos a buscar hotel. En el primero que miramos ya nos quedamos. Es el Hotel Divan, nos cuesta la doble con desayuno 29 €. Es un hotel correcto, limpio y bastante céntrico.

Al Museo Arqueológico, se tiene que ir en coche ya que está un poco apartado. La entrada cuesta 15 LT y también está en un edificio espectacular. Está puesto de una manera muy didáctica, desde el Paleolítico hasta la actualidad. Al principio hay como una cueva tenebrosa y poco a poco vamos pasando de la edad del Bronce, la del hierro, hititas, romanos, selyúcidas, otomanos etc. Las estelas que vemos son alucinantes, hechas de basalto y muy interesante el lenguaje jeroglífico que utilizaban. Más de la mitad del museo está dedicado a los mosaicos, que son extraordinarios. Los mosaicos provienen de toda la provincia, aunque una gran parte se encontraron en los antiguos jardines de Dafne.

Elaborados con un estilo alegre y libertino, retratan a las deidades de Tetis, Orfeo, Dionisio, Hércules y otras figuras míticas. Junto con las habituales escenas de caza y pesca, hay historias mitológicas. Otros tocan temas más singulares, como el de un alegre jorobado, un pescador negro o un misterioso conjunto formado por un cuervo, un escorpión y una horca que combaten el mal de ojo.

El museo también cuenta con una colección de sarcófagos, muy elaborados, pero en una sala hay uno que te deja con la boca abierta. Está realizado en mármol  y es alucinante la calidad del trabajo, las figuras que hay, el simbolismo etc.

De aquí vamos a la Gruta de San Pedro, que cuesta la entrada 15 LT. Se cree que la iglesia de esta cueva fue fundada por san Lucas. Su nombre, no obstante, se debe a san Pedro, que dirigía el movimiento de la iglesia primitiva desde sus cuarteles generales en Antioquia. Reconstruida por los cruzados, está parcialmente pavimentada con mosaicos  y todavía pueden percibirse restos de sus frescos. Un pequeño manantial se utilizaba para los bautismos. Fue reparada en el s XIX por monjes capuchinos, que siguen siendo sus custodios. Cada 29 de junio se celebra aquí un festival.

En la localidad hay tres confesiones: la iglesia ortodoxa griega, una iglesia católica de los capuchinos y la iglesia metodista coreana, sita en la antigua embajada de Francia.

A menos que seas muy religioso, nosotros creemos que no vale la pena, es una cueva sin ningún encanto.

Como es pronto, nos vamos a Çevlik a ver el túnel de Tito y Vespasiano. Está a unos 33 km de Antakya, la entrada cuesta 8 LT. Es un magnifico logro de la ingeniería romana, propuesta para ser Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Durante su apogeo la ciudad vivió bajo la constante amenaza de quedar inundada por un arroyo que descendía de las montañas y atravesaba el pueblo. Para evitarlo los emperadores romanos Tito y Vespasiano ordenaron a sus ingenieros que hiciesen un canal que desplazase el agua fuera de la ciudad.

Es un impresionante paso subterráneo de 1380 m excavado en la sólida roca, que mide 7 m de altura y 6 de ancho. Se puede caminar por él, pero llega un momento que hay que escalar y no es cómodo. Nosotros en ese momento nos damos la vuelta. Además del túnel, se puede seguir un camino muy arreglado hasta la Besikli Magara, una cueva donde hay más de 90 tumbas excavadas en la roca, con una entrada espectacular.

Todo esto, está al lado de la playa, que de haberlo sabido nos hubiésemos buscado un hotel en este pueblo, ya que es muy agradable, pero como no lo hemos hecho, tenemos que volver a Hatay.

Antakia está emplazada junto al rio Orontes, su población con influencia cultural árabe y vestigios del gobierno colonial francés le ha dado un carácter especial. Se puede escuchar árabe y probar muchos platos de este origen como el sam orugu, unas bolas de trigo rellenas de carne picada y nueces.

Bastante diferente de la comida turca convencional, uno de los verdaderos placeres de viajar al Hatay es degustar el delicioso hummus, el muhammara que es una salsa fría picante elaborada con chile picante, nueces y miga de pan.

Llegamos a tiempo de pasear por el bazar, es un laberinto de calles al este del puente romano. Aquí se pueden ver jans de la época otomana en las que hacendosos artesanos del metal trabajan con ahínco. Algo común es la presencia de burros. Las tiendas del bazar son un buen lugar para probar el künefe, un pudin de crema de queso y trigo cocido con una salsa dulce y servida caliente.

Visitamos el Habibi Neccar Camii, mezquita construida en una antigua iglesia que, a su vez, ocupó un templo clásico. El alminar se añadió en el s XVII. Es un lugar de peregrinación en honor a un santo local, del cual se piensa que su cabeza se encuentra sepultada bajo la construcción. Los sacerdotes italianos de la iglesia católica piensan que san Pedro vivió en el barrio entre los años 42 y 48, puesto que entonces era la judería.

Buscamos un restaurante para cenar, pero al cabo de un rato de no ver ninguno, entramos en un fast food, un plato de carne con ensalada y arroz, una hamburguesa y una Pepsi por 21 LT.

Justo al lado del hotel hay un restaurante estupendo!!!!, pero ya hemos cenado, que pena ….

Hemos hecho 277 km

DÍA 20 19-7-2018 JUEVES

HATAY – ISKENDERUN – PAYAS –  CASTABALA – KARETEPE – SANLIURFA

El desayuno en el hotel es estupendo,  probamos el hummus, está delicioso, muy diferente al que estamos acostumbrados a comer. Hay sandia, melón, huevos, tomate, quesos, embutidos y una especie de turrón buenísimo.

El coche lo tenemos aparcado en la puerta del hotel. Es de pago, pero desde ayer a las 19:30 que lo aparcamos hasta hoy a las 9 de la mañana, solo pagamos 3 LT.

Estamos buscando una farmacia, pero buscábamos la cruz que hay en las europeas y claro nos damos cuenta que aquí, una cruz no les gusta demasiado. Buscamos la palabra farmacia en turco y es Aczane y no tienen nada en la puerta para identificarlas, solo el nombre de farmacia, o como mucho una E.

Nos cruzamos con tanques y camiones militares, se nota que estamos muy cerca de la frontera siria, un poco movida estos días.

Iskenderun es la antigua Alexandreta, fue fundada para conmemorar la victoria de Alejandro Magno sobre el emperador persa Darío en la batalla de Issos en el 332 a.c.

Es un importante centro comercial, ya en época romana lo era, y sus habitantes están orgullosos de su ciudad multicultural y de conservar comunidades cristianas y judías. Las iglesias armenias, católicas y ortodoxas que sobreviven se alzan en callejones escondidos al lado de las mezquitas. Su paseo marítimo, es muy largo y cuidado. Parece una ciudad mediterránea como las nuestras, las chicas modernas, restaurantes, tiendas, todo muy chulo. Hay unos hermosos edificios de estilo francés, puede ser una parada interesante.

De aquí nos vamos a Payas, también llamado Yakacik. El motivo de parar es ver el complejo de Sokollu Mehmet Pasa. Ofrece todas las instalaciones apreciadas por los viajeros otomanos, una mezquita, unos baños, un caravasar y una escuela teológica. El caravasar fue construido en 1574 para los musulmanes que hacían el haj o peregrinaje a La Meca. Hay un patio central, enorme, de 2000 m cuadrados. Los pórticos tienen 33 pilares y originalmente estaban pintados.

Se puede visitar todo sin problemas, el caravasar, la mezquita, donde el imán se presenta y nos pregunta lo típico, de donde somos, y en una mezcla de francés e inglés nos apañamos. Hay un montón de niños y niñas que están recibiendo clase de Corán. Las niñas en un lado y los niños en otro. Hay un olivo en el patio de la mezquita que tiene casi 700 años de antigüedad  y que tiene una producción anual de 300 kg de aceitunas. Es el más antiguo de todo el mundo que sigue dando aceitunas. El resto de los olivos que había se cortaron con la construcción de este complejo. El tronco se divide en 3 partes diferentes, a partir del metro y medio.

Paseando por el bazar nos persigue un vendedor porque nos quiere enseñar los baños, están cerrados con llave  y si no nos hubiese perseguido no los habríamos visto. Quedan bastantes zonas originales y el resto lo han completado con mucho gusto. Tiene cuatro salas diferentes, la luz natural entra por las cúpulas llenas de cristales redondos como la mayoría de los baños otomanos.

También hay unas habitaciones que estaban reservadas para las personas que iban a la Meca o personalidades, con un patio central, actualmente lleno de flores.

Al salir vemos el castillo que está justo al lado, pero que no es visitable pues lo están restaurando en la actualidad. Ya está bastante avanzado y quedará precioso.

De aquí ya vamos a Hierapolis o Castabala, pasando por las ruinas de Issos, lugar emblemático donde Alejandro Magno luchó contra Darío. Hay pinturas y mosaicos encontrados en Pompeya en la casa del Fauno, que ahora están en el Museo de Pompeya, que se basan en aquella mítica guerra.

Castabala, está a 22 km de Osmaniye, la ciudad del cacahuete, cosa evidente porque venden por todos sitios y a la entrada de la ciudad hay un cacahuete gigante, como en las ciudades norteamericanas que hay la cosa típica en la entrada de un tamaño descomunal. En Malatya por ejemplo estaba el albaricoque gigante, en otra había un pan gigante etc.

Aparece mencionada en los escritos de Plinio el Viejo, alrededor del 70 d.c. Cuenta con una avenida con columnas, un teatro, baños y una fortaleza. No hay nadie en la entrada y los restos están la mayoría tapados con plásticos azules, ir expresamente no creemos que valga la pena, se ve poco, y lo poco está muy destrozado. Se nota que están trabajando para darle vida.

A 17 km al norte está Karatepe, una fortaleza hitita construida en el s IX a.c., sobre una colina que se alza junto al río Seyhan. Fue descubierta por un arqueólogo alemán en 1946. Cuando su equipo excavó el yacimiento, encontró dos entradas distintas, cada una alineada con bajorrelieves y mostrando inscripciones en fenicio antiguo y en hitita jeroglífico. Como la lengua fenicia ya había sido descifrada, ese descubrimiento se convirtió en una pieza clave par interpretar el lenguaje jeroglífico del antiguo hitita, que resultó ser muy parecido al luviano, otra antigua lengua anatolia. Su agradable emplazamiento, en lo alto de la colina y cerca de un lago artificial, y sus mesas para comer al aire libre hacen que merezca la pena el viaje. La entrada cuesta 5 LT, y somos los únicos en visitarlo en este momento.

Se piensa que fue la residencia fortificada de Azatiwatas, rey hitita de Adana. Se entraba a través de dos puertas monumentales, cada una estaba alineada con ortostatos, que son relieves de escenas de sacrificios, caza y festejos. Muestran numerosas figuras de dioses y esfinges intercaladas con escenas de gente corriente, en un estilo que recuerda las que se ven en Persépolis.

Los bajorrelieves muestran influencias de diversas culturas, como la asiria y la del Antiguo Egipto. Los arqueólogos piensan que los relieves fueron ejecutados por artistas extranjeros, reclutados por el rey para trabajar en este lugar.

Nos ha encantado este yacimiento, según la guía, hay otro yacimiento al este de Ankara que es mucho mejor, pero este es alucinante. Hay un pequeño museo,  está todo muy arreglado con unos caminos bien señalizados, pero nadie más.

De aquí ya vamos hacia Sanliurfa, son 300 km de autopista. Nos encontramos una retención y se ha producido porque el ejército ha cortado la autopista y tenemos que pasar de uno en uno por una gasolinera y área de servicio, donde paran a los dolmus, autocares y a  los camiones. Nosotros no tenemos que parar. La autopista nos cuesta 13,25 LT.

Vamos a un hotel que hemos visto en Booking a ver si hay habitaciones libres. Después de unas cuantas vueltas por calles muy estrechas, llegamos y nos que damos en el hotel Manici, nos cuesta la doble con desayuno 180 LT. Es un hotel boutique en una casa otomana adecuada para hotel. Es una preciosidad y la habitación es muy cómoda, aunque el aire acondicionado le cuesta un poco, pero estamos muy cómodos. Está a 5 minutos andando del cogollo de la ciudad, que son los jardines donde están unas cuantas mezquitas, entre ellas la cueva donde nació Abraham.

La localidad de Sanliurfa es una de las más interesantes y coloridos de la región. Poblada por los hurritas hace 5500 años. Fue posteriormente ocupada por hititas, asirios, griegos y romanos.

Alejandro Magno la llamó Edessa y los otomanos la rebautizaron como Urfa. Adquirió su prefijo sanli (gloriosa) por el papel desempeñado en su resistencia ante los franceses en 1920.

Durante la larga historia cristiana de la ciudad, fue primero centro del movimiento nestoriano y se convirtió más tarde en la capital del estado cruzado (1097-1144).

Entre las iglesias del casco antiguo, que ahora son mezquitas, destaca la Selahattin Eyubi Camii, antes Iglesia de San Juan. Urfa contó con una importante población armenia hasta 1920.

Muchos visitantes acuden aquí para ver la zona de Gölbasi u orilla del lago, a los pies de la ciudadela. Este agradable espacio ajardinado alberga el estanque de Abraham, al que se le atribuye ser el lugar en el que el profeta bíblico fue salvado del vengativo monarca asirio Nimrod. También existe una pequeña cueva cercana que, supuestamente, es donde nació Abraham.

El bazar de piedra cubierto, Kapali Çarsi, es una estructura otomana con varias hileras de calles dedicadas a diferentes tipos de productos. Predominan la artesanía y las especialidades locales.

Visitamos el Gümrük Hani, un precioso edificio con atrio, que data de la época otomana y está repleto de lugareños bebiendo té y café, jugando partidas de backgammon.

Debido a la cercanía con Siria, uno empieza a sentir que se encuentra en Oriente Medio. Las mujeres ataviadas con chadores de riguroso negro, los señores con mostacho y vestidos con salvar, los pantalones bombachos tipo árabe.

Centro espiritual por excelencia y fantástica ciudad de peregrinación, donde Job y Abraham dejaron huella. Igual que los cientos de peregrino que han pasado por ella, la primera visión del complejo Dergah de mezquitas y la zona sagrada de Gölbasi, es un momento mágico que costará olvidar.

La ciudadela situada en la colina de Damlacik, con unas vistas increíbles, desde donde supuestamente Abraham fue arrojado al vacio, es un lugar característico.  Según la fuente que se consulte, fue construida en el periodo helenístico, el bizantino, durante las Cruzadas o por los turcos. En cualquier caso, es inmensa, magníficamente iluminada y se puede acceder por unas escaleras o un túnel excavado en la roca. Arriba hay un par de columnas corintias de 17,25 m de altura y la circunferencia de las columnas es de 4,6 m  que los vecinos llaman Trono de Nemrut, levantadas en honor al rey bíblico Nemrod, supuesto fundador de Urfa.

Gölbasi, según la leyenda, Abraham, considerado un gran profeta por los musulmanes, estaba un día en Urfa destruyendo dioses paganos. El Rey asirio Nemrod se ofendió ante tan imprudente comportamiento e intentó inmolarlo en una pira funeraria. Dios lo evitó al convertir el fuego en agua y las brasas en peces. Luego fue arrojado al vacío desde la colina donde se erige la fortaleza y aterrizó sin un rasguño en un lecho de rosas.

Los dos estanques rectangulares están llenos de carpas supuestamente sagradas y la zona situada al oeste de la Hasan Padisah Camii es una magnifica rosaleda. Según la leyenda, si alguien pesca una de estas carpas se quedará ciego, por ello, estos peces son los más mimados y corpulentos de Turquía.

En el extremo norte del Baliki Gol se encuentra la elegante Rizvaniye Vakfi Camii y Medresesi, que presenta unos soportales admirados por miles de fotógrafos, mientras que en el extremo occidental se halla la Halilur Rahman Camii. Este edificio del s XIII sustituye a una iglesia bizantina anterior y alberga el lugar donde Abraham cayó al suelo.

Al sureste de los estanques y el parque, se situa el complejo Dergah, con mezquitas y parques que circundan el porticado Patio de la Hazreti Ibrahim Halilullah, que fue reconstruido a lo largo de los siglos como lugar de peregrinación.

En su limite occidental se halla la Mevlid-i Halil Camii, una gran mezquita de estilo otomano. En el lado sur aparece la entrada a la Hazreti Ibrahim Halilullah, en la que según dicen nació y vivió Abraham escondido hasta los 7 años, ya que el rey Nemrod, preocupado por un sueño profético que auguraba que un recién nacido le robaría la corona, había mandado asesinarlos a todos. Sigue siendo un lugar de peregrinación y rezo, con entradas separadas para hombres  y mujeres. Al norte, en Göl Caddesi, está la Hasan Padisah Camii, cuyo interior no reviste mucho interés.

La Ulu Cami, de estilo sirio, data de 1170-1175. Sus 13 eyans o salas abovedadas confluyen en un amplio antepatio que tiene una alta torre con un reloj de números otomanos. En el patio hay decenas de gatos, jugando, de todos los tamaños, es un placer verlos lo bien que se lo pasan.

Hay mucho ambiente en esta ciudad, mucho turismo interior, ves personas de todos los tipos, con muchos niños, todo muy tranquilo, a pesar de estar relativamente cerca de la frontera de Siria.

Hemos hecho 467 km

DÍA 21 20-7-2018 VIERNES

SANLIURFA – HARRAN – BAZDA CAVES – GÖKTAS – SUAYB ANCIENT CITY – SOGMATAR – SANLIURFA

El  desayuno es espectacular, que bien viven los ricos, tenemos un patio al aire libre que es un lujazo, al fresquito, hay una variedad impresionante en el buffet libre.

Hoy vamos a hacer ruta por los alrededores de Harran. Es uno de los lugares más viejos e ininterrumpidamente habitados que hay sobre la tierra. En el libro del Genesis aparecen mencionado Harran y Abraham, su habitante más famoso, que vivió en ella unos años alrededor de 1900 a.c. Las ruinas de las murallas, la Ulu Cami, la fortaleza y sus casas colmena son lugares poderosamente evocadores que confieren a la localidad un profundo aire de antigüedad. Con la construcción del embalse Atatürk, los campos de algodón brotan donde antes se extendía el desierto.

Cuando llegamos nos cobran una entrada al pueblo de 5 LT. Harran fue un centro de culto a Sin, el dios de la luna. La veneración del sol, la luna y los planetas fue popular en Harran y la vecina Sogmatar desde el 800 a.c. hasta el 830 d.c., aunque el templo dedicado a Sin fue destruido por el emperador bizantino Teodosio I en el 382. Las  batallas entre árabes y bizantinos ocuparon a los habitantes hasta la llegada de los cruzados, la fortaleza fue construida sobre las ruinas del templo de Sin, se restauró cuando se aproximaban estos, que consiguieron conquistarla y mantenerla durante un tiempo hasta que fueron expulsados de la región.

Es célebre por sus casas colmena, cuyo diseño más antiguo se remonta al s III a.C., aunque los ejemplos actuales se construyeron sobre todo en los últimos 200 años. Se cree que este tipo de construcción se desarrolló, en parte debido a la falta de madera para levantar tejados y también porque las ruinas proporcionaban una rápida fuente de ladrillos reutilizables.

La Harran Kúltür Evi, situada cerca del castillo, es una tienda decorada para que te hagas una idea de cómo se utilizaban estas casas. Actualmente ya casi nadie vive en estas casas, las utilizan para los animales. Hay dos muy arregladas, pero son tiendas y restaurante. Una señora me quiere vender todo tipo de bisutería, pero no caigo en la tentación. Me dice que el ejército ha matado a su marido de un tiro en la sien ….

En la ladera oriental de la colina, se yerguen las ruinas de la kale junto a algunas casas colmena. Tal vez ya existiera un castillo en la época hitita, pero lo que se ve es posterior al 1059. Antiguamente había cuatro torres multiangulares en las esquinas, de las que solo quedan dos. Están trabajando pero tienen mucho trabajo para acabar de dejarlo como estaba.

Las murallas de piedra median 4 m y tenían 187 torres y cuatro puertas. Solo se conserva la puerta de Alepo, próxima a la parte nueva del pueblo. Aparte de la kale, destaca la Ulu Camii, construida en el s VIII por Marwan II, el último califa omeya. Tiene un alminar cuadrado, dicen que es la más antigua de Anatolia. Cerca de ella se erigió la primera universidad islámica y, en la ladera de más arriba, se pueden apreciar los restos poco importantes de la antigua Harran, que se remontan a unos cinco mil años.

Nos persiguen los niños y nos piden dinero, no es agradable, además gritan mucho, no hablan nada de inglés, con lo que no nos podemos comunicar.

Seguimos camino hasta las Cuevas de Bazda, se encuentra a unos 20 km al este de Harran. Se utilizó para construir las murallas de Harran. Hay muchas cuevas con túneles que las comunican. Alguna de ellas ahora es el establo de algunos animales de la familia que vive en la entrada.

De aquí, a 20 km al este, se hallan los restos de Han el Ba’rur, un caravasar selyúcida construido en 1128 para atender a las caravanas comerciales, aunque se han realizado algunas obras de restauración, no debe venir mucha gente, porque está bastante perjudicado y muy alejado de cualquier lugar, nosotros porque vamos en coche que si no sería difícil llegar.

Los restos de Suayb se encuentran a 12 km al noroeste de Han el Ba’rur. Consisten en robustos muros y dinteles de piedra sobre una red de salas subterráneas, una de ellas, alberga una mezquita en el emplazamiento de la supuesta casa del profeta Jetro, el suegro de Moisés.

No queda demasiado, aquí los niños también son un poco pesados, y hace mucho sol, con lo que no estamos mucho rato.

Llegamos a Sogmatar, 18 km al norte del último pueblo visitado. En la antigüedad, en una de las terrazas que hay, se erguía un templo al aire libre donde se realizaban sacrificios en honor a las deidades del sol y la luna, cuyas efigies talladas se pueden apreciar en un extremo. Al igual que Harran, fue un centro de veneración a Sin, dios de la luna. Este altar fue el templo principal  y central. En una cueva cerca del centro del pueblo hay estatuas talladas, además de inscripciones asirias. Se nos acerca  un lugareño para llevarnos a ver todo esto, pero no tenemos ganas, hace mucho calor, estamos a 40 grados y un sol inmisericorde.

Al volver queremos ir a Göbekli Tepe, pero la salida que ponía nuestro GPS, no existe con lo que tenemos que hacer 45 km para poder acceder al yacimiento, con lo que decidimos que ya iremos mañana.

Nos vamos al hotel a recuperarnos algo de tanto calor. Cuando baja el sol, salimos a pasear sin rumbo por esta encantadora ciudad. Nos planteamos quedarnos otra noche, pero a pesar de que estamos muy bien, decidimos que cambiaremos de ubicación mañana.

Para cenar vamos al bazar donde en un restaurante que se llama Edessa nos ponen unos pinchos de berenjena con carne de cordero  y otros de tomate con carne también. Están buenísimos, como no sabemos comérnoslos, el camarero nos hace una demostración, se coge un trozo del pan que utilizan para hacer kebabs, nos pone un poco de berenjena, la machaca un poco, luego un poco de carne, un poco de tomate, un poco de cebolla, un poco de perejil y lo enrolla. Está exquisito, eso sí con agua!!!! Ganaría tanto con una cervecita…. Nos cuesta 43 LT, es una ganga. Casi no lo podemos acabar de tanta cantidad que ponen.

Hemos hecho 193 km

DÍA 22 21-7-2018 SABADO

SANLIURFA – GÖBEKLI TEPE – MARDIN

Vamos al Museo de Sanliurfa. Cuesta 8 LT la entrada, teníamos que habernos comprado el carnet de los Museos, cuesta 210 LT, dura 15 días y creo que lo habríamos amortizado.

El edificio es alucinante, faraónico, los museos en Turquía los hacen impresionantes. Está puesto de una manera secuencial en el tiempo desde tiempos del neolítico hasta la época otomana. Hay una sala dedicada a Göbekli Tepe, alucinante. Pensar que tienen estas estructuras más de 12.000 años, te deja con la boca abierta.

Es un lugar imprescindible, hay que buscar tiempo para visitarlo. La joya de la corona es una escultura que data del mismo tiempo que Göbekli Tepe, la más antigua del mundo, con unos ojos de obsidiana y que cambia todos los esquemas y lo que se creía hasta ahora. Los arqueólogos decían que cuando los hombres se hicieron sedentarios y cultivaban la tierra es lo que hizo que se empezara a creer en dioses. El problema es que con este hallazgo se ha demostrado que eran cazadores recolectores cuando se construyeron estos templos.

Hay varios yacimientos recreados de una manera muy realista. Hay mucha información con lo que hay que reservar varias horas para poder disfrutarlo bien. Con la entrada puedes visitar el Museo de los Mosaicos que está a unos 500 m del que estamos visitando. No se puede comparar ni al de Gaziantep ni al de Hatay, pero ya que nos entra vamos a verlo. Tiene un mosaico que está basado en las amazonas que vale mucho la pena, además el edificio es fantástico.

En los jardines hay unas casas de distintas zonas en miniatura que también se pueden visitar.

A 15 km al norte de Sanliurfa está el yacimiento de Göbekli Tepe. La entrada son 20 LT o 25 LT, la diferencia está en un video y un montaje de luz y sonido que simboliza los hombres prehistóricos como cazaban y como construyeron el templo. Cuando vemos este montaje tenemos que ir a una especie de parada de autobús donde se coge un shuttle que te lleva al yacimiento en sí. Han hecho como un tejado para preservar las piedras del yacimiento. Hay paneles explicativos en turco y en inglés muy interesantes.

Se han descubierto 4 templos, pero al hacer un rastreo con un radar geológico se han encontrado muchos más templos que están enterrados. Hay un alemán que lleva más de 20 años estudiando y desenterrando cosas en este magnífico yacimiento, que debido a su importancia, le han concedido en Junio de 2018 la distinción de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Hay un recorrido no muy extenso y no te puedes salir para ver otras cosas pues están cortados con cadenas.

Cogemos el shuttle y nos vamos a Mardin donde estaremos dos días. Miramos en Booking un hotel que tenga parquing y vamos directamente al Gazi Konagi Butik Hotel. Está muy bien situado y la habitación es espectacular, me piden 160 LT que es un precio muy bueno por la doble con desayuno. Es una casa antigua rehabilitada como hotel con antigüedades muy chula. El encargado me la enseña de arriba abajo, es muy simpático, pero no habla una palabra en inglés. El parking es fantástico, vigilado y con el coche aparcado, ya empezamos a explorar esta ciudad tan bonita. Tiene unos 100.000 habitantes, pero la zona antigua está totalmente separada de la nueva.

Tiene un emplazamiento soberbio en lo alto de un risco de caliza con vistas a la llanura Mesopotámica. Es famosa por su preciosa arquitectura local. Muchas de sus esplendidas casas de piedra se han reconvertido en hoteles boutique, como el nuestro, y es una ciudad muy agradable para estar. La ciudad fue capturada por los musulmanes sobre el año 640 y fue gobernada por varios estados árabes y kurdos hasta el s XI. Algunos excepcionales edificios religiosos como la Zinciriye Medresesi  y la Kasmiye Medresesi datan de los s XIV y XV respectivamente.

Las poco comunes casas en terraza y las estrechas y laberínticas calles recuerdan el estilo y forma de su herencia árabe. Callejeamos por la calle principal, desviándonos para visitar la Iglesia de los 40 mártires, del s XV, con los santos representados sobre la entrada.

La kasimiye Medresesi, se construyó en 1469. Dos cúpulas se yerguen sobre las tumbas de Kasim Pasa y su hermana, pero sobre todo destacan el esplendido patio amurallado con columnatas y la magnífica puerta de entrada, repleta de tallas

Pasamos por la oficina de correos más esplendida de Turquía, emplazada en un caravasar del s XVII. Luce diversas tallas, como los adornos que rodean las ventanas y las lagrimas de piedra que se derraman por los muros.

Al otro lado de la calle, resalta el esbelto y elegante alminar del s XIV de la Sehidiye Camii, que cuenta con unas magnificas tallas, unas columnatas en derredor y tres pequeñas cúpulas bulbosas en lo alto.

Cuando llega la hora de cenar subimos a un restaurante que tiene una terraza muy agradable y nos tomamos el Kebab de Urfa y otro kebab con dos cervezas de medio litro Efes. Nos cuesta en total 70 LT, de las cuales 35 corresponden a las cervezas!!!!, pero que bien nos sientan fresquitas con la cena.

Volvemos a nuestra magnifica habitación a descansar de tantas emociones, con alegría de que nos quedamos otra noche en esta bonita y acogedora ciudad.

Hemos hecho 207 km

DÍA 23 22-7-2018 DOMINGO

MARDIN – DEYRULZAFARAN MONASTERY – DARA – MARDIN

Hoy queremos visitar el Monasterio del Azafrán, llamado así por el color amarillento y por las plantas de azafrán que crecen cerca. Está a unos 6 km de Mardin y llegan grupos de turistas por la facilidad de acceso.

La entrada cuesta 8 LT, es una visita guiada, pero en turco, a nosotros que no lo entendemos nos dan un folleto en inglés. En la entrada nos dicen que visitaremos 4 recintos y nos dejan a nuestro aire. Es un monasterio muy grande, pero se visita una pequeñísima parte.

Se yergue en unas colinas rocosas y antiguamente era la sede del Patriarcado Ortodoxo sirio, ahora en Damasco. En el año 495 se construyó el primer monasterio en un emplazamiento anteriormente dedicado al culto del sol, que se cree  tiene 5000 años de antigüedad.

Destruido por los persas en el 607, fue reconstruido, pero Tamerlán lo saqueó seis siglos más tarde.

Se entra al recinto amurallado por un portal con una inscripción en siriaco, un dialecto del arameo. Primero se visita el templo del Sol, se cree que data del 3000 antes de Cristo. Se accede a través de unas escaleras de piedra. Tiene un techo plano hecho de piedras planas enormes que no se sabe cómo se mantienen juntas. Fue utilizada por adoradores del sol que veían a su dios elevarse a través de una ventana el extremo oriental, se dice que el nicho de la pared sur servía para sacrificios.

Después se entra en la casa de los Santos, tiene una cúpula segmentada. Fue uno de los primeros edificios del monasterio. Tiene una altura de 10,5 m y una anchura de 5,4 m. hay tumbas de patriarcas y metropolitanos. Hay motivos de racimos de uvas, y en el arco de la entrada hay una cruz rodeada de delfines. Esto parece que significa que este edificio se utilizaba para administrar medicina o propósitos farmacológicos.

La Mor Hananyo, fue construida por los hermanos arquitectos sirios Theodosius y Theodore entre el 491-518 d.c. durante el gobierno del emperador bizantino Anastasius.

Se le llama la iglesia de la cúpula, pues tiene forma de cruz. Quedan un fresco basado en el libro sagrado. Es San Hananyo, que restauró el monasterio en 793. La altura del fresco es 270 cm y un ancho de 66 cm.

Hay un trono del patriarca que tiene 640 años de antigüedad, desde su construcción han pasado 122 patriarcas sirios empezando por San Petrus, el primer patriarca de Antioquia. Da información sobre todos los patriarcas que han pasado por aquí, pues su nombre está grabado. El altar de piedra está adornado con magníficos cuadros y tapices y continua utilizándose para la celebración de misas en arameo.

En la iglesia de Santa María, hay unas literas que se utilizaban para trasportar a los dignatarios eclesiásticos, y una fuente bautismal. En un pequeña estancia lateral hay un trono de madera e 300 años y un mosaico en el suelo de 1500 años.

No se puede visitar nada más, parece que hace años se podía ver dormitorios para los peregrinos y el del propio patriarca. Vemos a un monje, bastante adusto que ni siquiera saluda.

De aquí nos vamos a Dara, se encuentra a unos 30 km al sureste de Mardin. Es una antigua ciudad romana, fundada en el s VI. En ella se construyó el primer dique y los primeros canales de riego de Mesopotamia. Se pueden ver las ruinas de los acueductos, las cisternas, que se puede entrar en el interior y son impresionantes. Todo el pueblo está lleno de ruinas, se encuentra el ágora, murallas, ruinas de un castillo etc.

En la entrada del pueblo se encuentran las tumbas trogloditas, impresionantes, es una sorpresa encontrarse esto, en medio de la nada. No se tiene que pagar entrada, hay que llegar hasta el final, donde se encuentra la tumba más impresionante. Tiene 3 pisos, la parte inferior hay restos de cadáveres de más de 3000 personas. En otro nivel superior hay sarcófagos también con restos, incluso se ven cráneos. Han hecho unas pasarelas con el suelo de vidrio para que se  vea todo muy bien. Eso sí, hace un calor terrible, más de 40 grados sin ningún sitio donde refugiarse.

Hay alguna cosa más que visitar en los alrededores como el monasterio de Mor Gabriel. El problema es que son más de 100 km y no nos apetece hacer tantos km, sin nada más en el camino. Está enterrado San Gabriel y se dice que la arena en torno a su tumba cura enfermedades. Presenta varios frescos, la inmensa y antigua cúpula erigida por Teodora, esposa del emperador Justiniano, y un campanario más reciente.

Volvemos al hotel a que pasen las horas de más calor y cuando ya estamos un poco repuestos salimos a visitar el Museo de Mardín. Hemos leído los comentarios sobre el museo y comentan que comparado con los de Gaziantep o Sanliurfa, no vale la pena, pero el edificio es una mansión del s XIX, magníficamente restaurada, con columnas talladas y elegantes arcadas en su piso superior. La entrada cuesta 5 LT. La pequeña colección está puesta muy bien, hay un jarrón asirio del s VII a.c., hasta objetos procedentes de un yacimiento de la Edad del Bronce cercano. Hay restos de Dara, el pueblo que hemos visitado esta mañana. Tiene un poquito de todo, algo de las costumbres de la zona, recetas de cocina, armas, ropa, fotos antiguas etc.

Una cosa que nos ha sorprendido es que en los museos de Turquía, los vigilantes, que hay muchos, tienen pistola!!!!

Vamos hacia el bazar, pero está todo cerrado, es extraño, lo poco que hay abierto cierra antes de las 7 de la tarde.

Nos vamos a tomar un té y un agua en un local que hay al aire libre y así vemos la gente que va pasando. Cuando nos cansamos pagamos y nos cobran 3 LT. Vamos a una tienda donde hemos visto que venden cervezas Efes a 10 LT cada una. Volvemos al hotel y cenamos con una cervecita fresca de nuestras provisiones.

Hemos hecho 76 km

DÍA 24 23-7-2018 LUNES

MARDIN – DIYARBAKIR

Después de un opíparo desayuno, salimos hacia Diyarbakir que se encuentra a 95 km al noroeste de Mardin. La autovía es estupenda, hay muchas torres de vigilancia en la carretera del ejército, a mitad del recorrido nos paran, mira el maletero el policía y revisa un poco los pasaportes, pero nos deja seguir sin problemas. Hay muy poco tráfico en esta fantástica carretera.

A los pocos km nos vuelven a parar, es como si tomasen nota de todos los coches que van en esta dirección, aunque hay algunos coches que no son parados.

Pasamos por otro control con vehículos militares que impresionan, pero ahora no nos paran.

Es una ciudad enorme, de más de 1 millón de habitantes. Se encuentra situada en el límite de una orilla elevada que desciende hasta el rio Éufrates. Los seis km de su muralla de basalto negro rodean el casco antiguo, formado por avenidas y calles adoquinadas con mezquitas, iglesias y mansiones. Como capital no oficial del sureste de Turquía, dominado por los kurdos, tiene unos sentimientos políticos fuertes. Sus habitantes son amables y acogedores con los extranjeros y se sienten muy orgullosos de su personal aunque económicamente pobre ciudad natal. Es conocida por sus sandias, que se ven por todos lados, regadas por el rio Tigris y fertilizadas con excrementos de pichón, pueden pesar más de 50 kilos.

Voy a ver un hotel, pero no me acaba de gustar, y donde está el coche esperando hay otro hotel que lo voy a ver. Se llama Park Vadi Hotel, veo la habitación y me parece bien, me cuesta 180 LT la doble con desayuno incluido. El conserje se lleva al parking el coche y nosotros tomamos posesión de la habitación.

A 200 m tenemos la oficina de turismo y allá  que nos vamos. Está en la misma muralla, en una de las torres del norte. Nos da mucha información y nos informa que de la parte de dentro de la muralla hay una cuarta parte que está cerrada. Hemos leído que hace dos años hubo una autentica guerra del ejército turco contra los jóvenes kurdos. Ese ha sido el resultado, que cuando llegamos a esa zona, está toda tapiada con trozos de hormigón que dejan muy poquito para ver, aunque sí que hay bloques enteros destrozados por la artillería.

De aquí vamos a la zona del castillo y donde se encuentra el museo de Diyarbakir, hoy cerrado por ser lunes. Hay unos jardines muy agradables, utilizados siempre que haya un árbol para cobijarse de los 40 grados que están cayendo. Vamos de fuente a fuente, mojándonos casi por completo para descansar un poco.

Pasamos por una peluquería y para resguardarnos del sol, Antonio se corta el pelo por 15 LT. Estamos un rato, porque el hombre está casi media hora cortando con la máquina, luego con las tijeras, luego a cuchilla, le lava el pelo, le arregla muy bien.

Seguimos de norte a sur y llegamos al final de la calle que cruza la zona interna de la muralla, donde se encuentra el otel Büyük Kervansaray. Es un caravasar rehabilitado del s XVI. Sin ser el colmo del lujo, tiene  restaurante, hamman, piscina y un bar de vino y otro que se llama The Beer House!!!!. Y si, hay cervezas a montones. El chico que la regenta habla perfectamente inglés, un sitio recomendable. Pedimos entrar al patio central del hotel y nos dicen que sin problemas. De hecho nos invitan a té, café, pero con el calor que hace no nos apetece. Hay 4 gatitos peludos, preciosos,  ya que no me los puedo llevar los fotografío para llevármelos virtualmente.

Aquí ya está la puerta de Mardin, a la izquierda está prohibido pasar y hay un control del ejército. Subimos a la muralla para ver el destrozo que se ha hecho en esta parte de la ciudad, la han arrasado por completo, da mucha pena. Cantidad de gente ha perdido su casa, su vida, su historia.

Visitamos la Ulu Camii, es de gran sencillez y con estructura basilical, es la construcción más significativa y está considerada uno de los lugares más antiguos del mundo islámico.

Fue construida sobre una antigua iglesia hacia el 639, después de que la ciudad fuese capturada por los árabes. Entre 1091 y 1092, el gobernante selyúcida Malik Sah la reformó utilizando como  modelo la Ummaya de Damasco.

Su interior es espacioso y austero, los edificios del patio alternan franjas de basalto negro con piedra caliza blanca, con arcos ciegos sujetos por columnas romanas, intercaladas con frisos selyúcidas. La mezquita se encuentra frente a un stoa o pórtico romano sobre el que se dispone una biblioteca. Entramos y vemos a muchos hombres haciendo la siesta, se está a gusto dentro mucho más fresquito que afuera.

Delante hay un parque, donde por la tarde se está muy fresquito, con fuentes en el centro y bancos para poder descansar.

El Hasan Pasa Hani, enfrente de la Gran Mezquita, es un caravasar precioso del s XVI. En el interior hay restaurantes, joyerías, tiendas de alfombras y antigüedades. Su fachada de basalto negro está decorada por un original friso de piedra caliza blanca. A la tarde volveremos para tomarnos un zumo de limón natural, riquísimo, que nos cuesta 14 LT.

Las murallas de la ciudad son negras y según dicen se pueden ver desde el espacio. Fueron construidas por los romanos en el s III d.c., ya que la ciudad carecía de defensas naturales. Aunque los bizantinos añadieron partes, lo que queda pertenece a los selyúcidas, que capturaron la ciudad en 1088.

Construidas con bloques de basalto negro, las murallas se abren a través de cuatro grandes puertas, Harput, Yenikapi, Mardin y Urfa. Están tachonadas por 72 torres. Los muros miden 12 m de altura y más de 5 km de largo y se pueden recorrer en su mayor parte a pie.

Las vistas más impresionantes se contemplan desde la zona sur de las murallas, que miran hacia el rio Tigris, que serpentea hacia Irak. La torre de los siete hermanos, entre las puertas Mardin y Urfa y reconstruida en 1208, es el mejor punto panorámico.

Vamos a la Iglesia de la Virgen María, Siria Ortodoxa, está cerrada, pero son las 6 de la tarde y van a hacer misa, con lo que podemos entrar a verla. Hay 3 fieles con el cura. Esta iglesia fue fundada en el s III, es una de las iglesias más importantes que perduran por sus puertas decoradas y sus trabajos literarios. Emociona pensar que tiene tantos años y que ha pasado tanto en sus paredes.

Vemos muchas más iglesias, madrasas, callejeamos por el bazar, y cuando ya se hace de noche y estamos cansados, compramos unos bocatas, en una tienda al lado del hotel una cerveza Efes y nos la comemos en nuestra bonita habitación.

Hemos hecho 94 km

DÍA 25 24-7-2018 MARTES

DIYARBAKIR – HASANKEIF – BATMAN – MALABADI BRIDGE – BITLIS – TATVAN

El desayuno del hotel es muy generoso pero en platos cocinados y tiene sandia, muy buena. Lo que no hay es nada dulce a excepción de miel y mermeladas.

Vamos con el coche hacia Gazi Gosku, es la típica casa de veraneo a la que se retiraban los ciudadanos más ricos de Diyarbakir. Está situada en un parque muy bien cuidado donde las familias vienen a hacer picnic. Atatürk estuvo en 1917 en esta casa  y en 1937 el ayuntamiento la compró y se le regalo a Atatürk. Fue  restaurada en 1981 y se convirtió en museo donde se exponen las pertenencias de Atatürk, documentos y fotos. Cuando llegamos a la entrada, vemos un cartel en la puerta y gracias al traductor nos enteramos que está cerrada por obras de restauración.

A 2 km al sur se encuentra el Puente On Gözlu Köprüsü, o puente de los diez ojos. Atraviesa el rio Tigris, cerca de los Montes Kirklar. Hay diversas teorías de cuando se construyó, pero hay unas inscripciones que lo datan entre 1065 y 1067. Mide 178 m, tiene 5,6 m de ancho y una altura de 14,7 m. Es muy bonito, y al otro lado hay una mezquita impresionante. Es una zona muy agradable para venir a tomar algo, a la sombra y escuchando el sonido del agua del río.

De aquí ya vamos dirección a Batman que está casi a 100 km al sureste. Hay controles policiales pero no nos paran. Antes de llegar, hay un desvío hacia Hasankeyf, que se encuentra a 44 km hacia el sur.

Están construyendo una presa enorme que inundará todo el pueblo. Ya han construido el nuevo pueblo y hace un año han trasladado la tumba Zeynel Bey Türbesi, muy bonita a la ciudad nueva. Esta tumba de azulejos color turquesa fue construida a mediados del s XV, para Zeynel, hijo de un gobernador de Akkoyunlu, y constituye uno de los pocos ejemplos que se conservan de este periodo.

Al cruzar el moderno puente sobre el Tigris, surgen a la derecha los arcos y los pilares en ruinas del Eski Köprüsü o puente antiguo, cuyo tamaño evidencia la importancia de Hasankief antes de la llegada de los otomanos.

Al otro lado del rio, a mano derecha se encuentra la Kale y las Magaras o cuevas. La calle está llena de tiendas de souvenirs con cosas muy interesantes. Llegamos a la El-Rizk Cami de 1409, que ostenta un magnifico y esbelto alminar a los de Mardin., coronado por un nido de cigüeñas. A la derecha ahora no se puede pasar pues está cortado y cerrado con concertinas. Ya no se puede ver la impresionante puerta del castillo, magníficamente decorada. Este punto estratégico lleva ocupado desde la época bizantina, pero lo poco que se ve hoy es del s XIV.

Se ven un montón de cuevas, que antes eran tiendas y casas. Sobre la roca, se hallan las ruinas del Pequeño Palacio, del s XIV, con tiestos colocados en techos  y paredes para lograr un aislamiento acústico y que goza de unas magnificas vistas del rio.

Vemos la impresionante mazmorra que hay bajo el castillo y una torre en equilibrio al borde del acantilado.

Estamos un poco más, pero los 40 grados son insoportables. Esto, mejor en semana santa, que hará una temperatura mucho más agradable.

Pasamos por Batman, pero seguimos hacia Malabadi Bridge, seguimos 4 km al norte hasta llegar a este magnífico puente medieval. Cruza el rio Batman, se construyó desde el 1146 hasta 1155. Mide 150 m de largo, solo tiene un vano de 38 m, una altura de 19 m y una anchura de 7 m. es el puente en arco más grande de Turquía y hasta la construcción del puente de Ceret, del mundo. Vale la pena hacer esos pocos km de más para verlo, nos deja sin palabras.

Seguimos ya hacia Bitlis que está a 100 km. Tiene 55000 habitantes y tiene una arquitectura maravillosa. Predomina el castillo y dos viejos puentes que cruzan el riachuelo.

Las mezquitas tienen unas cúpulas muy diferentes a las que estamos acostumbrados. El edificio más espectacular de la ciudad es la antigua madrasa Ihlasiye, se encuentra en las afueras y ahora es un edificio del gobierno. Pedimos permiso para verlo un poco y nos lo dan, pero fotos al despacho del mandamás no. Me hace una fotocopia donde explica todo lo referente a la madrasa, pero en turco!!!!

Tatvan es una ciudad práctica para subir al Monte Nemrut. Es bastante moderna con calles anchas, cosa que no pasaba en Bitlis.

Nos alojamos en el Tasar Royal, la habitación es muy moderna y espaciosa. Me piden 200 LT, pero lo dejamos en 180 LT con desayuno buffet. Tiene vistas al lago Van y un gran parking para el coche.

La ciudad de Tatvan tiene un paseo al lado del lago estupendo, hay mucha gente paseando con los niños, familias, jóvenes. Es agradable, además la temperatura es muy diferente, pues estamos a 1400 m  de altitud y la brisa del lago hace que se pueda pasear sin problemas.

Vamos a un restaurante del paseo, donde nos comemos un plato de carne especiada exquisito, una especie de bikini, Coca-Cola y  agua por 40 LT. Mientras estamos cenando pasa un camión fumigando, ya que hay bastantes mosquitos, pero no nos molestan en demasía.

Hemos hecho 332 km.

DÍA 26 25-7-2018 MIERCOLES

TATVAN – NEMRUT DAGI – AHLAT – ADILCEVAZ – ERCIS –  VAN

El desayuno es excelente, muchísimo donde elegir y continuamente están reponiendo lo que se va acabando. Las vistas son maravillosas hacia el lago Van. Nos da pena dejar este hotel, se está muy bien.

El Nemrut Dagi de 3050 m, se eleva al norte de Tatvan, es un volcán dormido con varios lagos volcánicos en su cima. A las afueras de la ciudad en dirección a Tiblis hay un desvío a la derecha que lleva al cráter. El cartel sólo está viniendo en la otra dirección, con lo que nos lo pasamos. Menos mal que llevamos el Maps me y vemos donde sale la carretera que llega a la cima. Los primeros km están asfaltados, luego está adoquinado, pero en bastante buen estado. Son 20 km hasta el final. Llegamos a 2400 m, y después bajamos, el lago es precioso. El paisaje está intacto, en primavera y principios de verano, las laderas inferiores se llenan de aromáticas flores silvestres.

Vemos un rebaño de ovejas y al lado de una pequeña laguna, una familia tiene su campamento de verano. Hay abubillas, alondras y de golpe nos encontramos un overlander con matrícula de Tailandia, que nos dice que es muy bonito para pasar la noche al lado del lago. El conductor es francés!!!!

El lago es estupendo, da mucha paz, hay un señor y un niño que vende agua y gaseosas, son muy poco sociables, porque los saludamos y no dicen nada …

De aquí vamos hacia Ahlat, que sale de cerca del lago, sin pavimentar. Hay grandes rocas de lava, de cuando erupcionó este volcán.  Es famoso por su esplendido cementerio y sus tumbas selyúcidas. Fundada durante el reinado del califa Omar en 581, se convirtió en una fortaleza selyúcida en 1060.

Más tarde el pueblo vivió una historia agitada, incluso para Anatolia, un emir derrotaba a un príncipe, y un rey echaba a un emir, de ahí la fama de sus cementerios.

Al oeste de Ahlat, a 300 m de la carretera, se puede ver la Usta Sagirt Kümbeti, una tumba poligonal de s XIII, en medio de un campo de hierba, cercana a una mezquita nueva. Es la tumba selyúcida más grande de la región. Tiene 2 pisos, no se puede entrar, pero desde fuera se ve el interior por unos agujeros.

Siguiendo la carretera se encuentra un pequeño museo y detrás el Selçuk Mezarligi o cementerio selyúcida. Se muestras lapidas parecidas a estelas cubiertas de liquen, elaboradas con toba volcánica de colores gris o rojo y adornadas con complejos diseños de redes y bandas de letras cúficas. La visión impresiona con el espectacular Nemrut Dagi de fondo. Según la guía casi todas las tumbas están vigiladas por un cuervo, pero nosotros no vemos ni uno. Está en la lista de posibles patrimonios de la Humanidad de la Unesco. Hay unas tumbas preciosas, incluso algunas tienen la estrella de David!!!!. El vigilante nos dice que no podemos hacer fotos, pero no le hacemos ni caso. El cementerio es inmenso y se va a la sombra y no controla.

En el extremo nororiental del cementerio se halla la hermosa y peculiar  Bayindir Kúmbeti ve Camii, tumba y mezquita de Bayindir de 1477, con su propio mihrab y un porche repleto de columnas. Es muy bonita, con mucha decoración cúfica.

Otros puntos de interés son la Cifte Kümbet o tumbas gemelas y la Ahlat Sahil Kalesi, fortaleza lacustre de Ahlat, al sur de las anteriores, construida durante el reinado de Solimán el Magnífico. Las tumbas las encontramos fácilmente pero la fortaleza no hay manera.

A 25 km se encuentra Adilcevaz, una antigua población urartea que hoy está dominada por una gran fortaleza selyúcida de 1571.

El agua procedente del deshielo del Süphan Dagi baja hasta el pueblo, convirtiendo sus alrededores en un territorio verde y fértil. La carretera pasa por la Ulu Camii, construida en el s XIII, todavía en uso. La han restaurado  y arreglado los accesos, pero está cerrada. Es muy bonita.

Desde el centro de la población se puede subir a la fortaleza urartea en lo alto del valle. La enorme mole que enmarca el horizonte es el Süphan Dagi de 4053 m, la segunda montaña más alta de Turquía, después del monte Ararat.

Nosotros nos quedamos a 1,5 km de la fortaleza, el camino es horroroso y no queremos que el coche sufra tanto. No sabemos si vale la pena o no, pero el acceso es para 4 x 4 y si no aprecias mucho el coche.

De aquí ya vamos a Van, está a 180 km, vamos rodeando el lago todo el recorrido. Hay gaviotas, pero nada más, ya que es un lago salado y solo hay un tipo de pez en sus aguas.

El lago es siete veces más grande que el lago Leman y alcanza los 400 m en las zonas más profundas. Sus aguas poseen una salinidad superior al mar. Son tan alcalinas que los lugareños no necesitan utilizar jabón para lavar y son muy agradables para nadar. No vemos a gente bañándose, alguno, pero se baña vestido, las mujeres por supuesto no se bañan.

La cuenca del Van fue en el pasado el centro de la civilización urartia, contemporánea  y adversaria de los asirios. Los restos de su capital fortificada se extienden sobre la imponente Roca de Van, situada cerca de la orilla sur del lago. Este espectacular afloramiento rocoso, escarpado en su vertiente sur, fue en su día el principal asentamiento urartio. Los vestigios más evidentes que quedan de esta civilización son sus inscripciones cuneiformes, que se aprecian a la entrada de la tumba de Afgishti, a la que se accede a través de unos escalones desde cerca de la parte superior de la roca. El afloramiento ahora lo coronan los restos de una mezquita otomana, a cuyos pies se extienden los vestigios de la ciudad antigua de Van, un asentamiento amurallado completamente destruido en la IGM. A unos pocos km se encuentra la ciudad moderna de Van.

El castillo de Van está 3 km al oeste del Van Moderno y cuesta 5 LT la entrada. Antes de llegar paramos en la Van Cat House, hay un pequeño recinto donde hay un montón de gatos Van y algún infiltrado. Los gatos Van son famosos, porque les gusta el agua y tienen un ojo azul y otro marrón. Los gatos Van son blancos, preciosos y cariñosos. Es una tienda de joyas y han montado este chiringuito, para que los turistas y no turistas amantes de los gatos, paren y compren algo. No se paga entrada, pero si quieres entrar en el recinto y tocar o jugar con los gatos, pagas 10 LT y les ponen comida. No disfrutamos, porque se nota que el chico que esta al cuidado de los gatos, no los trata muy bien, los coge de cualquier manera y sin cariño. Además están masificados en un lugar muy pequeño, algunos con heridas.

El yacimiento es bastante extenso, al pasar la entrada cruzas por un puente de piedra y varios sauces. Unas escaleras llevan hasta la roca. En la subida, aparece una mezquita con un alminar, además de un edificio con tejado abovedado, anteriormente una escuela coránica.

Al llegar a la cima, en el lado sur de la roca, afloran, los cimientos de Eski Van o ciudad antigua. Hay numerosos edificios, aquí se hallaba el casco antiguo, destruido durante la IGM.

Han sobrevivido varias mezquitas, que sobresalen como champiñones en medio de la nada. No encontramos las gigantescas inscripciones cuneiformes ni las cruces armenias excavadas en la cara sur de la roca.

Hay varias cámaras funerarias excavadas en la roca como la del rey Argisthi. A 900 m de la taquilla hay una moderna mezquita con la tumba de un santo musulmán Abdurrahman Gazi. Suele ser visitado por peregrinos y mujeres estériles que piden su intercesión.

Cierra a las 7 de la tarde pero no debe ser muy estricto, porque cuando faltan 15 minutos, está entrando gente y sube hasta la cima.

El hotel que hemos escogido es el Dosco Hotel, tiene parquing privado y nos cuesta 120 LT la doble con desayuno. Está muy bien la habitación y en recepción son muy amables.

Hemos hecho 279 km

DÍA 27 26-7-2018 JUEVES

VAN – AKDAMAR ADASI – ALTINSAÇ KILISESI – HOSAP – ÇAVUSTEPE – VAN

El desayuno es muy completo y variado, es buffet con lo cual coges lo que te apetece. Las vistas sobre la Ulu Camii espectaculares, pues la tenemos enfrente y desde el 7º piso se ve muy bien.

Vamos hacia la Akdamar Kilisesi, se encuentra a 42 km de Van. Es una isla de 0,7 km cuadrados a 3 km de la orilla del lago, donde los ferrys turísticos van y vienen. Cuesta 15 LT pero a nosotros no nos cobran el ferry, hemos estado esperando 20 minutos porque acababa de salir uno cuando hemos llegado, cada media hora debe salir. Se tarda 20 minutos en hacer estos 3 km.

En el 921, Gagik Artzruni, rey de Vaspuracán, construyó un palacio, un monasterio y una iglesia. Poco queda de los primeros, pero los muros de la iglesia están en magnificas condiciones y sus fabulosos bajorrelieves se cuentan entre las obras maestras del arte armenio. Se pueden ver escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, desde Jonás y la ballena, con una cabeza de perro, Adán y Eva, David y Goliat, Abraham a punto de sacrificar a Isaac, Daniel en la guarida del león, Sansón y otros. En el interior quedan unos pocos frescos, pero personalmente lo que nos deja con la boca abierta es el exterior.

La iglesia es maravillosa, se paga una entrada de 10 LT, pero con el carnet de los museos es gratis. Hay un café y lavabos. Visita muy recomendable.

En nuestro ferry hay un grupo de iraníes, bailando, cantando, con el pelo al viento, están disfrutando como locas. Qué pena que tengan que ir tapadas por obligación del régimen. Nos saludan y nos ofrecen frutos secos, son un encanto.

Nuestro siguiente destino es el  pueblo de Altinsaç tiene otra iglesia armenia, situada en un montículo que domina el lago. La carretera hasta el pueblo está sin asfaltar, en cambio desde el pueblo hasta el siguiente pueblo está asfaltado.

Según la LP, se puede llegar en coche, pero no, nosotros vamos un montón de rato por una carreterita y no hay ninguna carretera que te lleve. En todo caso hay que subir andando por la montaña y es bastante empinado. Se ve muy a lo lejos, hacemos una foto con un objetivo potente pero no sabemos que saldrá. Con los prismáticos la vemos bastante bien y está muy abandonada y deteriorada. Nos ha engañado la guía. No nos arrepentimos pues la carretera va bordeando el lago y es maravillosa la vista que tenemos. Nos encontramos 6 caballos que se pegan un susto, pobres. En el pueblo, a los que hemos preguntado, nos decían cosas pero no nos hemos entendido.

Volvemos sobre nuestros pasos, ahora dirección a Hosap, donde hay un castillo kurdo. Son casi 100 km de donde estamos. El fotogénico castillo de Hosap está encaramado sobre un promontorio rocoso en Güzelsu, un pueblo que es una parada en la ruta de camiones. Hay que cruzar dos puentes que alternan piedras oscuras y claras del s XVII.

La entrada del castillo, tiene unos estupendos relieves de león. Algunas partes de la fortaleza se están viniendo abajo. En dirección este desde el castillo se puede ver una hilera de murallas defensivas que en su día rodearon al pueblo.

Construido en 1643 por un jefe kurdo local, el castillo cuenta con una impresionante puerta en una torre circular. Nos viene un niño a decirnos algo en turco, no lo entendemos y entramos en el castillo. Hay una televisión kurda filmando, por eso hemos podido entrar, porque está cerrado por restauración. Por dentro queda muy poco, pero se nota la importancia que tenía en su tiempo. Vemos que están haciendo un esfuerzo por restaurar todos los vestigios que tienen, pero tienen mucho trabajo, ya que Turquía es muy grande y tiene mucha historia a cuestas.

En el camino de vuelta a Van pasamos por Çavustepe, que tiene un palacio-fortaleza de Sarduri-Hinili, hogar de los reyes de Urartu. Construido entre 764 y 735 a.c.   y constituyen los cimientos mejor conservados de un palacio urarteo.

Desde el aparcamiento, la yukari kale o fortaleza superior se halla arriba, a la izquierda y la extensa asagi Kale, o fortaleza inferior a la derecha. En la superior hay poco que ver, excepto una plataforma que posiblemente se utilizó para ritos religiosos, y las ruinas de un templo dedicado a Haldi, el Dios nacional del reino unido de Urartu. Si se sube la colina rocosa se alcanzarán las ruinas del templo de la fortaleza inferior, señalizadas por una puerta elaborada con bloques de basalto negros, pulidos y brillantes, algunos de los cuales tienen inscripciones cuneiformes.

Al pasear por el yacimiento hay que prestar atención a otros ingeniosos ejemplos de ingeniería urartea, las cisternas bajo las aceras, las vasijas de almacenaje, la cocina y el palacio. Abajo en las llanuras del sur se divisan también canales de los urarteos. Queda poquísimo, hay que tirar mucho de imaginación. Ahora vamos a nuestra última visita del día. Es la Cat Van House, pero la de verdad, la que han hecho al lado de la Universidad de Van. Se han inaugurado unas piscinas hace un mes, para que los gatos aprendan a nadar y lo pasen bien. Son 38 km desde Çavustepe.

En la entrada a Van hay un control del ejército, con varios vehículos blindados, pero no nos paran a nosotros. Estamos en plena zona kurda y se nota por la abrumadora presencia militar.

Cuando llegamos nos llevamos una desilusión, hay muchos gatos, las hembras por un lado, los machos por otro, los jovencitos en otro y en algunas microhabitaciones hay otros gatos. No tienen juguetes, la tierra es trozos de piedra algunos como pelotas de golf, nada que ver con la tierra que usamos los que hemos tenido gatos.  Les debe hacer daño ponerse  allí a hacer sus cosas. Muchos se acercan a la valla para que les des cariño, están bastante descuidados, no los cepillan, ni les quitan los ácaros que tienen en las orejitas. Se paga 1,5 LT y puedes estar todo el rato que quieras, pero te deja mal sabor de boca, nos ha dado mucha pena ver que están en habitaciones casi desnudas y sin nada de cariño. En las piscinas no hay un solo gato, a pesar de que hace mucho calor.

Volvemos al hotel, descansamos un poco y nos vamos a callejear por Van. Tiene mucha animación, hace una temperatura muy buena para pasear. Las chicas van la mayoría sin pañuelo y con ropa normal de verano, como podemos llevar en Europa. Hay muchas obras, pero es normal porque en el 2011 hubo un terremoto importante donde murieron miles de personas y se desplomaron 4000 edificios.

Aprovechamos para comprar algo de ropa ya que hay Indirim, o sea rebajas. Para cenar no acertamos con los durums que compramos. Nos cuestan 10 LT.

Hemos hecho  269 km

DÍA 28 27-7-2018  VIERNES

VAN – MURADIYE FALLS – DOGUBAYAZIT – KARS

Hoy tenemos también un día largo de km porque queremos llegar a Kars. Después de desayunar opíparamente, salimos hacia el norte hasta Muradiye, donde hay unas cascadas interesantes.

En el extremo nororiental del lago Van, hay miles de flamencos, los vemos a lo lejos, menos mal que llevamos prismáticos y los vemos muy bien, pero es una pena que no haya ningún acceso para acercarnos a ellos.

A 4,5 km de las cataratas nos hacen salir de la autovía, tanto el Google como el Maps me, nos manda por un camino horroroso, que solo pueden pasar los 4 x 4 y con dificultades. Nos extraña que siendo un parque nacional, se vaya por aquí. Cuando llegamos vemos que hay un puente colgante para las personas y que los coches aparcan en el otro lado del río. Son muy bonitas, mucha gente viene a pasar el día, hay una cafetería y una tienda.

La carretera que hemos venido, por llamarla de alguna manera, sigue al norte 2,5 km hasta que enlaza con la carretera importante. Está a años luz de la que hemos hecho, no está asfaltada pero si en muy buena condición.

En las cercanías de la frontera iraní, está Meteor Çukuru, un cráter provocado por un meteorito.

Seguimos hasta Dogubayazit, ciudad fronteriza, llena de soldados que está a 6 km de la joya de la corona de la zona. Pasamos a menos de 4 km de la frontera con Irán, cosa que es evidente porque cada pocos metros hay una torre de vigilancia y en la parte turca también hay muchas torres de vigilancia, mirando hacia el otro país.

El Palacio de Ishak Pasa es el paradigma del castillo de las mil y una noches. Parte de su magia proviene de su ubicación, en una pequeña meseta, contigua a desolados acantilados y con vistas  a una llanura, con el monte Ararat al fondo. Hay una calima que impide verlo bien, tiene nieves perpetuas y gracias a eso lo puedes ver un poquito.

Su  construcción la inició en 1685 Çolak Abdi Pasa y la terminó su hijo, un jefe kurdo llamado Ishak. La arquitectura es una amalgama de estilos selyúcida, otomano, georgiano, persa y armenio. En época otomana descansaba en una importante ruta comercial, lo que explica porque se erigió una construcción tan opulenta en un lugar tan remoto del país.

La esplendida distribución de sus 366 habitaciones incluía un  harén con 14 dormitorios, las dependencias masculinas y la mezquita.

La elaborada entrada principal conduce al primer patio, antiguamente abierto a mercaderes y huéspedes. Nada más entrar se paga la entrada que son 5 LT, al otro lado hay una fuente, ideal para que los viajeros se refresquen.

Solo la familia y los amigos podían penetrar en el segundo patio, donde está la entrada al haremlik, al selamlik, a los alojamientos de los guardias y a los graneros en el lado sur, y a la tumba de Çolak  Abdi Psa, Ishak Pasa y sus familiares en la esquina noroeste.

La tumba está profusamente ornamentada con una mezcla de grabados selyúcidas y de relieves persas, patentes en las decoraciones florales. Unas escaleras descienden hasta los sarcófagos.

Desde el segundo patio se puede atravesar el decorado pórtico del haremlik para entrar en las habitaciones del palacio. Lo mejor del harén, es sin duda el precioso comedor, una mezcla de estilos con muros coronados por piezas de cantería triangular selyúcida, relieves florales armenios y orlados capiteles que revelan influencias georgianas. También tiene una cocina y un comedor con columnas.

Volvemos al segundo patio para visitar el selamlik, en el lado norte. Se entra a través de una majestuosa sala donde eran recibidos los invitados antes de ser agasajados en la sala patio-ceremonial que hay a la derecha. También alberga una biblioteca y una bella mezquita, que conserva una parte de sus relieves originales, destaca el árbol de la vida y de los frescos del techo.

Hay plafones con información muy detallada de cada una de las estancias, en turco y en inglés.

Nuestro objetivo de esta noche es Kars, a 180 km del palacio. Pasamos muchos controles del ejército, pero no nos paran. Hay un paso más, pues tienen lanzagranadas en los blindados.

Kars es una ciudad remota pero estratégicamente muy importante, se encuentra en una llanura verde con los picos montañosos alzándose en la distancia. La palabra Kar significa nieve en turco y los inviernos aquí son largos y fríos, mientras que en primavera y otoño las fuertes lluvias convierten las calles en lodo. Los breves veranos son calurosos, secos y polvorientos.

Fundada en el s X por el rey armenio Abas I, fue en un tiempo una metrópolis de cerca de 100.000 habitantes. En 1064 fue capturada por los selyúcidas y luego cayó alternativamente en manos de los georgianos y los otomanos. Entre 1878 y 1919 estuvo bajo gobierno ruso y su presencia ha quedado patente en el plano urbanístico de rejilla y en algunas ruinosas casas de estilo neoclásico.

La ciudadela fue construida por los otomanos, al igual que el puente de piedra del s XV. Fue escenario de duras batallas durante la IGM, cuando en 1920 los rusos se retiraron, pasó a manos armenias, hasta que el ejército republicano turco tomó el kalesi.

La iglesia armenia de los Apóstoles, levantada entre 932 y 937 por orden del rey bagrátida Abas y, más tarde, en 1579, reformada y convertida en mezquita cuando los otomanos reconstruyeron la ciudad. En el s XIX, los rusos le añadieron el atrio. Los doce relieves del tambor representan a los apóstoles.

La ciudad cuenta también con grupos de mansiones rusas de la belle époque y otros edificios esparcidos por el centro, como la Fethiye Camii, una iglesia ortodoxa rusa del XIX reconvertida.

Kars es famosa por las enormes ruedas de Kasar, un queso de vaca clásico. Hay tiendas de quesos y miel por todos lados.

Vamos a buscar hotel  y nos cuesta bastante, ya que al primero que vamos la habitación es muy pequeña y muy caro, vamos a otro y lo mismo, al tercero nos quedamos, pero no hay aire acondicionado y hace mucho calor en la habitación. Nos enseñan 2 más, pero al final nos vamos. Otras dos intentonas no resultan y al final llegamos al Kent Ani Hotel, la habitación está totalmente reformada y es acogedora. Nos cuesta 140 LT con desayuno, y no tiene aire acondicionado!!!!. El hotelero se rie y dice que en Kars hace mucho frio y que no hace falta.

Realmente al salir a pasear por Kars, hace incluso un poco de fresco, nos encanta, estábamos hartos de tanto calor.

Vamos a cenar a un restaurante donde nos tomamos un Urfa y un Adana, que son platos con dos pinchos de cordero, patatas fritas, ensalada, arroz y además otro plato con tomate y otro con yogur. Con agua y Coca-Cola nos cuesta 32 LT.

Hemos hecho 358 km.

DÍA 29 28-7-2018 SABADO

KARS – ANI – KARS – ÇILDIR GÖLÜ – POSOF – AKHALTSIKHE (GEORGIA)

El desayuno en este hotel es muy sencillo, no hay fruta ni platos calientes, pero las vistas de la fortaleza de Kars son chulísimas.

A 48 km de Kars se encuentra la ciudad de Ani. Fue la capital del reino de Armenia, pero ahora es poco más que restos esparcidos en unos meses batida por el viento, al borde de la frontera turcoarmenia. Era un punto clave de la Ruta de la Seda, donde se celebraban ceremonias de la liturgia armenia y cuyas calles se llenaban de viajeros, comerciantes y nobles. Estamos a 200 m de la frontera armenia, nos separa el rio de la Cebada.

La entrada son 8 LT, se pasa por la robusta Arslan Kapisi, una puerta que lleva el nombre del sultan selyúcida, que conquistó la ciudad en el año 1064, pero que también sugiere el termino aslan, que significa león, y aparece en un relieve del interior del muro.

Los restos de grandes edificios de piedra, se suceden en un mar de pastos ondulados como testigos de una ciudad fantasma, habitada una vez por 100.000 personas, que rivalizaba con Constantinopla en poder y gloria.

Por orden vamos primero a la Iglesia del Redentor, solo queda la mitad de la estructura, la otra mitad fue destruida por un rayo en 1957. Data de entre 1034 y parece que fue construida para albergar un trozo de la Santa Cruz traído de Constantinopla, historia que se explica en las inscripciones en armenio de la fachada, que luce también una magnifica cruz tallada sobre un elaborado fondo rectangular, a 3 m del suelo.

Su estilo de planta circular y ábside múltiple es típico de las iglesias armenias de aquella época. La ventana circular situada sobre la puerta ornamental es una de las pocas que aún se soportan.

Luego llegamos a la Iglesia de San Gregorio el Iluminador. Dedicada al apóstol armenio y construida por un piadoso noble llamado Tigran en 1215, es el edificio mejor conservado del yacimiento, a pesar de que el clima y el vandalismo han dañado gravemente su interior.

En los muros exteriores hay inscripciones en armenio y los brillantes frescos que narran escenas de la Biblia y la historia religiosa armenia. También tiene unos relieves bien conservados, con diseños florales, de aves  y sinuosas formas geométricas, así como un pequeño reloj solar.

El Convento de las Virgenes, tiene una ubicación espectacular al borde de la Garganta de Arpa Çayi, su capilla está rodeada por una muralla defensiva. Se ven los restos de un puente sobre el rio.

La Catedral, también llamada Fethiye Camii, mezquita de la Victoria, por los conquistadores selyúcidas, el edificio mayor y más impresionante del enclave. Se comenzó a construir en el 987 y fue terminado en el 1010.

Ani fue la sede del Patriarcado Ortodoxo armenio. Las tres puertas de la catedral eran utilizadas, respectivamente, por el patriarca, el rey y el pueblo. Por ser el edificio más importante de la ciudad, se convertía en mezquita cada vez que caía en manos de los musulmanes y volvía a ser iglesia cuando regresaban los cristianos. La amplia cúpula sostenida por cuatro enormes columnas se derrumbó hace siglos.

Hay varias troneras decoradas con elegancia, nichos triangulares, una inscripción en armenio cerca de la puerta principal y una serie de arcos ciegos con finas columnas que lo rodean.

De aquí pasamos por una zona de tiendas y llegamos a la Menücer Camii. Es un edifico rectangular con un alto alminar octogonal truncado, se dice que fue la primera mezquita construida por los turcos selyúcidas en Anatolia en 1072. Se conservan seis bóvedas distintas entre sí, características de dicho estilo, y las demás están en ruinas.

La interesante y extraña mezcla de decoraciones armenias y selyúcidas probablemente se debe a los arquitectos, ingenieros y mamposteros armenios empleados por los turcos.

Su característica más sobresaliente es la combinación de piedra roja y negra, así como la policromía de los techos. La estructura contigua sería posiblemente una madraza o un palacio.

Al otro lado de las praderas, al suroeste de la mezquita, se levanta el monumental Iç  Kale o alcazar, que guarda entre sus ruinas las mitad de una iglesia derruida.

Bastante separada se encuentra la Iglesia de San Gregorio, de planta circular, coronada por un tejado cónico, construida a principios del s X para la adinerada familia Pahlavuni por el mismo arquitecto de la iglesia del Redentor. En los 12 lados exteriores tiene una serie de nichos con relieves en forma de concha en su parte superior.  Las ventanas del tambor están enmarcadas por una doble hilera de arcos ciegos.

Hay pueblos trogloditas al otro lado de la escarpa del río, en la orilla armenia. Aparte de esto se puede ver la Iglesia de los Santos Apóstoles, el Templo de Zoroastro de mediados del s IV a.C. , el palacio selyúcida y la Iglesia Georgiana.

Estamos a 38 grados y ya estamos cansados de tanto calor y seguimos ruta. Hay bastantes turistas, pensamos que muchos deben ser armenios, emigrantes que vienen a ver esta parte de su historia.

Para ir a la frontera de Georgia se puede ir por dos sitios, uno más corto y otro más largo rodeando el Çildir Gölü. Nosotros optamos por el lago y no nos arrepentimos. Las carreteras están en renovación, pero los trozos en mal estado son pocos. Al norte del lago vemos pelicanos!!!!, hay también cormoranes y muchas gaviotas, que se posan en la hierba, muy curioso. Mucha gente hay en las orillas pasando el día y bañándose.

En Çildir hay a 11 km un castillo, el Setyan Kalesi, pero no vamos, ya que no tenemos referencias y últimamente la LP nos engaña.

Pasamos por un puerto de montaña a 2550 m de altitud. Llegamos a la frontera con Georgia, habiendo pasado por zonas muy rurales y con poblaciones muy pequeñas.

La salida de Turquía es relativamente rápida, es una frontera muy poco frecuentada, primero pasamos por el control de pasaportes y luego vamos a un edificio donde toman nota de algo en el ordenador y ya nos podemos ir. Hacen un control superficial del coche y nos dejan pasar.

Al llegar a la frontera de Georgia, el conductor se queda en el coche y controlan los papeles del coche, mientras que yo, Trini, paso por el control de pasaportes con dos bolsas que me ha dicho el aduanero. Me preguntan si llevo medicamentos y le digo que no. Tengo que abrir el neceser y lo mira con bastante atención, pero de todo lo demás no mira nada.

Vuelvo al coche y tengo que ir otra vez al control de equipaje de escáner con dos bolsas que al aduanero le han parecido sospechosas. Las paso y ya no miran nada más.

Mientras tanto a Antonio le están revisando todos los medicamentos que llevamos. Está prohibido pasar con antidepresivos y si los llevas se ponen muy farrucos y pueden llevarte a la cárcel.

Cuando se queda contento el aduanero, que entre pitos y flautas han pasado casi veinte minutos, ya seguimos camino.

Tenemos que comprar un seguro, pues desde Marzo de este año se tiene que adquirir en frontera. El aduanero nos ha dado un impreso donde pone todos los tipos de vehículos y el coste. El mínimo es para 15 días y cuesta 30 Laris, nosotros compramos para 30 días y nos cuesta 50 Laris, ya que vamos también a Armenia y queremos estar seguros que nos cubre. Las multas son de 200 Laris si te para la policía y no lo llevas. El precio al cambio del seguro que hemos comprado son 17,5 €, no es demasiado. Se puede pagar con tarjeta, que es lo que hacemos, pero en la aduana hay cambio de moneda.

Queremos pasar noche en Akhaltsikhe, pues está a 18 km de la frontera y ya llevamos muchos km a la espalda y mucho calor.

En Georgia ya no tenemos datos y a estas horas las tiendas están cerradas y no podemos comprar una tarjeta local. No tenemos hotel reservado y después de 2 intentos llegamos al Hotel Almi y la habitación está muy bien, la atención de los dueños súper, con lo que nos quedamos aquí. Nos cuesta la doble con desayuno 70 Laris .

Vamos a pasear por el pueblo, pero está bastante muerto, suponemos que ser sábado y verano ayuda. Nos quedamos en una terraza en la plaza central donde nos tomamos una cerveza fresquita, que nos sabe a gloria. Después de tantos días sin poder hacerlo en Turquía, nos encanta volver a un sitio donde el alcohol no está restringido y que mi forma de vestir no llame la atención a nadie, poder llevar camisetas de tirantes sin que se queden mirando alucinados.

Hemos hecho 292 km

Llegamos desde Georgia…

DÍA 47 15-8-2018  MIERCOLES

BATUMI – GONIO – SARPI – ARTVIN ( TURQUÍA ) – ERZURUM

Hoy ya dejamos la bonita Georgia y vamos a Turquía. En el camino pasamos por Gonio que tiene una fortaleza de la arquitectura romana bizantina con 18 torres. Fue construida por los romanos en el s I, para luego ser ocupada por los bizantinos  y en el s XVI por los otomanos.

La frontera está en Sarpi, a pocos km al sur de Batumi. Cuando llegamos pensamos que será rápido pues hay delante de nosotros muy pocos coches, pero no avanzan nada. Preguntamos y nos dicen que el problema es Turquía.

Los trámites para salir de Georgia es muy rápido cuando llegamos al fin a la ventanilla. Tenemos que enseñar el resguardo del seguro que compramos al entrar a Georgia. Si no lo llevas, como le pasa a un iraní que hay delante nuestro, te ponen una multa de 100 Laris, unos 33 €.

Para entrar en Turquía tenemos que esperar un largo rato, después vemos el problema. Resulta que hay muchos rusos que quieren entrar y no llevan el visado, todo eso ralentiza mucho, porque han de ir a otra oficina, hacer el visado y volver para que le sellen el pasaporte.

Con nosotros tardan 1 minuto y el coche apenas revisan, nos preguntan si llevamos ropa y comida, como le decimos que sí, nos dejan pasar sin problemas. Hemos tardado en total 2,5 horas.

Entrar en Turquía es un descanso pues las carreteras son muy buenas, bien asfaltadas y peraltadas. Hemos decidido ir a Erzurum, según nuestra información vale la pena la visita. Está a 272 km de la frontera más o menos.

Toda esta zona norte está llena de túneles y están haciendo un embalse de más de 25 km de largo, gigantesco.

Esta zona llamada, los valles georgianos, en el pasado  pertenecía al reino medieval de Georgia y posee numerosas iglesias y castillos que lo prueban. El paisaje montañoso es impresionante, y las iglesias, con características de los estilos armenio, selyúcida y persa, muy llamativas y poco visitadas. Desde el s IV, persas y bizantinos se disputaron la zona. Durante el s X formó parte del reino medieval de Georgia, regido por los bagratidas, del mismo linaje  que los armenios que gobernaban la región de Kars. En el 1008 el ambicioso rey Bagrat III salió de los protegidos valles y unificó los distintos reinos georgianos en lucha, cambió la orientación de su nuevo reino, trasladando la capital desde Tiflis, en teoría bajo dominio árabe, a Kutaisi, y alejándose gradualmente de los valles del suroeste que habían estado bajo influencia bizantina desde el 1001.

En la actualidad, muchos habitantes de la región tienen ascendencia georgiana, pero se han convertido al Islam o han huido por los problemas que hubo a principios del s XX.

Están mejorando mucho las comunicaciones en esta parte del país, construyendo presas, pantanos y túneles que reducen los tiempos de los desplazamientos. Si no hemos pasado 100 túneles no hemos pasado ninguno, alguno mide casi 6 km de largo ….

Llegamos a Erzurum, ciudad de más de 400.000 habitantes y muy caótica, ya que una calle principal está cortada para asfaltarla y eso complica las cosas.

Tenemos que buscar hotel que al final resulta, que es el primero que vamos a mirar. Nos pide 120 liras turcas con desayuno la doble con baño. Me dice el encargado, con el poquito inglés que sabe, que hace un mes que lo han abierto y se nota, todo impoluto y reformado con mucho gusto. Se llama Hotel Lux. Hay muchos hoteles, en un pequeño tramo de la calle cuento hasta 8 diferentes.

Erzurum está en una amplia llanura a casi 2000 m y rodeada por montañas, siendo la ciudad más fría de Turquía. Debido a su situación en la principal ruta comercial que iba de la India a Europa y porque controlaba el paso entre el Cáucaso y Anatolia, fue objeto de luchas y estuvo gobernada por bizantinos, sasánidas, árabes, armenios, turcos selyúcidas, mongoles  y otomanos.

La primera visita que hacemos es la Yakutiye Medrese, una escuela coránica de la época mongol que data de 1310. Los gobernadores mongoles imitaron los conceptos básicos de la  arquitectura selyúcida y les añadieron sus propias variaciones, como en el caso de la entrada al edificio. De los dos alminares originales solo se conserva la base de uno y la parte baja del otro, y unos soberbios mosaicos en ellos. En la actualidad es el Museo Etnográfico y de Artes Turco-Islamicas, cuesta 5 liras turcas y cierra a las 7 de la tarde.  Es considerado el edificio más hermoso de la ciudad. Especialmente atractiva es la piedra tallada de la entrada, junto con el alminar de elaborados dibujos con ladrillos y azulejos turquesas.

En el interior, la impresionante cúpula central está cubierta de mocárabes en forma de prisma que atrapan la luz de la abertura central y proyectan bellas formas. Está dispuesto el museo de una manera muy agradable, en cada habitación hay una parte de la exposición, por cierto, las puertas son enanas y tienes que vigilar al entrar.

Está rodeada de frondosos jardines muy arreglados, con gente al fresco. Al lado está la Lala Mustafa Pasa Camii, mezquita de 1562, de formas clásicas. Presenta una planta cuadrada, con columnas y cúpulas por doquier, alrededor de un patio con fuente. Las baldosas originales adornan el exterior.

Vamos a la Ciudadela, construida durante el reinado del emperador bizantino Teodosio. Restaurada en 1555 por Solimán el Magnífico, sirvió como base oriental a los jenízaros. En su interior hay una torre del reloj y una mezquita.

Justo enfrente está el Seminario de los Alminares gemelos, los cuales se han convertido en el símbolo de Erzurum. Se piensa que fueron construidos en 1253 bajo la autoridad de Hunat Hatun, hija del sultan Aladino Keykubat II. En el complejo se encuentra la tumba cilíndrica de doce lados que alberga sus restos.

La fachada es un ejemplo de las variaciones selyúcidas sobre la simetría, los paneles de ambos lados de la entrada son auténticos, en tamaño y posición pero tienen diferentes motivos decorativos, el de la derecha muestra el águila de la dinastía, mientras que el de la izquierda luce una decoración inacabada. La parte alta de los minaretes se perdió a causa de la violenta historia de la ciudad. Los dos alminares gemelos de ladrillo decorados con pequeños azulejos azules.

Al sur de esta madrasa se encuentran tres tumbas. El más antiguo de los mausoleos cónicos construido por los selyúcidas data de principios del s XII. Se distingue por el uso contrastado y alterno de piedra clara y oscura y por su cono truncado.

Al lado está la Ulu Camii de 1179. Es mucho más sobria que el anterior con siete pasillos de norte a sur y seis de este a oeste, lo que produce un bosque de columnas. Sobre el tercer pasillo de este a oeste hay una impresionante cúpula de mocárabes que se abre al cielo. En el extremo sur del pasillo central se puede ver una curiosa cúpula de madera y un par de troneras.

Muy cerca de los alminares gemelos está el Emirseyh Hoftecisi, un restaurant que es una maravilla. Tiene una decoración exótica, recargada, pero muy bonita. Cuando entramos nos da un poco de miedo que pueda ser muy lujoso, con lo que miramos el menú primero. No es nada caro, nos pedimos dos platos de carne en rollitos uno con salsa de tomate y yogurt y otro con un cereal hervido y tomate a rodajas. Mientras llegan los platos nos traen un plato de ensalada verde, otro de yogurt y un chimichurri picante que vamos picando. Es un obsequio que dan en todos los restaurantes. Al acabar nos ofrecen un te. Con dos botellas de agua nos cuesta 39 LT, con el cambio actual  no llega a 6 €!!!!! En el año se ha depreciado la lira respecto al € un 40%!!!

Volvemos al hotel, pero antes nos compramos un helado, pero no está tan bueno como el que nos comimos en Amasya. No esperábamos mucho de Erzurum, pero nos ha sorprendido la cantidad de cosas visitables y el turismo interior que acoge.

Hemos hecho 280   km

DÍA 48 16-8-2018  JUEVES

ERZURUM – BAYBURT – GÜMÜSHANE – SUMELA MONASTERY – TRABZON – ORDU

El desayuno no está mal, pero no tiene fruta, una pena, con las sandias que hay en la zona tan buenas.

Salimos por una buena carretera hacia Bayburt, pero antes echamos gasolina, pues en la tele esta mañana hemos visto que por la crisis con EEUU iba a subir un 8%.

Antes de llegar pasamos por un espectacular paso de montaña que se alza a 2302 m. Es una zona apenas habitada y con muy poca circulación en cualquier sentido de la marcha.

Bayburt, está situada junto al río Çoruh y  es la capital de la más pequeña de las 78 provincias de Turquía. Su castillo se construyó en época bizantina, aunque hay restos de una fortaleza más antigua. Este castillo cuenta con una violenta historia. Fue reconstruido por Justiniano y reparado por selyúcidas y otomanos, tras sufrir diversos ataques. En su momento más glorioso albergaba 300 casas en su interior. Para abastecer el avituallamiento diario contaba con una panadería y un molino de harina. La comunidad se encargaba incluso de sus propios tintes. Hoy, con gran imaginación, se puede ver una escuela teológica, una mezquita, hamams y cocinas, además de una residencia derviche y los restos de una iglesia.

En las colinas meridionales se alzan los mausoleos gemelos de Sehit Osman y su hermana.

La siguiente parada es en Gümüshane, que significa obras de plata, debe su nombre a los ricos yacimientos de plata encontrados aquí en el pasado. A finales del s SVI, este metal era más apreciado que el oro. Antes de la IGM, la zona era un foco de conflictos entre rusos y otomanos, ya que ocupaba un lugar estratégico en la ruta comercial entre Anatolia y Persia. Se pueden visitar varios castillos circundantes y varias mezquitas. La más interesante es la Süleymaniye Camii. La ciudad es famosa por su jarabe de rosas silvestres y por su mermelada de cereza.

Poco después se encuentra Zigana, una zona alpina espectacular situada en los montes homónimos. Se encuentra cubierta de niebla  y nieve unos siete meses. Las fuertes nevadas invernales dificultan el transito e incluso hacen que sea peligroso.

Llegamos a Sumela Monastery, cerrado por reformas y por peligro de avalancha de piedras. Para entrar al parque nacional donde está, los coches pagan 11 LT, nosotros como tenemos el HGS, ya nos lo cargan directamente.

Hay un montaje impresionante alrededor de este monasterio, restaurantes, oficina de turismo, policía, etc. El paisaje es espectacular con pequeñas cascadas y todo extremadamente verde.

El monasterio se alza sobre los riscos del monte Mela. Fue fundado en el s IV por dos monjes griegos, Barnabás y Sofronio, que fueron guiados hasta este lugar por el icono de una Virgen Negra, cuya pintura se atribuía a San Lucas. Tras la muerte de los monjes, se convirtió en lugar de peregrinación. Fue decorado con frescos y entre sus tesoros destacan inestimables manuscritos y platos de plata. El monasterio ha sido reconstruido en varias ocasiones. En época otomana, Sumela disfrutó de la protección de los sultanes, pero durante la guerra de la Independencia fue abandonado y sufrió muchos daños. Las celdas utilizadas por los monjes ortodoxos griegos se disponen a lo largo de edificios exteriores de cinco pisos que miran al valle de Altindere.

Sumela se aferra de forma inverosímil a un escarpado y altísimo muro de piedra, con bosques de hoja perenne y un impetuoso arroyo de montaña a sus pies. Habrá que volver para ver el interior.

Seguimos camino hacia Trabzon, o también llamado Trebisonda. Fundada como colonia griega, la ciudad se benefició de su situación en la animada ruta comercial que unía el Mar Negro con el Mediterráneo. Los genoveses y venecianos acudieron a ella para comerciar, ya que se encontraba en el extremo norte de la Ruta de la Seda.

Lo visitable en Trabzon seria la Iglesia y Museo de Santa Sofía, iglesia bizantina del S XIII, con diferencia el sitio más impresionante de la ciudad. Fue construida por el emperador Manuel II Paleólogo. En 1577 fue transformada en mezquita, y , tras servir de depósito de municiones y de hospital, se convirtió en museo en 1957. Sus frescos son de los mejores de Turquía. Los mosaicos son de época bizantina y todavía pueden verse los mármoles de colores originales cubriendo el suelo.

El Castillo de Trabzon está situado en una colina truncada (trapezus en griego), que es la que da nombre a la ciudad. Hoy solo se conserva un tramo de las murallas del castillo, pero originalmente había tres plazas fuertes, cada una con su propia mezquita. La única que se conserva en pie es la Fatih Camii, antes de convertirse en mezquita, era la iglesia principal de la dinastía Comneno  y su cúpula estaba cubierta de oro. Los mosaicos, frescos  y por supuesto el oro hace tiempo que desapareció.

El puente y torre Zagnos fue construido en 1467, cruza el barranco de Kuzgun. En época otomana daba acceso a las instituciones de caridad. La torre Zagnos fue en su origen una temida prisión.

A pocos km se encuentra la Villa de Atatürk, una ornamentada mansión donde Atatürk residió varias veces desde 1924. Fue aquí donde hizo su testamento en 1937 y es un ejemplo típico de la arquitectura de Crimea de la clase alta. Fue un regalo de Trabzon a Atatürk, que a su vez se la dejó a su hermana tras su muerte.

Seguimos camino por la carretera de la costa para ir adelantando km, ya que hay muchos hasta nuestra siguiente destinación que es Bogazkale.

En el camino vemos al lado de la autopista avellanas extendidas en plásticos, suponemos que para que se sequen. Es la zona de la avellana, la que hace la competencia a Tarragona.

Llegamos a Ordu, donde buscamos un hotel. El primero que vemos es el Aktug Elegance Otel. Vemos la habitación y es una pasada, súper lujosa, con domótica, grande, una maravilla. Le preguntamos el precio y nos dice una barbaridad, nosotros le enseñamos que en Booking está a 39 €, al final nos los deja por 260 LT con desayuno. Es muy tarde y no tenemos ganas de buscar más, ya que alrededor, el único que está es el Hilton y el Radisson que suponemos serán más caros.

Está a unos 3 km del centro de la ciudad, con lo que cogemos el coche para buscar algo para cenar. El paseo marítimo es muy bonito, con tumbonas, bancos para poder ver la playa etc. Hay unas góndolas con luces de colores que suben hasta el palacio del Pachá. Es una casa del s  XIX, a 500 m monte arriba desde la plaza principal. Las habitaciones recreadas del primer piso demuestran que los otomanos de clase alta disfrutaban de una vida sofisticada y cosmopolita. También hay una silla donde Atatürk se sentó en 1924. Aún quedan algunos restos de la antigua ciudad de Ordu, repartidos en torno al Centro Cultural Tasbasi, una antigua iglesia griega con esplendidas vistas costeras a 800 m de la plaza principal.

Hemos hecho 470 km

DÍA 49 17-8-2018  VIERNES

ORDU – SAMSUN – BOGAZKALE

El desayuno, como no podía ser de otra manera, es buenísimo, pasteles, ensaladas varias, quesos, mermeladas, y fruta!!!! Una sandia buenísima, de la cual damos buena cuenta.

Hoy tenemos un largo camino hasta nuestro objetivo que son las ruinas hititas de Hattusa. Fue la capital de un reino que se extendía de Siria a Europa y rivalizaba con los imperios egipcio, babilonio y asirio. En un montañoso y aislado emplazamiento, fue una ciudad concurrida y grandiosa, con 50.000 habitantes, una pirámide de 100 escalones y siete estanques que almacenaban agua cada uno para 10.000 personas. Sus defensas incluían murallas de piedra  de más de 6 km de longitud, unas de las más gruesas del mundo antiguo, con atalayas y túneles secretos. Se han hecho estudios y han calculado que 1000 personas trabajando todo un año construían 1 km de muralla. Se necesitaban 2500 toneladas de tierra para la construcción de los ladrillos.

Primero de todo tenemos que buscar alojamiento, este pueblo es muy pequeño y no hay mucha oferta, pero el Hotel Baykal tiene buenos comentarios y está en la calle principal. Es el primero que vamos, nos atiende Mustapha el dueño, nos pide al principio mucho, pero vemos que tiene todas las llaves en el casillero con lo que no tiene clientes por ahora. Después de un rato de regateo nos lo deja por 150 LT con desayuno. Se nota que aquí vienen tours a comer pues lo tiene todo muy arreglado y adaptado a las necesidades de los turistas. La habitación es grande y muy limpia con el baño dentro. Resuelto el tema alojamiento vamos a visitar las ruinas.

Al subir del pueblo al yacimiento, aparece una evocadora reconstrucción de una parte de la muralla de la ciudad. Ésta, demuestra la determinación de los hititas para transportar piedra hasta este lugar remoto, alejado del mar y de las rutas comerciales y construir una obra maestra de ingeniería que propulsó un imperio poderoso.

Vamos a comprar la entrada en la taquilla y nos cuesta 8 LT por persona. Hay una maqueta de cómo sería en su momento de gloria la ciudad, muy interesante. Se puede hacer andando o en coche, nosotros escogemos lo segundo, y a menos que se sea un loco de los hititas, lo recomendamos, ya que es muy grande y en coche se visita muy comodamente.

El primer yacimiento al que se llega es el vasto complejo de Büyük Mabed o Gran Templo, construido en el s XIV a.c. Se trata del templo hitita mejor conservado. La entrada se encuentra en la subida, después de la taquilla. Al bajar por la amplia calle procesional, las dependencias administrativas del templo quedan a la izquierda. La desgastada y cubica roca verde, al parecer una de las dos únicas del mundo, fue un regalo de Ramsés II tras firmar el tratado de paz de Kadesh. Hay quien dice que si la tocas, tiene una energía especial, nosotros la tocamos, pero no notamos nada.

El templo principal estaba rodeado de almacenes de varios pisos. A principios del s  XX, en dichas salas se encontraron enormes vasijas de barro y miles de tablillas cuneiformes. Destacan las piedras de los umbrales de algunas de las puertas, donde puede verse el agujero para el poste bisagra y el arco dejado en el suelo por el giro de la hoja. Se cree que el templo sirvió de altar para rituales a Teshub y Hepatu. Solo queda la gran base de piedra de una de sus estatuas.

Unos 250 m al sur, la carretera se bifurca, hay que tomar el desvío de la derecha y seguir ascendiendo la ladera. A la izquierda, en el centro de la antigua ciudad, hay varias estructuras entre ellas la San Kale o fortaleza amarilla, que se supone que fue un castillo frigio levantado sobre cimientos hititas.

Desde el desvío quedan unos 750 m cuesta arriba hasta la puerta del León, con dos leones de piedra a cada lado, que protegían la ciudad de los malos espíritus. Es una, de las al menos 6 puertas que tenían las murallas defensivas de la ciudad. Desde aquí se pueden ver las partes mejor conservadas de las fortificaciones, que se extienden por el risco en dirección sureste hasta la Yer Kapi. Estas murallas de 4000 años de antigüedad ilustran la genialidad de los hititas en cuestión de ingeniería, la cual les permitía construir en consonancia con el terreno o transformar el paisaje, en función de lo que se necesitase.

Las protuberancias rocosas fueron incorporadas al muro y se construyeron enormes terraplenes para crear fortalezas artificiales.

Un camino lleva de la Aslanli Kapi, a la Yenice Kale, donde puede verse como los ingenieros hititas transformaron un pico rocoso de 30 m de altura en una fortaleza de suaves terrazas.

De vuelta hay que bajar 600 m hasta la Yer Kapi o la Sfenksli Kapi, puerta de la Tierra o de la Esfinge, antaño defendida por cuatro grandes esfinges, que actualmente se encuentran en los museos de Estambul y Bogazkale. Es la puerta más impresionante, con un túmulo artificial horadado en un túnel de 70 m. Como el arco propiamente dicho no se inventó hasta mucho después, los hititas construyeron el túnel usando un arco de ménsula, dos superficies planas de piedra inclinadas la una hacia la otra. Primitivo o no, el arco lleva allí miles de años y aun se puede atravesar el túnel de piedra como hacían los soldados hititas y emerger por la poterna. Después se recomienda entrar en la ciudad por una de las escaleras monumentales que suben al  amplio glacis de piedra, y disfrutar de las maravillosas vistas del yacimiento y los alrededores.

Bajando la cuesta, se dejan a la izquierda algunos de los 28 templos de la parte alta de la antigua ciudad, aparece la Kral kapi y puerta del rey, nombre que obedece a la figura de apariencia regia del relieve. Dicho personaje, un dios guerrero hitita protector de la ciudad, es una copia, el original se llevó a Ankara para protegerlo.

Seguimos bajando, y en teoría hay una gran roca llamada Nisantas, con una larga inscripción hitita de la época de Suppiluliuma II, último rey del imperio. En ella se narran las hazañas de su reinado. Nosotros no la encontramos y estamos un rato dando vueltas, pero no hay suerte.

Enfrente hay un camino que conduce a la Güney Kale o Fortaleza Sur y a lo que pudo ser una tumba real, con una bella cámara con jeróglifos y relieves de figuras humanas.

Bajando 200 m se encuentran las ruinas de la Büyük Kale, Gran Fortaleza. Aquí se encontraba el palacio real y los archivos estatales hititas, descubiertos en 1906, que contenían unos 2500 elementos, entre ellos el Tratado de Paz de Kadesh entre los hititas y los egipcios, un escrito cuneiforme sobre una tablilla de arcilla. En Hattusa se descubrieron cinco colecciones así. Es una de las mayores bibliotecas más antiguas jamás descubiertas.

Con la entrada a Hattusa puedes ir a visitar Hazilikaya, a 3 km, que son unas galerías de roca al aire libre. Hay dos galerías, la mayor,  a la izquierda era el santuario religioso más sagrado del Imperio rupestre hitita, la más estrecha, a la derecha, tiene las tallas mejor conservadas.

En la galería grande, la cámara A, los desvaídos relieves muestran numerosas diosas y dioses con tocados puntiagudos desfilando en procesión. Las cabezas y pies se muestran de perfil pero el torso de frente, un rasgo común en los relieves hititas. Las hileras de hombres y mujeres conducen a unos grandes relieves que representan una reunión divina. Teshub aparece en pie sobre dos montañas deificadas, representadas como hombres, al lado de su Hepatu, que está erguida sobre el lomo de una pantera. Tras ella, su hijo y dos hijas se encuentran respectivamente sobre una pantera menor y un águila bicéfala.

El relieve de mayor tamaño, en la pared opuesta, representa al fundador del complejo, que aparece en pie sobre dos montañas. Los salientes de la roca seguramente se utilizaban para ofrendas o sacrificios y las pilas, para libaciones.

De camino a la cámara B, vemos al guarda alado con cabeza de león representado a la entrada. Se cree que la estrecha galería era una capilla conmemorativa dedicada a Tudhaliya IV por su hijo. El gran bloque de piedra caliza podría haber sido la base de una estatua del rey. Al estar enterradas hasta hace un siglo y mejor protegidas de los elementos, se ven con mayor claridad la procesión de 12 dioses del averno blandiendo cimitarras.

En la pared opuesta, el detallado relieve de Nergal representa al dios del averno en forma de espada. Las cuatro cabezas de león de la empuñadura, son las rodillas y hombros de la deidad. Los salientes esculpidos en la roca probablemente contuvieran urnas crematorias.

Hay unos chiringuitos donde venden souvenirs, pobres, se nota que mucho no venden.

De aquí vamos al museo, pequeñito pero muy bien puesto todo lo que exponen y con mucha información. Cuesta 5 LT la entrada, en teoría no se pueden hacer fotografías, pero no hay nadie que vigile, incluso el que vende las entradas se ha ido a la puerta a hablar con unos amigos, estamos solo y hacemos fotografías.

Volvemos al hotel a descansar y nos quedamos a cenar en el. Tampoco hay demasiadas opciones en el pueblo. Hay bastante variedad pero pedimos dos platos de pollo con verduritas y arroz. Está muy bueno y así descansamos de las cenas habituales de kebab y durums. Nos cuesta 45 LT con botella de agua grande.

Hemos hecho 437 km

DÍA 50 18-8-2018   SÁBADO

BOGAZKALE – GORDION – KÜTAHYA

El desayuno empieza a las 8 y allí estamos los primeros. Hay un poquito de todo, fruta, quesos, tomate, huevos duros y mermeladas, miel y mantequilla.

A las 9 ya estamos de ruta, la primera parada será Gordion. Pasamos por Ankara, pero por un ring que la rodea, es una mega ciudad de más de 5 millones de habitantes. En medio de la nada construyen edificios altísimos, no le vemos mucho el sentido.

Vamos todo el rato por autopistas de 3 y 4 carriles por sentido, muy bien asfaltadas con lo que se avanza muy rápido. Encontramos una gasolinera que vende el gasoil a 5,73 LT el litro y llenamos el depósito, ya que hoy también tenemos muchos km por delante.

Nos para el ejercito  en dos controles, en el primero nos piden pasaportes, pero no saben que mirar, con lo que al momento nos los devuelven. En otro, al ver la matricula nos dejan pasar. Hay muchísima policía de tráfico y controlan, ya que vemos como paran a los que van demasiado rápido, para ponerles multas.

Gordion fue conocida como la sede del legendario rey Midas, del que se dice que todo lo que tocaba se convertía en oro. Según la leyenda, este poder se volvió en su contra cuando ocurrió lo mismo al tocar a su hija, así como la comida y la bebida. El problema solo pudo resolverse cuando el dios Dionisio se compadeció de él y lo curó.

Gordion es la capital de la antigua Frigia, que fue poblada durante unos tres mil años, se encuentra a 106 km al oeste de Ankara. Fue ocupada por los frigios en el s IX a.c., y pronto se convirtió en su capital. En el 333 a.c., Alejandro Magno llegó y cortó el famoso nudo gordiano, cumpliendo la profecía que decía que aquel que soltase la atadura se convertiría en el gobernante más conocido del mundo. El paisaje lunar que lo rodea está salpicado de túmulos funerarios que indican las tumbas de los reyes frigios. De los 90 túmulos identificados se han excavado 35.

En 1957 el arqueólogo austriaco  Alfred Koerte descubrió Gordion y la tumba intacta de un rey frigio que debió ser enterrado entre los años 740 y 718 a.c.

Es en realidad una casita con el techo a dos aguas hecha de cedro, rodeada de troncos de enebro y enterrada en un túmulo de 53 m de altura y 300 de diámetro. Se trata de la estructura de madera más antigua de Anatolia y quizá del mundo. El túnel que conduce a las profundidades del túmulo es un añadido moderno, que permite echar un vistazo al interior de la tumba cercada.

Dentro de la tumba, los arqueólogos hallaron el cadáver de un hombre de entre 61 y 65 años de edad y 1,59 m de estatura, rodeado de objetos funerarios, como mesas, recipientes de bronce y cuencos que se supone formaban parte del rito funerario.

Enfrente, en el museo, las monedas de Macedonia y Babilonia muestran la posición de Gordion en el centro del comercio, las comunicaciones y actividades militares de Anatolia, igual que las figurillas de bronce y las joyas de cuentas de cristal de la región sirio-levantina de Mesopotamia. Hay una buena colección de arte frigio, aunque los mejores ejemplos, como las mesas de madera con incrustaciones encontradas en la tumba está en Ankara.

La entrada cuesta 5 LT y están muy aburridos, pensamos que somos los primeros del día y pocos llegaran aquí. Los vigilantes están a la fresca charlando.

De aquí vamos a la acrópolis del s VIII. La majestuosa puerta principal de la parte oeste de la ciudad estaba precedida de una rampa de 6 m de anchura. En el interior había cuatro megara o salas cuadradas, desde donde el rey, sus sacerdotes y ministros gobernaban el imperio. Los mosaicos que se encontraron en una de estas salas, llamada la Ciudadela de Midas, están en el museo.

No tiene mucho interés, con lo que no subimos a los túmulos, los vemos desde el aire acondicionado del coche.

Ya sin más dilación vamos a Kütahya, donde hemos reservado habitación en el Hotel Hilton Garden Inn. La doble con desayuno nos cuesta 41 €. Es espectacular, no podía ser menos hablando de un Hilton, la habitación comodísima, el baño con todas las comodidades y la atención esplendida. Tiene parking pero está en una calle lateral.

Alejandro Magno la utilizó esta ciudad como cuartel general en su avance hacia Gordion, en 332 a.c. Con posterioridad, los bizantinos ocuparon la fortaleza que se extiende sobre la colina de la acrópolis hasta que cayó bajo poder selyúcida. Su edad dorada se desarrolló bajo el sultan Selim I el Severo, cuando artesanos ceramistas de Persia se establecieron en ella. En 1833, el gobernante de Egipto la ocupó. Actualmente es una ciudad tranquila y sus esplendidas casas de época suponen un reclamo turístico importante.

La mayoría de los lugares de interés de la ciudad se pueden recorrer a pie. Entre los s XV y XVII fue rival de Iznik en la pintura y vidriado de azulejos y cerámicas. A principios del s XX, la industria de la cerámica se potenció y es de nuevo el foco de este arte.

La ciudad es conocida por sus hermosos artículos de cerámica pintados a mano y en muchos callejones se puede ver a los artesanos en sus talleres. Hoy está muy animado, es sábado por la tarde  y la gente aprovecha para pasear y hacer compras. Especialmente animado está el mercado de frutas y verduras y eso que son casi las 8 de la tarde!!!!

Tiene una fortaleza en ruinas, que un viajante e historiador decía que tenía 70 torres. La Casa Museo de Kossuth, fue el hogar del húngaro Lajos Kossuth, luchador por la libertad que buscó refugio en Turquía tras encabezar una revuelta fallida para liberar a su patria del poder de los Habsburgo en 1848. La estatua de Kossuth, en el jardín de rosas, fue erigida en 1982 y los lazos de amistad con los húngaros se renuevan cada año el 5 de abril.

El Museo del Azulejo de Kütahya, se inauguró en 1999, ocupando un antiguo comedor de beneficencia del s XV, situado detrás de la Gran Mezquita. Sus exposiciones se centran en los azulejos, jarrones, aguamaniles y vajillas de porcelana que produjo la ciudad desde el s XIV hasta la actualidad y se muestran alrededor de un estanque. Cuesta 5 LT y estamos solos. No es muy grande la exposición, pero hay piezas muy bonitas. En el jardín adyacente hay una gata mamá con dos gatitas peludas preciosas, pero muy miedosas.

La Gran Mezquita, se comenzó bajo Bayaceto Yildrim a principios del s XV, pero no se terminó hasta la época de Mehmet II. Entramos y el interior es muy bonito con un bonito balcón para que recen las mujeres, por separado de los hombres.

Al lado está el Museo Arqueológico, ocupa el antiguo seminario de una mezquita, construido en 1314 por un clan gobernante local. Fue restaurado en 1999 y su pieza maestra es la tumba de la Amazona, del s II d.c., el cual se ve desde la entrada y no entramos a visitar el museo.

Por la zona hay muchas mansiones históricas de los s XVIII y XIX, contaban con tres plantas, balcones saledizos y entradas en el frente y en la parte trasera. Están un poco deterioradas, suponemos que con el tiempo las restaurarán.

En el bazar compramos  especias, fruta para el camino y algunas cosillas que nos vamos encontrando hasta que llegamos al hotel.

Hoy hemos hecho 515 km

DÍA 51 19-8-2018  DOMINGO

KÜTAHYA – EDIRNE

El desayuno en el Hilton es súper completo, te hacen huevos al gusto al momento y además hay mucho donde elegir y mucho servicio para llevarse los platos sucios etc. Es caro, pues son 4 € por persona, pero nos damos el gusto.

Hoy tenemos día de ruta, sin nada en concreto para visitar entre salida y destino. La ruta es a  través de Bursa donde hay un puente que atraviesa el Mar de Marmara de casi 5 km de largo que ya atravesamos cuando íbamos hacia el este de Turquía.  Cuesta 71,75 LT. Para Edirne nos indican que cojamos la O7, da un poco de vuelta por el norte pero no pasas por Estambul. Pasamos por otro súper puente nuevo tocando el Mar Negro, también espectacular. A partir de aquí ya es Europa.

Hemos pasado varios controles policiales, pero a nosotros no nos han parado. Pagamos otra autopista que nos cuesta 30,2 LT. La pegatina que llevamos para las autopistas que compramos en Edirne al entrar a Turquía, ya se ha agotado el saldo y no lo vamos a recargar ya que vamos a salir del país.

A partir de Estambul la autopista es gratuita hasta Edirne. Vamos a ver si hay habitación en el Edrin Hotel, según Booking sí que hay. La doble con desayuno cuesta 24 €. Es un aparhotel, se parece mucho al que estuvimos cuando pasamos por aquí al principio del viaje.

A la tarde salimos a pasear por Edirne, que está muy muerta, es domingo y se nota. Hay algunas tiendas abiertas, pero pocas. Compramos algunas camisas, que son de muy buena calidad y a un precio excelente, ya que hay rebajas y la lira está casi a 7 por €.

No hemos repetido hotel porque  éste, está muy céntrico y además hay aire acondicionado que se necesita, hace mucho calor en Edirne en estas fechas.

Hemos hecho 565  km