Colombia

VIAJE DE FEBRERO-MARZO DEL 2012

¡¡Qué miedo da Colombia!! Nos han llamado locos cuando se enteraron de que ibamos a viajar por estas tierras. Qué si la guerrilla, que hay mucha delicuencia, que hay secuestros,etc…Colombia es de esos destinos contradictorios que no sabes si decir la verdad y que es un país maravilloso sin ningún problema o dejar que la gente siga creyendo que no se puede ir. La verdad es, que es un país que ofrece algunas cosas muy interesantes pero que esencialmente ofrece una hospitalidad y tranquilidad digna de encomio. En un ránking, hemos visto que los colombianos están situados a la cabeza de los pueblos más felices de la Tierra. No nos extraña

Cartagena de Indias, Bogotá, Eje cafetero, Tierra Adentro, San Agustín

GALERÍA DE FOTOS

Introducción
Barato, seguro y con gente que tiene los mismo parámetros de vida que los tuyos. Tiene algunos sitios maravillosos que con el paso del tiempo serán el reclamo del turismo masificado.

Fecha del viaje
Desde el 16 de febrero hasta el 4 de marzo del 2012

Itinerario
Día 1 QUITO – TULCAN – RUMICHACA – IPIALES – PASTO
Día 2 PASTO – LAGUNA DE LA COCHA – MUSEO DEL ORO
Día 3 PASTO – POPAYAN
Día 4 POPAYAN – SAN AGUSTIN
Día 5 Alrededores de SAN AGUSTÍN
Día 6  PARQUE ARQUEOLÓGICO DE SAN AGUSTIN – EL TABLON – LA CHAQUIRA – SAN AGUSTIN
Día 7 SAN AGUSTIN – PITALITO – LA PLATA – TIERRADENTRO
Día 8  SAN ANDRES DE PISIMBALÁ – TIERRADENTRO – POPAYAN
Día 9 POPAYÁN – CALI – ARMENIA – SALENTO
Día 10 SALENTO – VALLE DEL COCORA – FINCA CAFETERA – SALENTO
Día 11 SALENTO – ARMENIA – BOGOTA
Día 12 BOGOTA – MUSEO DEL ORO – FINCA BOLIVAR – MONSERRATE
Día 13 BOGOTA – CARTAGENA DE INDIAS
Día 14 CARTAGENA DE INDIAS – CASTILLO SAN FELIPE DE BARAJAS
Día 15 CARTAGENA DE INDIAS – FUERTE DE SAN FERNANDO BOCACHICA – CARTAGENA DE INDIAS
Día 16 CARTAGENA DE INDIAS – MUSEO DEL ORO DEL ZENÚ
Día 17 CARTAGENA DE INDIAS – PANAMÁ

Moneda
La moneda de Colombia es el peso colombiano (conversor). Más o menos era 1.00 EUR€ = COP$ 2,357.77. Hay billetes de 1.000, 2.000, 5.000, 10.000, 20.000 y 50.000 pesos. Hay monedas de 50, 100, 200, 500 pesos

Nivel de vida

Es generalmente barato, sobretodo la comida aunque el transporte es el doble que en Ecuador

Coste por persona

El vuelo lo hicimos con AIR FRANCE (KLM) y nos costó 1100 euros. El resto de los costes se especifican en el relato

Visado
No se necesita visado para los ciudadanos españoles. Pasar por su frontera es rápido y sin problemas, y mucho más cuando detectaban que eramos de Barcelona

Salud
Hay que consultar con los expertos pero no creemos que sea necesario nada, a excepción de que se vaya a zona de Selva donde hay mucho dengue y malaria.

Seguridad

Las conversaciones sobre el tema de las FARC fue una constante en el viaje. Han vivido situaciones muy duras pero actualmente ha mejorado mucho. La guerrilla sigue siendo un problema pero no para los turistas. No creemos que si conservas actitudes prudentes en las ciudades y en los barrios marginales de las grandes ciudades, tengas que tener algún problema importante.

Transporte

Avión. Sólo cogimos el vuelo interno de Bogotá a Cartagena y lo hicimos con Avianca Los vuelos que pueden ser aconsejables para ahorrarse muchas horas de bus.
Taxis . Son muy baratos y y en bastantes ciudaes tiene precio fijo hagas el recorrido que hagas. Siempre se ha de pactar el precio pero, en general, son honrados. No se ha de coger de noche un taxi que no sea oficial o que no haya sido llamado por el hotel. De día elegir taxis oficiales y que tengan un conductor que inspire confianza. En las estaciones debuses hay taxis de pre-pago. Hay también taxis compartidos
Buses.  Funcionan bien, son cómodos e incluso hay internet a bordo pero cuando se pasa de un lado de los Andes a otro se comprueba que las carreteras son sinuosas y los trayectos son muy largos de tiempo. Existen muchas furgonetas que hacen los recorrdios y muy pocos buses grandes.

Electricidad
Los enchufes son los de clavija plana a 110 Voltios. Hay que llevar conversor pues en los hoteles no tienen

Clima

Fuimos en febrero y tuvimos, en general, buen tiempo.

Diferencia horaria
Es 6 hora menos al horario peninsular.

Guía de viaje

Hay muchas pero nosotros sólo llevábamos la Lonely Planet y los relatos de otros viajeros

 

Diario de viaje

Día 1 QUITO – TULCAN – RUMICHACA – IPIALES – PASTO

Después de un buen desayuno en el hotel, cogemos un taxi hasta la estación de autobuses Imbabura que según nos han dicho son muy buenos y están a un paso de nuestro hotel. Nos cobra 1,5 $. Nos habían dicho que había buses cada hora desde las 3 de la mañana, pero la información no es correcta pues cuando llegamos a la estación nos dicen que el autobús siguiente es a las 3 de la tarde. Acaba de salir uno a las 8 y cuarto, pero hemos llegado tarde.

La vendedora dice que si vamos a la estación del norte en Carcelén que salen buses cada 10 minutos hasta Tulcán. Cogemos otro taxi que por 7 $ nos lleva. Tardamos más de media hora en llegar, pero en ese momento ya compramos el billete y salimos a los 2 minutos. Nos cuesta 5 $ por persona, y en teoría se tarda 5 horas. A la hora y media llegamos a Otavalo y a las 2 horas a Ibarra. Entran muchas personas vendiendo todo tipo de cosas, desde laxantes, hasta fruta, galletas, etc.

A Gabriel llegamos a las 4 horas de viaje. Pasamos por unos valles muy bonitos aprovechados con andenerías para burlar la pendiente que hay. Un poco antes de las 5 horas llegamos a Tulcán. Como la terminal está a más de un km de donde salen las busetas, cogemos un taxi por 3,5 $ que nos lleva a Rumichaca que está a 6 km. Hacemos cola para que nos sellen el pasaporte de salida de Ecuador. Cuando nos toca es muy rápido, el problema es que hay todo un autobús de Ormeño delante nuestro. Al acabar andas unos 150 metros y haces los trámites. Como no hay nadie es rápido. Allí mismo hay unas furgonetas que te cobran 1100 pesos por llevarte a la terminal de buses de Ipiales, o un taxi que te cobra 1.700 pesos por persona y han de ir 4 personas. Como la furgoneta está vacía optamos por el taxi, esperamos unos minutos pero como no vemos a nadie que quiera ir a Ipiales pagamos 4 $ para salir ya. Como no tiene dólares para darme el cambio me da 1800 pesos de cambio de los 5 $ que le doy.

Al llegar a la terminal no hay cajero automático, con lo que le decimos de pagar con $ y aceptan. Los 3 billetes nos cuestan 10 $ a Pasto, y como no, sale ya.

Más tarde nos damos cuenta que debíamos haber pasado noche en Ipiales y visitar la Iglesia de Nuestra Señora de las Lajas que está a sólo 7 km de Ipiales.

Santuario de las Lajas (Foto cogida de un blog)

En 2 horas llegamos a Pasto y en la terminal de buses hay varios cajeros automáticos donde conseguimos dinero.

Los taxis en Pasto tienen unos precios fijos con lo que así te evitas regatear, es muy cómodo. Los trayectos en la ciudad cuestan 3500 pesos, al extrarradio cuestas 3800 pesos, al aeropuerto 7000 pesos y así sucesivamente. Lo tienen que tener a disposición del usuario, algunos lo cuelgan en el asiento y desde ahí lo ves fácilmente.

Nos lleva al hotel San Sebastián que en la LP lo pone bien. La triple nos cobra 70.000 pesos con baño y wifi en la entrada del hotel.

Plaza principal de Pasto

Tenemos que cambiar el baremo de medir ya que vemos que aquí en Colombia todo es más caro que en Ecuador o Perú.

Pasto tiene una población de 385.000 habitantes y está a una altitud de 2551 metros. La ciudad se encuentra a los pies del volcán Galeras, en el valle de Atriz. El clima es fresco, por la noche refresca mucho, mientras que durante el día puedes ir con manga corta.

Pasto fue un importante centro cultural y religioso tanto en la época colonial como en la republicana. Los terremotos han destruido gran parte de su herencia arquitectónica, aunque se han reconstruido un puñado de iglesias y palacios en el estilo original. La ciudad también es conocida por el barniz de Pasto, resina vegetal procesada que se usa para pintar piezas de madera de vivos colores.

Interior de una de las infinitas iglesias de Pasto

La iglesia más importante y céntrica es la de San Juan Bautista, data de los primeros días de la ciudad. Por dentro está cubierta de oro y por fuera tiene una estructura barroca. Justo enfrente está la oficina de turismo pero ya está cerrada. Buscamos una casa de cambio para cambiar dólares pero cierran a las 5 de la tarde.

Pasto es una ciudad con muchos bancos, comercio, restaurantes etc., el problema es que cierran muy pronto, vamos a alguno que nos dicen que cierran a las 7 y media no teniendo gran cosa para comer.

Hay una cadena que se llama Sabropan, donde cierran a las 9 de la noche y parece que tienen algo más de variedad. Nos recomiendan churrasco. Cuando nos lo traen es un filete de carne que parece la suela de un zapato, está malísimo, viene presentado en una plancha pero está tan hecho que no sabe a nada. Pedimos un trozo de pizza que solo hay hawaiana, y está muy dulce. Vamos, que no hemos tenido suerte, y aparte no tienen cerveza, un desastre. No es barato porque cada plato de churrasco cuesta 15000 pesos, unos 9 $.

Volvemos al hotel y no se ve a nadie por las calles.

Día 2 PASTO – LAGUNA DE LA COCHA – MUSEO DEL ORO

Vamos a desayunar a un centro comercial de ladrillo rojo que hay justo al lado de la plaza de Nariño. Aquí si disfrutamos ya que el café es de máquina y está bueno. También tienen un pastel de naranja casero muy bueno.

Vamos a cambiar $ al Shiracaba Money Exchange que está en la plaza Nariño y el tipo de cambio en este momento es 1$ = 1760 pesos. El tipo de cambio del € es malísimo, un 12% menos del oficial con lo que no cambiamos.

Vamos a la oficina de turismo, y allí nos dicen las cosas que podemos hacer por los alrededores, zonas que mejor las evitamos y algunos consejos de seguridad. Nos aconseja viajar de Pasto a Popayán de día ya que de noche no es segura. También le preguntamos para ir de Pasto a la zona arqueológica de San Agustín y nos dice que esa carretera no la cojamos porque hay enfrentamientos entre la guerrilla y el ejército, mejor a Popayán y luego a San Agustín.

No tienen folletos para regalar, pero es muy amable y nos informa largo y tendido de todo.

Vamos a la laguna de la Cocha. Se ha de coger un taxi por 3500 pesos hasta Santo Sepulcro y de allí un colectivo a la laguna. El colectivo es de 4 personas y cuesta 3900 pesos por persona. Después de unos 10 minutos llega la 4ª persona y salimos. Nos dicen que se tarda media hora pero de eso nada ya que la carretera está en reparación y nos paramos de forma alternativa para que pasen los del otro sentido, con lo que a la hora de la verdad, hemos tardado una hora.

Pueblecito de la Laguna de Cocha

Las casitas que hay al lado de la laguna son preciosas hechas de madera con muchas flores, todo muy agradable. La laguna está a 2760 metros de altitud rodeada de verdes colinas y a menudo envuelta en niebla en la desembocadura del río Encano.

Canal de salida hacia la laguna de Cocha

Se puede realizar una travesía en barco por la laguna con parada en la Isla Corota. La isla es parque nacional, y alcanza los 2830 metros de altitud, siendo un ejemplo de bosque nuboso perenne bien conservado. También contiene una pequeña capilla y una estación de estudios biológicos, donde te registras y pagas 1000 pesos por persona. Una pasarela en bastante mal estado de 550 metros atraviesa la isla hasta el mirador para poder disfrutar de las vistas de la laguna. Los barcos que van a la isla cobran 25000 pesos, que se reparte entre la gente que se monta en la barca. Como nosotros somos 3 regateamos y nos lo deja en 20000 pesos. Al volver al embarcadero se rodea la isla para poder ver los patitos negros que hay alrededor.

Isla de Corota

Le han entregado un galardón la Red Mundial de Humedales, que es el globo azul por las prácticas ambientales. Esta red está integrada por 200 ONG que se relacionan con la conservación de cuerpos de agua en el mundo. El premio es un homenaje a la Asociación de Desarrollo Campesino, que conformó la Red de reservas Naturales de la Cocha.

Cañizales en la Laguna de Cocha

La importancia de La Cocha radica en que allí se concentran páramos y bosques alto-andinos, poseedores de una altísima biodiversidad tanto animal como vegetal, al tiempo que están asentadas culturas indígenas y comunidades campesinas. El premio, resalta los esfuerzos colectivos de la Asociación de Desarrollo Campesino, como un ejemplo de que las comunidades en Colombia pueden progresar sosteniblemente, generando ingresos, conservando y respetando el ambiente natural sin agotarlo.

La Cocha es una de las dos grandes lagunas alto andinas existentes en Colombia y en los Andes del norte. Ocupa 39.000 hectáreas. La única isla de la laguna, La Corota, fue declarada como Santuario de Fauna y Flora adscrito al Sistema de Parques Nacionales Naturales.

Además, la laguna es uno de los cinco ecosistemas del país que ostentan el título de humedales Ramsar, una categoría que los resalta como sitios de importancia mundial.

Hay muchísimos restaurantes, más de 30, evidentemente todos vacios porque en total hemos visto a 10 turistas contándonos nosotros, aunque parece que el fin de semana se llena de gente de Pasto o Ipiales que viene a pasar el día.

Entramos en uno al azar y pedimos trucha al ajillo. Cuando nos la sirven es muy grande y tiene un aspecto muy apetecible, pero al empezar a comerla, vemos que está totalmente insípida, no sabe a nada. Le ponemos ají a ver si mejora y ni con esas. Cada plato de trucha cuesta 16.000 pesos y la cerveza pequeña 1.500 pesos. Es una pena pero no disfrutamos nada de la comida, que va acompañado de patatas fritas, arepa, arroz y un poco de ensalada.

Vamos a donde nos ha dejado el taxi, y tenemos que esperar un poco a que llegue el 4º pasajero.

De vuelta en Pasto nos acercamos al Museo del Oro, donde nos hacen una visita guiada por casualidad ya que son las 4 y hay una programada a esa hora. Somos los únicos y un empleado muy simpático nos explica paso a paso cada una de las vitrinas que hay en el museo. La entrada es gratuita y abre de martes a domingo de 10 de la mañana a 5 de la tarde.

Vasija en el museo de Oro en Pasto

Relata la historia de las sociedades que ocuparon el litoral Pacífico y el altiplano nariñense desde hace poco más de 2500 años. Estas sociedades alcanzaron una gran destreza en el trabajo de la arcilla, el metal, la concha y la piedra, y sus tecnologías y diseños sugieren importantes intercambios con las culturas de Ecuador, Perú y Bolivia. La historia de las comunidades indígenas de esta región continuó durante la conquista y colonia hasta el presente y, con la llegada de esclavos africanos, enriquece la diversidad cultural en el suroccidente colombiano.

Las primeras evidencias de asentamientos humanos en Tumaco-La Tolitadatan de alrededor del 900 a.c. y se relacionan con sociedades que habitaron principalmente manglares, estuarios y llanuras aluviales. Sus asentamientos corresponden a pequeños caseríos, pueblos y centros ceremoniales con montículos, que fueron utilizados como sitios de residencia, para enterramientos o como talleres. Para controlar las inundaciones en la llanura aluvial modificaron el paisaje conectando canales a estuarios.

Máscara del famoso Carnaval de Pasto

Su economía se basó en agricultura intensiva, la pesca, la recolección de moluscos y mariscos y el intercambio. Entre los productos que consumían se conocen el maíz, la calabaza, la maranta, las palmas y algunos tubérculos como la yuca.

Uno de los mayores logros metalúrgicos alcanzados por las sociedades que produjeron la orfebrería fue el manejo del platino por sinterización, una forma de adherir gránulos de oro y platino mediante calor y martillado. La fundición empleó principalmente el método de la cera perdida. Para terminar y enlucir las piezas se usaron recubrimientos de platino y dorado por oxidación.

Hacia el año 700 d.c. la sociedad indígena sostuvo dos linajes paralelos y complementarios de señores principales que basaron su poder y prestigio en el uso de objetos suntuarios como espejos, collares de conchas marinas (Spondylus), bastones en palma de chonta y un sinnúmero de objetos en cerámica, piedra y metal. Entre estas figuras se destacan las figuras de hombres sentados masticando hojas de coca, pequeños recipientes para cal y discos con diseños geométricos de variados colores y texturas entre otros. Las tumbas donde se enterraron estos señores con sus posesiones alcanzan hasta cuarenta metros de profundidad.

Cuando los españoles llegaron a la región, la encontraron habitada por los pastos, quienes vivían en aldeas densamente pobladas sobre las cimas de los cerros, y por los quillacingas, quienes ocupaban el centro y norte de Nariño viviendo en aldeas dispersas sobre las laderas o las planicies. Entre los pastos existía un grupo especializado en el intercambio, conocido como mindalaes, quienes obtenían bienes de lujo para los caciques, así como plantas medicinales y objetos diversos para los chamanes y sacerdotes que los requerían para el desarrollo de sus actividades religiosas.

El fenómeno del dualismo compartido con otras sociedades andinas, consiste en concebir al cosmos como el resultado dinámico de fuerzas opuestas y complementarias donde la existencia de cualquier elemento es en sí misma condición necesaria para la existencia de lo opuesto. Esta visión del mundo se expresa simbólicamente a través de opuestos complementarios como masculino-femenino, sol y luna, noche y día, arriba y abajo, frio y calor y otros muchos pares de opuestos en un universo dinámico donde se mantiene el equilibrio y la armonía.

Los metales empleados en la elaboración de piezas encuentran una explicación en términos de simbolismo dual: el oro es asociado al sudor del sol, ente generador de vida y principio procreador, y la plata es asociada a las lágrimas de la luna, a lo femenino.

Estatuillas que representan a Chamanes

Después de tanta cultura nos vamos a callejear y visitamos algunas iglesias como la Iglesia de San Sebastián, de la Merced o la de San Agustín. Ninguna vale mucho la pena, se pueden obviar tranquilamente. Nos vamos al centro comercial de delante de la Plaza de Nariño a tomar unas cervecitas y a descansar.

Sobre las 7 de la tarde, las calles se empiezan a quedar vacías con lo que volvemos al hotel ya que nos han dicho que cuando las tiendas cierran mejor no estar por la calle.

Día 3 PASTO – POPAYAN

Vamos a desayunar a Sabropan, porque es una pastelería antes que todo, pero al pedir las pastas nos engañan porque hay unos croissants que al preguntar nos dicen que están rellenos de queso pero están rellenos de algo muy dulce que no nos gusta nada. Otra pasta que se llama chicharrón también está extremadamente empalagosa. Para rematar el café no es de máquina, y es muy aguado.

Cogemos las mochilas y nos vamos a la estación de buses con un taxi. Al llegar ya nos venden rápidamente un boleto para Popayán por 20.000 pesos. El precio estamos viendo que es el doble que en Ecuador, allí por 1 hora te cobraban 1 $, aquí es el doble, ya que parece que el viaje dura 6 horas. Sale media hora tarde porque cuando ya salíamos entran unos policías que van revisando el equipaje de mano de cada uno de los pasajeros. A nosotros no nos lo revisa, pero nos pide los pasaportes.

Al cabo de muy poco rato hay otro control, en este van pidiendo la identificación a los chicos jóvenes y con un teléfono dicen el número y comprueban que no sea un delincuente o guerrillero. A los pocos km hay otro más. Eso hace que la cosa se vaya retardando más. A las dos paramos media hora para comer en un restaurante a pie de carretera. El menú cuesta 12.000 pesos, te dan una sopita, un plato con arroz, ensalada, carne o pollo, arepas y un zumo. También puedes pedir platos sueltos.

El paisaje que vamos pasando es extraordinario, unos valles muy bonitos, pero la carretera está en muy mal estado, de hecho la están reparando casi todo el trayecto. Pasamos por unos pocos pueblos bastante pobres, aunque como la tierra es tan rica, sin hacer apenas nada ya pueden comer.

Vemos muchos militares, por ejemplo vigilando un peaje que hay en la carretera hay un parapeto con un militar con el ángulo de tiro justo encima de esta garita de cobro.

Llevamos dos días en Colombia, pero se ve que hay una gran preocupación porque no haya secuestros o atentados. Hay carteles en muchos lugares donde pone que el ejército es tu amigo y está para protegerte y cuidarte. En el mismo bus antes de la película hay un mensaje de lo buenos que son.

Hay muchos puestos en la carretera donde venden fruta. Llegamos a Popayán a las 4 de la tarde,7 horas y media después de empezado el viaje.

Nos acercamos al hotel Hosteltrail que en la LP lo ponen bien, pero nos piden por la doble sin baño 42.000 pesos y la individual 28.000 sin baño. Las habitaciones son muy básicas y los colchones de papel de fumar con lo que a pesar de que se ve un ambiente muy mochilero en el hostal con libros, anuncios, informaciones varias, buscamos otras opciones.

Justo al girar la esquina yendo hacia el centro de Popayán pasamos por uno que está completo, pero enfrente está el hotel Colonial (Calle 5 número 10-94 teléfono 3015599603 ) que es muy correcto, todo muy limpio, y al final el precio después de regatear un poco se queda en 70.000 pesos la triple con baño, televisión y wifi en el pasillo. Al volver al Hosteltrail a buscar las mochilas que se habían quedado con uno de nosotros nos comenta que la persona que está al cuidado del hostal, ha ido llamando por teléfono en teoría a los hoteles que nos encontrábamos en la ruta y se burlaba de nosotros ya que comentaba que no encontraríamos una cosa mejor que la que nos ofrecía ella y que nos iban a desvalijar etc. Nos parece muy mal que habiendo uno de nosotros allí, se dedicase a mofarse y burlarse de nosotros, dice muy poco a favor de ese hostal. Nosotros creemos que a pesar que la LP lo recomienda no es una buena opción alojarse allí.

En Popayán vemos una gran cola y al preguntar a que se debe nos dice que es por un fraude del tipo pirámide y que la gente está intentando cobrar algo de lo que había invertido.

Popayán tiene 240.000 habitantes y está a una altura de 1760 metros, lo cual se nota porque la temperatura es mucho más agradable que en Pasto, es mucho más cálido.

Es famosa por sus fachadas encaladas, por eso la llaman la ciudad blanca. Se encuentra en el extremo sur del valle del Cauca, y durante cientos de años fue la capital del sur del país, antes de que Cali le arrebatara el título. La ciudad fue fundada por Sebastián de Belarcázar, y pronto se convirtió en la escala más importante en la ruta entre Cartagena y Quito. Su clima suave atrajo a familias acomodadas de las haciendas azucareras de la cálida región de Cali, que empezaron a construir mansiones, escuelas e imponentes iglesias y monasterios.

Es famosa por sus procesiones de Semana Santa, a las que acuden turistas de todo el mundo. En marzo de 1983, poco antes de que se iniciara la popular procesión religiosa de Jueves Santo, un violento terremoto sacudió la ciudad, el tejado de la catedral se hundió y murieron cientos de personas.

Hay un ambiente muy agradable con universitarios que salen de la universidad y se reúnen, ya que es viernes, en las plazas para hablar, relacionarse etc.

Se puede visitar andando el centro histórico, siendo fácil orientarse ya que como todas las ciudades de Colombia están divididas en calles (Cll, Cl o C) y carreras (Cra, Cr o K). Las calles van de este a oeste y las carreras de norte a sur. También tienen diagonales. Las direcciones son curiosas porque las calles o las carreras no tienen número como nosotros tenemos, sino que dicen calle 3 nº 5-43, significa que el edificio que buscamos está en la calle nº 3 a 43 metros de la carrera nº 5.

Catedral de Popayán

Paseamos por el puente de la Custodia, también llamado puente Chiquita por su tamaño, fue construido en 1713 para que los sacerdotes pudieran cruzar el río y llevar las órdenes sagradas a los enfermos de este barrio pobre del norte. Unos 160 años más tarde se construyó a su lado el Puente Humilladero de 240 metros y 11 arcos que es el usado actualmente.

Iglesia de San Francisco

Desde aquí podemos ver el Morro de Tulcán, colina coronada por una estatua ecuestre del fundador de la ciudad, se dice que aquí había una pirámide precolombina. Nos han dicho en la oficina de turismo que no vayamos allí, porque a esas horas ya está muy desierto y puede haber atracos.

Como no hemos comido casi nada buscamos un sitio para cenar algo, y encontramos una pizzería llamada Toscana Pizza en la carrera 9 nº 5-37 que hacen unas pizzas muy buenas a buen precio.

Día 4 POPAYAN – SAN AGUSTIN

Nos levantamos prontito y al pagar la habitación nos invitan a un cafetito muy bueno en el hotel. De allí cogemos un taxi que nos cobra 3800 pesos por llevarnos a la terminal de buses. Teníamos información que salía un bus hacia San Agustín a las 7 y media de la mañana pero cuando llegamos allí no hay ninguno. Nos dicen que saldrá a las 8 en punto. Cogen el dinero (25.000 pesos) y nos dan un tiquet que pone que verdaderamente saldrá a las 8. Al final salimos a las 8 y media. Es un minibús que va lleno y alguna persona sentada en el escalón con un cojín. El camino es horroroso, quizás el peor de todo el viaje, lleno de baches, estrecho, con caídas de muchos metros sin ningún tipo de protección. Nos para el ejército, y nos ponen a las mujeres delante del bus, los hombres detrás y revisan nuestros bolsos y mochilas. También se interesan por nuestro destino y nuestro origen.

Llegamos a un cruce que hay a 5 km del pueblo y nos hacen bajar y coger otro vehículo que nos llevará al pueblo de San Agustín. Al llegar nos aborda un señor que nos ofrece un hotel que se llama Diosa Lunar (hostaldiosalunarsanagustin@hotmail.com) en la carrera 16 A nº 6-06. Nosotros cogemos la tarjeta pero primero vamos al que recomienda la LP que está más cerca, la Residencial El Jardín pero nos piden mucho dinero por una habitación muy pequeña y básica con unos colchones estrechísimos, es de la cadena Hosteltrail. Seguimos buscando pero todo lo que vamos viendo no nos convence hasta que llegamos al Diosa Lunar que es un hostal que hace 8 meses que lo han abierto, todo muy nuevo y limpio, del señor Humberto y su esposa Marina. Nos la ofrece por 30.000 la doble y 20.000 la individual. Tiene wifi con muy buena señal, baño dentro y televisión por cable. En el segundo piso hay una terraza con unas hamacas muy agradable para pasar el rato, leer o mirar internet.

Nos ofrecen las excursiones que podemos hacer a partir de mañana porque hoy ya es tarde, ya que el parque arqueológico cierra a las 4.

Vamos al centro a comer y encontramos un restaurante que hace pollos asados que nos prepara unos con patatas asadas bueno. Nos cuesta 12.000 los tres.

Paseamos por el pueblo pero se acaba pronto aunque tiene la plaza Bolívar enfrente de la iglesia muy animada. En la plaza Cívica cerca de la comisaría de policía no hay tanto ambiente. Vemos que tiene bastantes bares para consumidores de cerveza pero que hace horas que han empezado porque tienen muchas en la mesa.

La oficina de turismo está cerrada y el policía nos dice que vayamos a la Casa de la Cultura que está a 2 cuadras. Hay un simpático señor que nos informa de que se puede hacer por los alrededores, como ir a los sitios y un pequeño museo donde hay algunas piezas originales.

Tiene 30000 habitantes y una altitud de 1695 metros. Hace más de 5000 años, dos culturas primitivas vivían en los valles fluviales del Magdalena y del Cauca, próximos entre sí. Separados por unos montes transitables, los ríos se convirtieron en vías de comunicación. A varios días de camino entre sí, se encuentran las fuentes de ambos ríos. Cerca está San Agustín, el lugar donde el comercio y la religión y los ritos fúnebres reunían a ambas civilizaciones.

Plaza central del San Agustín

Las rocas volcánicas lanzadas a gran distancia por los volcanes cercanos, actualmente extinguidos, fueron una tentación irresistible para los escultores del lugar, tallando más de 500 estatuas que salpican las verdes montañas que rodean San Agustín. Muchas de ellas son figuras antropomórficas, las hay muy realistas y otras que parecen monstruos enmascarados.

Otras representan animales sagrados como el águila, el jaguar y la rana. La mayor tiene 7 metros de altura. Los arqueólogos han descubierto numerosas piezas cerámicas, pero muy poco oro.

Iglesia del pueblo de San Agustín

Reservamos un tour para el día siguiente porque nos dicen que como hay más gente apuntada nos saldrá más económico. Cuesta 25.000 pesos por persona y nos vendrán a buscar al hotel.

Se va a El Estrecho, Obando, Alto de los Ídolos, San José de Isnos, Alto de las piedras, Salto de Bordones y Salto del Mortiño. Se sale a las 9 y se vuelve a las 5 o 6 de la tarde.

Para cenar encontramos un bar que hacen una ensalada con zumo de limón que cuesta 10.000 pesos para dos.

Día 5 Alrededores de SAN AGUSTÍN

Desayunamos en el hotel porque nos lo pintaban muy bien, fruta fresca, zumo de naranja natural, huevos revueltos al estilo colombiano que es con tomate y cebolleta y pan.

Nos dan todo lo anterior pero solo mantequilla y no mermelada, es una pena porque el resto está genial. Nos cuesta 6000 pesos por persona.

Nos viene a buscar una furgoneta donde ya hay 9 personas, un alemán que no habla con nadie, un colombiano que trabaja ahora en Ibarra, en pacificación y concienciación de las poblaciones desplazadas, medio ambiente, o sea un poco de todo, dos chicas finlandesas que hablan español y una familia colombiana de un matrimonio con su hijo, el amigo y la sobrina. El trabaja en una petrolera en Neiva y aprovecha el fin de semana para hacer algo de turismo con la familia. Con nosotros somos 12. Empieza la excursión con la visita a El Estrecho donde el río Magdalena que es el más largo de Colombia con 1580 metros atraviesa unas gargantas de 2,2 metros de anchura. Está muy cerca de la carretera, solo se baja andando 5 minutos y ya te lo encuentras. Nos comentan nuestros compañeros de tour que llega a tener el río en otros tramos más de 2 km de anchura que incluso hay petroleros que lo navegan y desemboca en el Atlántico.

Seguimos hacia Obando, donde tenemos que pagar 2000 pesos por persona para entrar en un parque arqueológico, donde se ven unas tumbas y un pequeño museo. No aporta demasiado pero el precio tampoco es excesivo. Hay algunos dioramas que explican los pueblos que vivían en la antigüedad en esta zona, como trabajaban, como los enterraban etc.

Tumba de Obando

De allí llegamos al Alto de los Ídolos, a 26 km de San Agustín, donde se encuentra la mayor escultura de la zona de 7 metros. Aquí compramos el combo que cuesta 16.000 pesos y te permite visitar durante 2 días todo lo que hay en esta zona. Si no, tendrías que pagar 20.000 pesos. Los mayores de 62 años y los niños pagan solo 5000 pesos.

Alto de los Idolos. Tumba

La ocupación humana del Alto Magdalena comenzó en el periodo Arcaico (6000 a.c), pero sólo a partir del Formativo (1000 a.c) se encuentran vestigios de sociedades sedentarias. Más adelante se formaron poblados y centros ceremoniales, muchos de los cuales se abandonaron antes del arribo de los españoles en el siglo XVI.

Sarcófago de piedra en el Alto de los idolos

En este parque arqueológico, se aprecian montículos funerarios, tumbas con dólmenes, sarcófagos, lajas con pinturas y estatuas talladas en piedra, que dan testimonio de la creatividad de una sociedad que incidió fuertemente en otras culturas precolombinas de los Andes del norte. Este parque forma parte desde 1995 al Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Sarcófago de piedra de 30 toneladas

El pequeño museo que hay aquí es la casa donde vivió Juan Friede, un alemán que vivió en esta casa en los años 40 y se considera uno de los mejores historiadores de Colombia. Viajó a estudiar el Archivo de Indias en Sevilla y también dio clases en diversas universidades. Algunos de sus coetáneos dicen que era un huaquero que expolió un montón y vendió muchas cosas de las que encontró, porque no dejaba que nadie entrara en las excavaciones que él hacía.

Hay un poco de discusión sobre dónde comer, ya que el conductor prefiere que lo hagamos en un restaurante que hay al lado de este lugar pero nosotros preferimos ir a San Juan de Isnos, porque presuponemos que habrá más ambiente.

Hay distintos montículos y hay unos paneles explicativos que va diciendo lo que se encontró y algunos significados que a nosotros se nos escapan. Hay algunas decoradas con círculos de colores amarillo, rojo y negro.

En San Juan de Isnos la plaza central está muy animada con mucha gente que ha venido porque parece que hay mercado semanal. Vemos chivas llenas de gente subida en el tejado, material de construcción, animales, todo se puede poner en una chiva.

Comemos en un restaurante de pollo asado porque solo tenemos media hora y nos parece suficiente.

De allí, después de hacernos unas fotos con el grupo por la insistencia de la familia colombiana, vamos al Alto de las Piedras, que está a 7 km al norte de Isnos y presenta tumbas cubiertas con losas de piedra pintadas de rojo, negro y amarillo. Aquí hay una de las estatuas más famosas, conocida como doble Yo, si se observa atentamente se verán cuatro figuras talladas en la estatua. Además se verá una figura femenina en un avanzado estado de gestación.

Alto de las Piedras

De allí por una carretera especialmente malísima llegamos al Salto de Los Bordones que es una cascada de 400 metros que tiene como dos tramos y está en un sitio bellísimo lleno de pájaros de distintos colores y alborotadores.

Niños en la Cascada de Bordones

Los niños se aproximan y nos dicen si queremos que nos cuenten la leyenda de la cascada a cambio de una propinilla.

Como colofón del día vamos a ver el Salto del Mortiño donde nos cobran 1000 pesos para ver una cascada de unos 100 metros, pero que nos gusta quizás más, porque está muy cerca y se ve todo muy bien.

Evocador árbol del salto del Mortiño

De vuelta a San Agustín, compramos un poco de queso y pan y las cervezas que cogemos del hotel y ya hemos cenado, pues estamos cansados de tanto coche por carreteras destrozadas.

Día 6 PARQUE ARQUEOLÓGICO DE SAN AGUSTIN – EL TABLON – LA CHAQUIRA – SAN AGUSTIN

Vamos a desayunar a una tiendecita donde nos dan zumo de naranja, café y unas pastas. De allí como es lunes nos vamos a ver el mercado porque nos han recomendado que vayamos a verlo, ya que hay mucha variedad de productos, desde frutas, verduras, ropa, zapatos, pescado, carne etc.

Calle típica en San Agustín

En el mercado, individuo vendedor de remedios

Cogemos la buseta que va al Parque arqueológico por 1000 pesos por persona, que nos deja en la puerta. Nos registramos y entramos. Abre de 8 de la mañana a 4 de la tarde. Está a 2,5 km del pueblo. En total hay 130 estatuas en el parque, halladas in situ o recogidas de otros lugares, entre las que se cuentan las más características. Hay 4 zonas diferenciadas, de la A a la D, cada una con sus características diferentes.

La mesita A, era zona de vivienda hace 2000 años, posteriormente fue utilizado como zona de entierro. Se excavaron dos montículos funerarios. Se estima que estas estructuras tenían 4 metros de alto y 30 metros de diámetro. Contenían enormes lajas de piedra acompañados de 15 estatuas que estaban en la tumba de un personaje principal.

Un grupo de las muchas estatuas de la Mesita A

En la mesita B, cuando lo encontraron los arqueólogos dijeron que había sido removida y se ha rehabilitado, reconstruido y conservado para que se pueda hoy ver tan bonito.

Algunas de las estatuas están muy bien conservadas

La mesita C, contenía un solo montículo funerario que estuvo acompañado por unas 15 estatuas y unas 49 tumbas simples. Ahora solo hay 4 estatuas visibles. Están hechas sobre piedras planas y grandes.

Grupo de estatuas

Aguila comiendo una serpiente

Junto a los varios grupos de estatuas (llamadas mesitas) está la Fuente de Lavapatas, un complejo laberinto de conductos y pequeñas balsas a diferentes niveles, todo tallado en el lecho decorado del rio y decorado con imágenes de serpientes, lagartos y figuras humanas. Los arqueólogos creen que los baños se usaban para las abluciones rituales y la adoración de deidades acuáticas. Fue descubierta en 1917. Originalmente el agua, dirigida por 3 bocas de entrada, cubría uniformemente todos los grabados produciendo pequeñas cascadas. La forma de las tallas es similar a las estatuas.

Desde aquí el camino asciende hasta el Alto de Lavapatas, el yacimiento arqueológico más antiguo de San Agustín, donde se encontrarán unas cuantas tumbas ante las que montan guardia unas estatuas, y se disfruta de una vista panorámica de la naturaleza que lo rodea. Se piensa que fue un cementerio infantil por el tamaño de las tumbas. Hay una escultura conocida como doble yo, ha sido interpretada como un guerrero de pie, con rasgos animales y humanos (masculino).

Flores exuberantes en los jardines del Parque

Hay un guardia, muy aburrido, al cual preguntamos qué tal le va y que es lo que vigila. Nos dice que controla que no destroce nada la gente y que no vengan a drogarse o a beber aquí. Hemos visto que hace poco un desalmado pintó una de las estatuas de colores, lo cual hace que sea irrecuperable.

Al bajar visitamos el Museo Arqueológico, con pequeñas estatuas, cerámica, utensilios, joyas y otros objetos, así como interesante información sobre la cultura de San Agustín. Al entrar el vigilante nos dice que no se pueden hacer fotos pero no le hacemos demasiado caso, ya que no está cerca.

Aquí comienza el Bosque de las Estatuas, un lugar donde por un senderito te vas encontrado 63 estatuas de muy diversas procedencias. La mesita D es donde se encuentra el Museo.

En el bar que hay a la salida nos comemos un biquini muy rico y un refresco.

Cogemos la buseta que nos devuelve al pueblo, y allí nos tenemos que esperar más de media hora a que salga la buseta que nos acercará a El Tablón. Viene antes una chiva a la cual nos subimos porque no lo hemos hecho hasta ahora y queremos ver que tal es la experiencia.

No es estrictamente fácil subir ya que es muy alta. Es un transporte para los campesinos, todos los demás cogen camionetas o busetas. Transporta cualquier cosa desde cemento, material de construcción, personas, animales, frutas etc. Después de un cuarto de hora llegamos al desvío que va a El Tablón y los autóctonos nos avisan de que hemos de bajar. Nos cobran 2000 pesos por los tres.

Hay un cartel que pone que está a 200 metros pero no es verdad, al menos hay unos 700 metros embarrados para llegar. Es una casa particular que se ha convertido en bar, donde la dueña te ofrece hacerte el calendario maya por la voluntad. Te pregunta solo la fecha de nacimiento y con eso ya sabe cómo eres tu…. Sin comentarios. Ya que está, te ofrece una pulsera que te recuerde quien eres tú, de bolitas de colores por 10.000 pesos.

Las figuras que tiene bajo un tejadillo como el resto que hemos visto no son nada especiales, creemos que no merece la pena la excursión. No aportan nada. De allí vamos a la Chaquira que está a una media hora andando por un camino muy embarrado. Después de mucho andar y bajar llegamos a un mirador donde hay dos deidades talladas en la pared de la montaña, sobre la imponente garganta del río Magdalena, pero tampoco creemos que merezcan el esfuerzo que hacemos para llegar allí.

Figura petroglifa de la Chaquira

Se podría seguir la excursión por el Purutal y La Pelota, pero visto lo visto, ya hemos visto bastante.

Hay excursiones a caballo que te llevan y suponemos que es más descansado ya que los caminos están enfangados y te pones perdido. Las excursiones a caballo empiezan en 120.000 pesos dos personas, pero luego van bajando y puede costar 60.000 pesos con guía. Tenemos que desandar el camino que hemos hecho y al llegar a la carretera enfrente hay una casa de un color fucsia/lila que nos ofrece los caballos por 15.000 pesos, ya que la diferencia se lo quedan los intermediarios.

Bajando unos señores que están cargando sacos de café nos explican cómo es la recogida del café, ellos dejan el peciolo en la planta, pero nos dicen que no saben porque se hace, siempre se ha hecho así. Otra persona nos explicó que era para que saliese más rápido. Nos ofrecen enseñarnos su finca cafetera pero los vemos ocupados y declinamos la invitación. Al preguntarles como van las cosas, nos dicen que ahora mejor porque hace unos años les pagaban tan poco dinero por el café que no ganaban nada.

Vamos a comer un pollo asado al pueblo y después un ratito a descansar de tanto tute.

Día 7 SAN AGUSTIN – PITALITO – LA PLATA – TIERRADENTRO

Salimos a las 6 y media de la mañana, pero nos viene a buscar un taxi a las 6 y 50 minutos por 6000 pesos por persona. En 45 minutos llegamos, como tenemos entendido que sale a las 7:30 se lo decimos al chofer, llama por teléfono para que nos esperen en la terminal de Pitalito. Cogemos un coche muy cómodo por 20.000 pesos que nos deja en La Plata a las 10 y media, porque hay un trozo asfaltado, pero el último es muy malo. Justo donde nos dejan en La Plata cogemos otro 4 x 4 por 10.000 pesos que después de dos horas llegamos a Tierradentro por un camino que a trozos está arreglado y en otros es de trocha.

Donde nos deja el 4 x 4, hay un señor llamado Leonardo nos ofrece un hotel que está enfrente del Restaurante La Portada que también es de ellos. La habitación es sencilla pero limpia por 30.000 pesos la doble con baño. No hay wifi ni televisión.

Imagen apacible del pueblo San Andrés

Como estamos un poco mareados vamos al restaurante La Portada (único en San Andrés, cerca del parque arqueológico sí que hay muchos donde escoger) a comer un almuerzo por 6000 pesos, nos dan una sopita, un plato con carne, lentejas, un poco de verdura y un jugo.

Vamos andando al Alto de San Andrés, con un sol de justicia, donde vemos un hipogeo muy bien cuidado, pero el resto no valen mucho, están en muy malas condiciones, las pinturas tienen muchos colores. Compramos el boleto por 10.000 pesos, que nos sirve para los museos y todos los hipogeos. Dura dos días. Los mayores de 62 años pagan 5000 pesos.

Los más de 200 hipogeos o tumbas colectivas monumentales con cámaras subterráneas que reproducen el interior de viviendas, son característica exclusiva de esta región donde se practican entierros secundarios de huesos exhumados, en urnas. Sus paredes están decoradas con diseños antropomorfos, geométricos y zoomorfos de lagartijas, serpientes y ciempiés en colores rojo, negro y blanco.

También se practican entierros primarios para los que excavaban tumbas de pozo poco profundos con una cámara lateral donde colocaban objetos como metales, manos de moler, collares y vasijas de cerámica. Se agrupan en las cimas de colinas o en los filos de las montañas, previamente aplanadas para el fin, cerca de los lugares de vivienda.

Los hipogeos se componen del pozo de descenso y cámara funeraria, se tallaron en toba volcánica, roca semidura, usando cinceles y azuelas de andesita y basalto. Las cámaras tienen nichos laterales y en los hipogeos más grandes se observan dos o tres columnas que sostienen el techo.

Formas geométricas de los Hipogeos de Tierradentro

De allí vamos al Tablón, por un camino muy bonito que nos indica el guardián del Alto San Andrés, pasamos un puente hecho de bambú y de allí se llega a la carretera y después de una subida llegamos y vemos nueve estatuas de piedra toscas y desgastadas, que no vale la pena después de venir de San Agustín. Nos encontramos con un soldado que nos explica que cada día hay confrontaciones con la guerrilla, hoy ha habido 3 tiros solo. Que les tiraron unas granadas y le rozaron la cabeza, y todavía tiene esquirlas. Nos cuenta muchas batallitas pero las cuenta con tranquilidad, está acostumbrado y dice que esta zona es mucho mejor que en otras que ha estado, más tranquila. Tuvieron un enfrentamiento hace poco con la guerrilla donde murió un compañero por una explosión de unos pequeños obuses que hacen con dos granadas de mano y que hacen un socavón enorme. Nos enseña las granadas de mano que llevan que son diferentes a las que nosotros conocemos (por las películas claro) en forma de piña. Nos dice que tienen que rellenarlas y que es muy peligroso ya que algunas están en muy mal estado.

Volvemos al pueblo que es súper tranquilo, visitamos la iglesia doctrinera que es muy bonita, blanca de adobe y techo de paja. A las 6 de la tarde comienzan a tocar las campanas, pero cuando vamos a verla no hay ni un solo feligrés.

Iglesia blanca de San Andrés

Como solo hay un restaurante que es donde hemos comido, compramos un poco de queso doble crema por 4500 pesos, un poco de pan por 2000 pesos y unas cervezas por 1700 pesos.

En el hotel hay unos turistas, cuando pensábamos que éramos los únicos turistas del pueblo.

Leonardo, viene un rato con nosotros y nos cuenta cosas muy interesantes sobre el pueblo, su hotel, como empezó con los turistas etc. Es muy agradable estar aquí, tranquilos con el silencio que hay.

Día 8 SAN ANDRES DE PISIMBALÁ – TIERRADENTRO – POPAYAN

Desayunamos en el restaurante de nuestro hotel La Portada, un zumo, café y unos panes con mermelada y mantequilla por 4000 pesos, si quieres huevos fritos te cobran 5000 pesos.

Leonardo nos ha comentado, que hay una camioneta que a las 8 nos puede bajar al Parque Arqueológico (Patrimonio de la Unesco) que si no llevásemos maletas es media hora de bajada, pero cargados preferimos que nos lleven. A la hora de pagar me pide 4000 pesos por nosotros tres.

Llegamos a los pocos minutos, y nos registramos en la entrada donde nos cambian el papel de pago del día anterior por una pulserita como la que nos habían dado en San Agustín.

Preferimos subir a visitar el Alto de Segovia en primer lugar ya que luego hará más calor. Es una media hora de subida por un sendero hasta que llegamos al lugar arqueológico. Nos atiende un empleado del parque que nos va acompañando a los hipogeos. Hay unos 28 en total pero solo se visitan unos pocos, ya que algunos han colapsado y otros no aportan nada.

Dibujos geómetricos dentro de las tumbas

Todas las que nosotros visitamos tienen corriente eléctrica. Los escalones son muy altos y a veces te tienes que sentar para bajar ya que la pierna no da.

Hay algunos con 7 hornacinas y columnas muy decoradas con pinturas e incluso con caras, algunas sonrientes otras asombradas. No se pueden hacer fotos con flash, pero desde arriba no se detecta y el guarda no baja a las tumbas con lo que se pueden hacer sin problemas.

Aquí ponían huesos calcinados

Las tumbas de 2 a 7 metros de diámetro, están excavadas en la blanda roca volcánica del ondulante terreno montañoso de la región. Tienen una profundidad muy variable, pues mientras algunas son casi superficiales, otras alcanzan los 9 metros. Los techos abovedados de las tumbas más grandes se apoyan en enormes pilares. Muchas están pintadas con motivos geométricos rojos y negros sobre un fondo blanco. Además, las columnas y las paredes de muchas cámaras presentan figuras talladas.

Dentro de los hipogeos de Tierraadentro

Se sabe muy poco de la gente que construyó las tumbas y las estatuas. Lo más probable es que sean diferentes culturas, y que los que excavaron las tumbas fueran anteriores a los que tallaron las estatuas. Algunos investigadores sitúan la civilización de las tumbas en algún punto entre los siglos VII y IX, mientras que la cultura de las estatuas parece ser 500 años posterior.

Imágenes geómetricas en Tierradentro

El empleado del parque nos comenta que el hecho de que el ejército esté en la zona es malo, porque exigen a los campesinos que los alimenten, que los alojen y encima donde está el ejército hay embarazos no deseados de jovencitas de los alrededores. Vamos, lo que pasa en cualquier conflicto bélico, que siempre pringan los que menos culpa tienen.

Nos dice que se está perdiendo toda la cultura ancestral de los paeses y que gracias a que los campesinos se han plantado en algunas ocasiones y han ocupado colegios han conseguido que haya profesores bilingües y los niños aprendan la lengua de sus mayores, en casi todo el valle.

El gobierno no se preocupaba, siempre prometía cosas que no se cumplían y aquí los campesinos no se contentan con lo que a las buenas o a las malas, consiguen lo que creen justo.

Hay unos círculos en el césped circundante que nos dice que son nuevos hipogeos que están esperando financiación para su excavación. Uno de los arqueólogos que más ha investigado todo este tema de los hipogeos solicitó que a su muerte fuesen sus cenizas vertidas en una de las vasijas funerarias de las tumbas y el gobierno aceptó, y allí están.

El guarda también nos explica cosas, ya que hay poco turismo y a los colombianos les gusta hablar con la gente, preguntar cosas y contar cosas. Nos dice que tiene que estar todo el día y la noche vigilando, duerme al raso en una banqueta de bambú, con una pequeña radio que le hace compañía y le informa de lo que pasa en el mundo.

Tienen contratos de 3 meses renovables si están contentos con ellos, ya que es seguridad privada. Los sueldos no son maravillosos, pero es lo que hay. Quiere saber si hay oportunidades en España y le decimos que no es el mejor momento para ir a España, ya que el trabajo está muy mal y hay una crisis muy profunda. Nos dice que tienen muchos problemas los colombianos para entrar en cualquier país, solo el hecho de ser colombiano cierra muchas puertas, ya que tienen mala fama por el terrorismo, droga etc. Por la noche tiene que vigilar que no rompan las vallas que rodean el parque arqueológico, tanto animales como los caballos como personas, ya que si no es problema de él repararlas. Pasan zorros, tapires, osos hormigueros y nosotros de repente vemos una comadreja que nos mira con sus ojillos y se escabulle en la vegetación. Ellos la llaman vampiro de los pollos porque según su versión les chupa la sangre a los pollos.

Nos comenta que tiene una tienda de zumos enfrente de la entrada, que pasemos luego. Después de un rato de cháchara, bajamos tranquilamente y visitamos el museo Arqueológico, donde hay maquetas de las tumbas, como se encontraban al descubrirlas, cerámicas y explicaciones de la simbología de los animales con los cuales se decoraban las vasijas funerarias. Es pequeño pero muy interesante ya que hay poca información de lo que ves en los hipogeos. Las estatuas, de las cuales hay unos pocos ejemplos, son más bastas que las que vimos en San Agustín.

Pasamos al Museo Etnológico que explica el estilo de vida de los indígenas de la zona que se llaman Paez o Paeses. Es pequeñito pero muy instructivo ya que hay paneles donde explican lo más importante de la cultura, con una reproducción de una casita de ellos, una máquina para triturar la caña de azúcar y producir panela, un dulce muy dulce que les encanta y comen con unas obleas grandes que parece una hostia.

Museo Etnológico de Tierradentro

Todavía hoy utilizan la coca para sus ceremonias y tienen unos recipientes especiales para llevarla. Desgraciadamente hay un cepo que llevaron los españoles para castigar a los desobedientes o los que no acataban sus órdenes.

A la salida como tenemos un ratito hasta coger algo que nos lleve al cruce del bus, buscamos la tienda de zumos, que como nos había dicho el guarda está enfrente de la entrada. La lleva su mamá, muy simpática, nos ofrece todo tipo de zumos con agua o con leche y también puede hacer ensalada de frutas. El zumo cuesta 2000 pesos y la ensalada grande 3500 pesos con plátano, mango, papaya, mandarina y un poco de miel por encima si te apetece. Tomamos un zumo de limón ácido muy rico y uno de lulo que es una fruta que nos enseña y que no conocíamos también un poco ácido pero muy rico. Nos cuenta que su hijo es maestro y que tras 17 años dando clases “lo botaron” por un problema con los indígenas. No nos explica el problema y nosotros no le preguntamos, ya que nos dice que seguramente el próximo año ya lo volverán a coger en el colegio. Son emprendedores ya que han construido unas habitaciones sencillas pero acogedoras para los turistas, ella también tiene 5 habitaciones en su casa para alquilar, las cuales nos ofrece.

Justo al lado venden unas reproducciones de la iglesia de San Andrés de Pisimbalá muy bonitas por 5000 pesos.

Una familia de Armenia (pueblo con ese nombre de Colombia) que conocemos en la tienda nos baja al cruce donde pasará el bus a Popayán. Son muy amables nos dan el teléfono celular ya que ellos estarán a partir de mañana en Armenia y nos pueden aconsejar hoteles en Armenia o cosas a hacer en Salento. Nos comentan que están en Australia, de todos los sitios que han estado y han probado en unos cuantos, es el mejor y el que da más oportunidades a la gente con ganas de trabajar y preparados intelectualmente. Dicen que han ido a embajadas en algunos sitios y han guardado todo lo visible por miedo a que lo robaran y que eso les hacía sentirse fatal. Por eso, ahora que tienen papeles de Australia, viven mejor.

Mientras esperamos que pase el bus se para una camioneta y nos pregunta si queremos que nos lleve a Popayán. Nos dice que llegaremos mucho antes que con el bus y al preguntar el precio nos dice 15.000 pesos por persona. Nos parece bien porque el bus pasaría al cabo de una hora con suerte y se va parando buscando clientes, o también puede pasar que no tuviese asientos, ya que no hay mucha movilidad en estos lugares.

Vamos un poco achuchados ya que las mochilas tienen que ir con nosotros dentro de la camioneta, pues el maletero lleva cascara de arroz y no se pueden poner.

Es un padre y su hija que ha acabado la carrera de Derecho y está haciendo la especialidad en Cali el viernes y el sábado de derecho administrativo. El padre hace muchas cosas diferentes, desde fabricación de un jabón industrial desengrasante que vende en pequeñas cantidades a 50 clientes de manera artesanal, transportista, guía de turismo etc. Ahora su próximo proyecto es vender agua de un manantial que él conoce que es muy buena y vendería a gente de confianza, ya que legalizarla sería muy costoso por los inconvenientes y trabas que ponen las industrias grandes de venta de agua de Colombia. El agua en Colombia, no se puede beber del grifo (ellos dicen la llave), y la embotellada es muy cara, en un supermercado cuesta el medio litro ½ dólar, pero en un hotel te pueden cobrar 1 $ por el medio litro. Si compras 1,5 litros cuesta 3000 pesos. También hablamos de los animales que ellos tienen por esa zona y los que tenemos nosotros en España. Nos dice que a él un día se le cruzó una especie de pantera, enorme, queremos pensar que realmente es cierto y que todavía quedan en libertad felinos por esas montañas que son un parque nacional.

Llegamos a las 3,5 horas a Popayán y nos dejan muy cerca del hotel Colonial en la calle 5, con lo que nos hacen un favor. No tenemos reserva pero al llegar nos dicen que tenemos una triple como la que usamos al llegar por primera vez a Popayán.

Vamos a la terminal de buses a preguntar cuando salen los buses a Armenia al día siguiente y nos dicen a las 5, 6, 8, 10, 13 … Aconsejan llegar media hora antes de la salida del bus que queramos coger para asegurarnos tener asientos. Parece una compañía seria.

Paseamos por el centro de Popayán tan relajado como recordábamos, aunque hoy es el miércoles de ceniza y vemos mucha gente con la cruz en la frente, todas las iglesias están abiertas y podemos ver algunas que estaban cerradas la primera vez.

Nos dirigimos al Morro de Tulcán que se ven unas vistas panorámicas de la ciudad, pero cuando vamos para allá, nos encontramos que hay una feria de Semana Santa donde hay una exposición de figuras religiosas, vírgenes, Cristos crucificados, relicarios etc. Sigue habiendo colas de las personas que ha engañado un banco que se llama Agroahorro, y pasan por el cajero automático para conseguir algo de dinero.

Un poco más tarde vamos a la Toscana Pizzería que cenamos la primera vez ya que nos gustó mucho la pizza. Pedimos cervezas y las tienen que ir a buscar a una tienda porque ellos no tienen.

De vuelta al hotel comprobamos que ya tenemos wifi en la habitación, cosa que la otra vez tenías que irte al pasillo. Pagamos 70.000 pesos ya sin preguntar.

Día 9  POPAYÁN – CALI – ARMENIA – SALENTO

Salimos prontito del hotel cogiendo un taxi por 3800 pesos que nos lleve al Terminal. Allí compramos los billetes por 33000 pesos a Armenia. Cuando pedimos dejar los equipajes para ir a desayunar la buseta está allí aparcada. Es una buena señal. Volvemos adentro de la terminal y nos tomamos un tinto y un bizcocho por 6000 pesos los tres.

Salimos puntualmente a las 8 de la mañana. A las 2 horas llegamos a Cali, pero nos cuesta 3 cuartos de hora llegar a la terminal ya que hay mucho tráfico. Por lo que vemos de Cali, no tiene mayor interés. Parece que hay mucho ambiente de fiesta pero nosotros no buscamos eso. A las 11 salimos de la terminal dirección a Armenia. La carretera (Panamericana) es muy buena, la mayoría de dos carriles y muy bien asfaltada. Es un cambio que se agradece porque los últimos trayectos han sido pesaditos. La velocidad máxima es 90 km/h. La carretera tiene a lado y lado km y km de caña de azúcar, pero también árboles frutales, o de guabuas que es una especie de bambú que abunda mucho en Colombia y que se utiliza mucho en construcción, siendo muy decorativo y resistente.

Llegamos a Armenia a las 2 de la tarde y al preguntar nos dicen que en la parte de arriba de la terminal salen las busetas a Salento. Nos metemos junto a otros turistas y al momento está hasta los topes. Nos tenemos que poner las mochilas encima durante la hora que dura el trayecto hasta Salento. A mitad de camino pasamos por un lugar donde entra el cobrador y pagamos la boleta que son 3400 pesos. Llegamos a las 3 a Salentoy hay que ponerse a buscar alojamiento con un sol de justicia. Tenemos alguna referencia pero no tenemos plano del pueblo y nos vamos a explorar a ver que encontramos.

Calle de Salento

Algunos donde llamamos están cerrados, suponemos que como estamos en temporada baja, algunos dueños de hoteles hacen vacaciones hasta que llega Semana Santa que se llena todo, porque mucha gente en Colombia coge vacaciones. En la calle Real, encontramos La Posada de Lily, que es un hostal que nos ha recomendado Leonardo en San Andrés de Pisimbalá, ya que dice que es su amiga. Lily nos atiende en persona y nos ofrece las habitaciones que tiene vacías, que son muy básicas, pequeñas con poca luz y con una cama únicamente por 25.000 pesos por persona. Los baños son compartidos. Ella es encantadora y si no encontramos otra cosa igual volvemos, pero no nos convencen las habitaciones. Proporciona desayunos, comidas y cenas, siendo muy familiar pues tiene solo 4 habitaciones.

Plaza central de Salento

De allí, volvemos hacia la plaza y nos acercamos a La Posada del Ángel, que está a media cuadra de la plaza. Nos ofrecen una habitación triple por 20.000 pesos por persona. Está muy bien decorada con televisión y baño privado Hay wifi con mucha calidad. Hay una cocina a disposición de los huéspedes y muchos lugares para estar cómodamente, vamos, que es muy recomendable.

Por la calles de Salento

Salento tiene solo 3500 habitantes y está a una altura de 1900 metros con lo que el clima es agradable, durante el día si hace sol, hace calorcito y por la noche refresca con lo que se duerme muy bien. Está a 24 km de Armenia, sobrevive gracias a la producción de café, las piscifactorías de truchas y al turismo. Se fundó en 1850 y es una de las localidades más antiguas de Quindío. Algunos extranjeros llegaron a Salento y se enamoraron de este lugar abriendo hostels y evidentemente anunciando en internet las maravillas de este trocito de cielo en Colombia. Vienen autocares enteros de turistas a disfrutar de este entorno excepcional. A pesar de todo se vive un ambiente tradicional con campesinos a caballo que van a los campos con su machete de flecos a la cintura, los niños con sus uniformes a la escuela, las señoras que van a comprar al mercado o al supermercado, muy bien surtido por cierto, etc.

Arreglado el tema alojamiento, toca comer algo, que ya son las 4 de la tarde. En la plaza hay un restaurante que se llama Pizza punto y coma, donde como nos habían recomendado pedimos trucha y lomo a la plancha con cerveza Costeña. La trucha sigue sin tener sabor y la cerveza que es la primera vez, nos defrauda. Pagamos 45.000 pesos por los tres.

Alrededores de Salento

Siguiendo la costumbre de andar después de comer, subimos a Alto de la Cruz que son un montón de escalones con estaciones de viacrucis. La vista desde arriba es maravillosa, vale la pena subir. Allí nos encontramos a una señora con su perro labrador, con la que empezamos a hablar y nos cuenta que es muy rico que vayan tantos turistas a Salento que le encanta. Curiosamente tiene un hijo en España con su esposa. El trabaja en la compañía Sarfa y hace el trayecto Barcelona-Palamós, donde viven. Les damos una tarjeta por si su hijo nos quiere llamar y nos vemos a nuestra vuelta a casa. Nos invita a su casa que está enfrente del parque de bomberos, la de color verde.

Muy cerca del Alto de la Cruz hay un mirador hacia donde nos dirigimos. Allí empieza el valle de Cocora, donde se encuentran los últimos ejemplares de palmera de Cera, enormes ejemplares que pueden medir más de 60 metros de alto.

De allí tal como pone la LP, nos acercamos al Portal de Cocora, que está a 500 metros de la plaza principal. Este restaurante ofrece vistas a un valle dignas de cuento. Atiende un chico de raza negra muy guapo que se llama Adolfo. Nosotros pedimos permiso para entrar y nos dice que por supuesto. Nos ofrece una colchoneta para que nos podamos tumbar en una especie de cama hecha de bambú, cosa que declinamos. Ya estamos suficientemente bien con las vistas espectaculares que estamos disfrutando, con el colofón de la puesta de sol.

A los pocos momentos se acerca con una bandeja con unos cafés buenísimos. Nos dice que es cortesía de la casa. Cada vez nos sorprenden menos estas manifestaciones amigables, que constantemente estamos disfrutando.

Volvemos al pueblo, pasando por unas calles llenas de casas paisas, pintadas de alegres colores muy contrastados pero que dan mucha alegría.

Como hemos comido muy tarde, compramos un poco de fruta en alguna tiendecita que nos encontramos en el camino al hotel y nuestra cervecita de rigor, Águila que es la que más nos gusta por 1800 pesos en el supermercado.

Día 10 SALENTO – VALLE DEL COCORA – FINCA CAFETERA – SALENTO

Después de desayunar en el hotel un cafetito que nos obsequian y fruta que queda del día anterior, salimos a buscar transporte para ir al valle del Cocora. Antes vemos una especie de donut en la plaza que es un buñuelo muy bueno por 500 pesos al cual no nos podemos resistir.

Camino del Valle de Cocora

Los willys tienen unas salidas fijas al valle del Cocora pero como llegamos de golpe unos cuantos turistas, sale uno para nosotros solos. El horario oficial es de Lunes a Viernes a las 6:10, 7:30; 9:30; 11:30; 14:00; 16:00. Los Sábados, Domingos y festivos los mismos de antes pero añadiendo a las 10:30, 13:00, 15:00 y 17:00. Para volver suele ser media hora después a la salida de Salento, pero mejor comprobar antes de salir.

Estos willys tienen capacidad ilimitada, se sube toda la gente que esté en su camino. Cuesta 3000 pesos por persona. Se puede contratar un privado pagando 24.000 pesos.

Palmeras de cera en Coccora

En media hora llegamos al Valle de Cocora, que se nos pasa en nada ya que conversamos con los turistas que van con nosotros en el vehículo, un vasco, una chilena, dos franceses y nosotros. Delante va una canadiense y suponemos un norteamericano.

En la guía pone que se haga una ruta circular. Hay dos horas y media a la Reserva Natural de Acaime. El sendero baja y se pasa por una piscifactoría de truchas. El primer tramo del sendero atraviesa prados y palmas de cera. El segundo tramo se adentra en un bosque nuboso.

Puente en el camino del valle a Cocora

A nosotros nos habían dicho el día anterior que no hacía falta que diéramos toda la vuelta ya que lo bonito que eran las palmas de cera se veía justo al lado de donde te dejaban los willys en un prado. Damos un paseo hasta un momento que el camino se hace imposible para ir sin caballos, tendríamos que vadear un rio que baja con bastante agua.

El lechero

Volvemos y en el camino nos encontramos un señor a caballo y otro que va por delante con unas lecheras metálicas de toda la vida y que se para en una cancela a esperar. Le preguntamos si va a ordeñar las vacas y nos dice que ya fue a las 4 y media de la mañana, y ya volvía de dejarla en Salento. Su señora se queda un rato con nosotros y nos sigue contando que son desplazados por la guerrilla. Que un día llegaron los de la guerrilla y les dijeron que se tenían que ir con lo puesto. Tenía miedo de que les dijera que sus hijos se tenían que unir a la guerrilla, pero “tuvieron suerte” y “solo” tuvieron que dejar toda su casa, su trabajo, su vida etc. A pesar de todo daba gracias a Dios de que todos estuvieran bien, su hija ya tenía una bebe, su hijo acababa el instituto este año y la pequeña de 10 años iba a la escuela a Salento.

Llevaban 8 meses en esa finca donde la cuidaban y tenían una casa muy humilde pero eran felices a pesar de todo, ya que según nos decía hay mucho ejército y no hay guerrilla, todo muy tranquilo.

Nos invita a su casa que nos hace un sancocho, que mata una gallina y dentro de lo poco que tiene que vayamos que estaría encantada de invitarnos. Nosotros no aceptamos, pero decimos que la próxima vez, sí que iremos a su casa. Dan mucho que pensar estos encuentros fortuitos.

Tres soldados antiguerrilleros

Mucha gente alquila caballos para hacer una parte de esta excursión, con lo que hay muchos en las cercanías. Vemos a un chico que sobre la marcha está herrando un caballo ya que tiene la herradura un poco floja.

Hay algún restaurante y algunos puestecillos para comer algo o beber mientras se espera el willy para volver a Salento.

A la vuelta vamos al mismo sitio a comer pero no acertamos ya que la carne a pesar de decir que esté poco hecha es una suela de zapato y la cerveza al pedir Águila nos la cobran a “3000 pesos”, un robo. No hay más días, pero no volveríamos más.

Preguntamos para que nos lleven en willy a una finca cafetera pero nos piden 20.000 pesos ida. Como es pronto y está un poco nublado nos vamos andando. Las informaciones son contradictorias, unos dicen que una hora andando, otros que hora y media. Al final solo es una horita, pasando por finquitas sencillas con sus perritos, gatos y la gente que se asoma a la puerta cuando oye a alguien que pasa por su puerta y te da conversación.

En esta montañosa región es donde se produce la mayor parte del mundialmente conocido como café de Colombia. Las plantaciones de este vigoroso arbusto cubren laderas y valles, y el fruto maduro ofrece su color rojo en medio del follaje verde y brillante. El grano tostado del café aromatizas el aire por doquier y es el gran protagonista de esta zona.

Hay 3 provincias que conforman una superficie en forma de triangulo: Caldas, Risaralda y Quindio. Es el llamado triangulo del café o eje cafetero de Colombia, con sus capitales: Manizales, Pereira y Armenia.

En este placentero ambiente es posible observar la artesanal y cuidadosa forma de sembrado, recolección y selección para obtener uno de los cafés más suaves y aromáticos del mundo.

Exhuberantes plantas alrededor de las de café

Las primeras plantas de café que llegaron a Colombia provinieron de las Antillas en el Caribe, en la época colonial. Pero la historia de esta planta proviene de una remota región del mundo. Cuenta la leyenda que un pastor de cabras, llamado Kaldi, llevaba a su rebaño por las altiplanicies de Abisinia, hoy Etiopia, donde de modo silvestre crecían estas plantas de hoja verde y frutos como cerezas. Sus animales se comieron las hojas y los frutos, y luego saltaron y brincaron con mucha energía. Al masticar el propio pastor las hojas, tuvo la misma sensación de euforia. Arrancó los frutos y los llevó al abad de un monasterio cercano, quien los hirvió hasta obtener una bebida muy amarga. Al no ser de su agrado, arrojó los frutos al fuego. De la hoguera surgió un exquisito aroma, que resultó en la primera experiencia aromática con el café. Hoy se conocen más de 800 compuestos aromáticos en el grano. Hoy se cultiva en 65 países, todos ubicados en los trópicos. Cerca de mil cuatrocientos millones de tazas de café se sirven cada día en el planeta y para cada una se necesitan 40 granos de café.

Aquí es donde las haciendas cafeteras han abierto sus puertas al alojamiento de turistas, grandes casonas coloridas, algunas de mediados del siglo XIX, con una arquitectura criolla.

Nos recomiendan la finca de Don Elías, porque según nos dicen en la del Ocaso que está 200 metros antes, hace las visitas sin ganas ni convicción. Nos recibe el nieto de Don Elías y nos lleva por la finca enseñándonos los 3 tipos de planta de café que existen en Colombia. Está la arábiga y dos colombianas una que da el fruto rojo y otro el fruto amarillo.

Las diferencias entre las dos colombianas y la arábiga son grandes ya que mientras las colombianas dan fruto todo el año, además de la gran cosecha que se recolecta en mayo, la arábiga solo da una cosecha. Las colombianas hay que podarlas a los 7 años, y esto se puede hacer 3 veces. En ese momento hay que arrancar la planta y poner una nueva. La arábiga puede durar 30 o más años. Nos comenta que la mayoría de cafeteros tienen las colombianas porque así pueden ir recogiendo fruto todo el año.

Al lado de las plantas jóvenes ponen otros cultivos de frutas y hortalizas para aprovechar mientras la planta crece y empieza a dar frutos. Nos dice que es para consumo propio, pero que si hay mucha cosecha la venden en el mercado. Ellos se han especializado en café orgánico que se paga mejor que el otro. Utilizan las plantas que salen alrededor de las de café, los restos de comida, plantas resecas, todo absolutamente lo trituran y es el compost y abono que ponen en las plantas de café.

En el momento que recogen los granos del café lo llevan a quitarle la parte de fuera con una máquina con una manivela que los descascarilla. Se tiene que dejar un día para que fermente y después se lava bien, ya que sale con un líquido baboso. Después se deja secar durante 3 semanas más o menos, removiéndolo de vez en cuando. En el momento que está seco se pasa por otra máquina que le quita la piel. Es el momento de tostarlo en una cacerola en el fuego durante una hora se va removiendo sin parar. En ese momento ya está tostado y luego por una máquina como las que se utilizaban antes para hacer carne picada se muele.

El proceso es largo y el aroma que desprende incluso para los no muy cafeteros es muy agradable. Nos dan una taza de café recién molido y sabe a gloria. Ha acabado el tour que cuesta 5000 pesos por persona. Nos abandona nuestro guía pues ha venido otra turista y se lo va a explicar todo tan amablemente como ha hecho con nosotros.

A las 4:30 y a las 5:30, pasa el willy público que es el que cogemos para volver a Salento por 2500 pesos por persona.

Nos apetece cenar una ensalada pero como las que hacen aquí no son demasiado buenas, vamos a comprar los ingredientes que consisten en aguacate, tomate, cebolla, queso, atún “Isabel”, pan y para postres mango y plátanos. Un festín, con nuestra cervecita de rigor.

Día 11 SALENTO – ARMENIA – BOGOTA

Salimos después de desayunar a coger la buseta que nos lleva a Armenia por 3400 pesos. Tarda más de 1 hora en llegar a la estación de buses de Armenia. Allí el primer bus que sale a Bogotá es de la compañía Expreso Palmira . Nos cuesta 31.000 pesos, pero tiene wifi dentro del bus y lavabo. También pagamos un seguro de vida, un seguro de robo de equipaje y de documentación…. que ya está incluido en el precio. Sale cada dos horas desde las 7:30 AM hasta las 2:00 PM, a partir de aquí sale hasta las 2:00 AM cada hora.

Hay otras compañías como la Flota Magdalena que cuesta el mismo precio y sale desde las 7:30 AM hasta las 11:30 PM cada hora, el expreso Bolivariano que sale a las 8:00 AM y a las 11 PM, pero cuesta 47.000 pesos. Es una compañía más lujosa pero ofrece lo mismo que el resto. Esperemos que no se tenga que utilizar.

La carretera es malísima, ya que tenemos que pasar las cadenas montañosas que atraviesan Colombia de norte a sur para llegar a Bogotá. Pasamos por la bonita ciudad de Cajamarca que nos recuerda a la peruana. Después de 8 horas llegamos a Bogotá a la central de buses donde preguntando en la oficina de turismo nos dicen donde coger un taxi prepago. Nos cuesta 8500 pesos al barrio de la Candelaria donde están la mayoría de los alojamientos mochileros y la mayoría de cosas a ver.

Monna Lisa según Botero

Nos alojamos en el Tip Top, que acaban de abrir (calle 14 con carrera 4) muy cerca del Sue Candelaria donde no había sitio libre. Nos cuesta 80.000 la triple que más que una habitación es un apartamento, con dos habitaciones y cocina. Cerca hay varios restaurantes y sitios de ambiente. A pesar de la fama de peligrosa, Bogotá incluso de noche nos parece acogedora.

Día 12 BOGOTA – MUSEO DEL ORO – FINCA BOLIVAR – MONSERRATE

Hoy es domingo último de mes y todos los museos son gratuitos, lo cual es un problema ya que queremos visitar el Museo del Oro y como nos temíamos hay una gran cola esperando que abran a las 10 de la mañana. Nos ponemos en la cola y a las 10 en punto se abre y vamos entrando poco a poco ya que controlan los bolsos y mochilas, por seguridad.

Atesora más de 55000 piezas de oro y otros materiales de todas las culturas prehispánicas más importantes de Colombia. Todas están expuestas en salas temáticas, que siguen un orden lógico en 3 pisos.

Exquisita pieza de oro

Las exposiciones del segundo piso se centran en los descubrimientos de la región y explican la utilidad de cada pieza. Hay infinidad de imágenes hibridas de oro por ejemplo jaguar-rana, hombre-águila y vale la pena observar las figuritas precolombinas de mujeres zenúsdel norte, pues atestiguan el papel importante que desempeñó la mujer en las ceremonias de culto.

Pieza del museo

La sala Ofrendas del tercer piso repasa la utilidad del oro en los rituales, como por ejemplo los ornamentados tunjos (ofrendas de oro) que se lanzaban en la laguna de Guatavita; el más famoso, aunque hallado cerca de la localidad de Pasca en 1969, una barca de oro sin identificar, conocida como “Balsa muisca”.

Balsa Muisca

Impresionante esta pieza, no es muy grande pero maravillosamente tallada. Hay circuitos guiados aunque hay unos paneles explicativos que te ayudan a entender muchas cosas. Hoy al ser gratuito está lleno de estudiantes que suponemos que los profesores les dicen que vengan hoy a preparar trabajos escolares, porque hay muchos haciendo fotos, pero otros hay con una libreta apuntando las explicaciones de cada pieza. Muchos padres también con sus hijos comentando la exposición. Se ven pectorales, máscaras, poporos, colgantes, brazaletes, collares, recipientes y cientos de figuras de notable calidad.

Hay centenares de piezas de Oro de las culturas prehispánicas

La tienda tiene reproducciones de muchas de las piezas que se encuentran en el museo, aparte de artesanía de muy buena calidad pero a unos precios en consonancia. Hay que dedicar unas cuantas horas si se quiere disfrutar este museo o mejor verlo en dos días para no saturarte porque llega un momento que no lo aprecias por la cantidad de piezas espectaculares que hay juntas.

Otra pieza de oro de este excepcional Museo

Nos vamos a comer muy cerca del museo en un sitio donde dan pollo asado muy rico y barato ya que cuesta 5800 pesos tres piezas de pollo con patatas y refresco.

Subimos por Avda. Jiménez de Quesada pasando por el Palacio de San Francisco que se levanta en los terrenos que ocupaba el antiguo Convento de San Francisco. Es una imponente obra de planta cuadrada y estilo neoclásico cuyo diseño y construcción se debe a Jaramillo y Lelarge.

La fachada principal está dividida en tres cuerpos: el primero comprende el acceso principal y la ventanería coronada por arcos rebajados; el segundo, de dos pisos, posee ventanas rectangulares dispuestas de manera simétrica y el tercero es un ático macizo con una pequeña balaustrada como remate.

La Iglesia de San Francisco se merece una visita. Se empezó a construir tan sólo 20 años después de la fundación de Bogotá. En su rica ornamentación se resume la inagotable labor artística de talladores, escultores, artesanos y pintores criollos y extranjeros. Su altar mayor, fabulosa creación de García de Ascucha es una obra maestra del tallado colonial santafereño. El artesanado mudéjar y las obras, catalogadas entre las más valiosas de la imaginería virreinal española del siglo XVII, la hacen una obra de especial significancia e importancia.

Pasamos por la Iglesia de la Veracruz, Iglesia de la Tercera y el parque Santander. Aquí se emplazó la ermita del Humilladero, modesta construcción que acompañó durante 300 años la historia de Bogotá. En el marco de la vieja plazuela habitaron conquistadores, encomenderos y personajes de la vida pública y política. Fue mercado público y escenario de innumerables sucesos de la historia capitalina. Actualmente acoge al edificio de Avianca, el del Banco de la República, el museo del Oro etc.

Más adelante nos encontramos con el Parque de los periodistas, la Academia de la Lengua y al fin llegamos a la Quinta de Bolívar. En 1820 esta quinta fue adquirida por el gobierno de la nueva Granada y obsequiada al Libertador como muestra de gratitud por su consagración a la causa de la Independencia. La quinta le sirvió a Bolívar como lugar de descanso y de celebración por las victorias militares; allí se refugió luego de la conspiración septembrina y la desintegración de la Gran Colombia. Antes de su viaje postrero a Santa Marta se la obsequió a su amigo José Ignacio París. Posteriormente se utilizó como colegio de señoritas, fábrica de pita y hospital. La compró el estado y se ha restaurado últimamente buscando que sus salas luzcan como eran cuando vivió aquí Bolívar. Se pueden visitar los salones de Manuelita, el gran salón, el comedor, el salón de juegos y la alcoba del Libertador. También la despensa, la cocina, los graneros, la alcoba de su ayudante de cámara y los bosques, algunos de cuyos árboles, se afirma fueron sembrados por Bolívar. Es una visita muy agradable porque te va explicando anécdotas y la historia de esta finca tan famosa.

Quinta del Bolívar

Muy cerca se encuentra el funicular y el teleférico que sube a Monserrate. También se puede subir los 1500 escalones, lo cual lo hace mucha gente como penitencia. Nosotros como no vemos esa necesidad de penitencia compramos el tiquet que cuesta 8200 pesos ida y vuelta. Puedes subir y bajar por el funicular/teleférico, se puede combinar libremente.

«La Moreneta» en Bogotá

Coronando la cima del imponente cerro está el Santuario de Monserrate, piadoso sitio de oración y peregrinaje cuya tradición se remonta a la época de la Colonia. La edificación actual, inaugurada en 1920 y sometida a varias remodelaciones, se levanta sobre tramos de construcción y terrenos ocupados antiguamente por una ermita, un monasterio de Cartujos y diversas construcciones religiosas. La configuración actual del templo es de basílica menor y en su altar principal yace el Señor Caído de Monserrate, talla del siglo XVII.

Tiene una capilla con una Virgen de Montserrat, suponemos traída por el Gobierno Catalán ya que hay una senyera al lado. Hemos intentado averiguar cómo ha llegado ahí pero todavía no lo sabemos.

La ubicación del santuario a 3200 metros sobre el nivel del mar, permite admirar una esplendida panorámica de la ciudad. En la cumbre se encuentran los exclusivos restaurantes Casa San Isidro y Casa Santa Clara. El primero funciona como una hermosa casa colonial que le imprime un ambiente acogedor y elegante. El segundo ocupa una construcción santafereña de estilo francés que fue despiezada y vuelta a ensamblar en el cerro. Un poco más arriba hay bastantes tiendas de artesanías procedentes de diversas regiones del país. Si se tiene interés en algo mejor preguntar en varias tiendas ya que los precios difieren bastante de una a otra por el mismo producto.

Bajamos porque queremos ir el cambio de guardia que hay los lunes, miércoles, viernes y domingos según el folleto que nos han dado en turismo a las 5 y media de la tarde en la Casa de Nariño. Cuando llegamos un soldado nos dice que es a las 4 de la tarde y que ya ha acabado todo. Igualmente vamos hacia allá. La casa de Nariño se levanta en el sitio que ocupó la casa donde nació el precursor de la independencia Antonio Nariño. Ha sido sede gubernamental desde 1908 y su configuración actual, de estilo neoclásico, corresponde a la última remodelación culminada en 1979. Comprende la casa privada, el despacho del primer mandatario de la Nación y diferentes dependencias de la Presidencia de la República. Son de especial gusto los salones Amarillo, el de los Gobelinos y el de los Espejos (no vemos ninguno) . El palacio forma parte de un bello conjunto arquitectónico integrado por el observatorio Astronómico, el Patio de Armas y la Plazuela de Núñez y alberga valiosos objetos, obras de arte y mobiliario de las diferentes épocas de la historia colombiana.

Justo al lado está la Iglesia de San Agustín que se remonta a 1575. En 1862 la afectó un grave incendio y el convento se demolió en 1937. Conserva un valioso patrimonio, representado en exquisitas tallas, retablos, pinturas murales y lienzos distribuidos en sus diferentes capillas. La iglesia se ha terminado de restaurar en 1988. El púlpito y el altar mayor son impresionantes.

Iglesia de San Agustín en Bogotá

Interior de la Iglesia de San Agustín

Volvemos por la Plaza Bolívar, antes llamada Plaza Mayor. Su área sirvió durante siglos como escenario de representaciones civiles, marciales y religiosas; mercado público; circo de toros y centro de exhibiciones acrobáticas. Allí fueron ajusticiados los líderes comuneros de la Independencia en 1810. Posteriormente fueron ajusticiados ilustres ciudadanos y en 1819 la multitud acogió a Simón Bolívar acompañado de oficiales y patriotas victoriosos en la batalla de Boyacá que selló la gesta libertadora. En 1821 se pasa a llamar Plaza de la Constitución, hasta mediados del siglo cuando se cambia a Plaza Bolívar. En la plaza se encuentran edificios de distintos estilos como del periodo de la Colonia, la Casa Museo 20 de julio y la Casa de los Comuneros, del siglo XIX, la Catedral primada y el Capitolio Nacional, de la primera mitad del siglo XX, el palacio Cardenalicio y el Edificio Liévano y el Palacio de Justicia de reciente construcción. Hay mucha vigilancia en la zona, mucho control policial y del ejército, que revisa los bolsos cada vez que pasas por un control, aunque con simpatía y una sonrisa.

Día 13  BOGOTA – CARTAGENA DE INDIAS

Vamos a pasear para despedirnos de Bogotá, ya que poco después tenemos el vuelo a Cartagena de Indias. Nos ha costado 175.860 pesos y volamos con Avianca que es la que nos cuesta más barato aunque con la compañía COPA sube solo 2000 pesos.

Vemos un anuncio de una exposición que nos llama la atención y vamos a visitarla. Es el museo Arqueológico que está en la Casa del Marqués de San Jorge. Fue construida a finales del siglo XVII y su propietario por 48 años fue don Jorge Martínez Lozano de Peralta, beneficiado con el título de Marqués de San Jorge en 1787. Fue donada por la familia Restrepo Sáenz a las religiosas Adoratrices quienes después de 27 años la vendieron al Banco Popular que la restauró y convirtió en el Museo actual en 1973.

La casa es una joya arquitectónica representativa de la arquitectura colonial santafereña, con detalles de expresión pictórica encontrados en la restauración de 1994.

La entrada cuesta 3000 pesos y alberga en una sala muebles de la época de la casa, cuadros y un bargueño exquisito. En otras salas hay cerámica precolombina de las culturas prehispánicas que habitaron el territorio nacional, Tairona, Muisca, Guane, Río Magdalena, Quimbaya, Calima, Sinú, Nariño y Tumaco. Está muy bien documentado y va explicando aspectos de cada cultura que te da una idea más clara de lo que ves, aunque solo por el edificio ya vale la pena la visita.

Vamos a coger el avión y después de hora y media llegamos a Cartagena de Indias. Nos han dado una bebida sin alcohol y cuando llegamos el cambio es brutal porque estamos a 34 grados con un sol de justicia.

Cogemos un bus que nos lleva al barrio de Getsemaní por 1700 pesos por persona. Hemos preguntando por un taxi prepago en el aeropuerto y nos han pedido 9500 pesos. La diferencia de precio quizás hace que no valga la pena esperar el bus y la incomodidad de las paradas y que se llene hasta los topes.

Plaza Heredia detrás de la Torre del reloj

Pasamos por el Monumento a la India Catalina situado en la entrada principal del casco antiguo desde el continente. Es un homenaje a los caribes, el grupo étnico que habitó estas tierras antes de la conquista española. La bonita estatua de bronce representa a Catalina, linda mujer Caribe que sirvió de intérprete a Pedro de Heredia a la llegada de los españoles. La estatua fue forjada en 1974 por Eladio Gil, escultor español que reside en Cartagena. Luego nos enteraremos que es una figura polémica ya que por un lado consiguió que su pueblo no sufriese la esclavitud haciéndose amante de Pedro de Heredia, pero eso no fue problema para que el resto de la gente si sufriese el mal trato de los españoles y que se trajesen negros de África para hacer los trabajos que no querían hacer otros.

Cartagena está lleno de figuras de hierrro

Cartagena está llena de turistas, ya que se está celebrando el 52º Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, del 23 al 29 de febrero con más de 150 invitados internacionales, 24 países, 204 proyecciones gratis y más de 100 películas. Entre los invitados está Isabella Rosellini, Gael García Bernal, Alex de la Iglesia, Carmen Maura, Jorge Perugorría etc. El premio precisamente es la India Catalina que le da un aire a los Óscar, ya que también es una figura dorada y esbelta.

Murallas defensivas

Nos cuesta un poco encontrar hotel ya que el hostal Real que tiene muy buena pinta y sale en la LP, está a tope. De allí vamos por las calles colaterales hasta que después de muchos llenos, algunos cutres, otros caros, llegamos al Hotel San Roque que si que tiene una habitación triple muy limpia, con aire acondicionado (muy necesario con este clima), baño y televisión por cable por 110.000 pesos (60 $). Nos la quedamos aunque es cara para lo que hemos estado pagando en este viaje. Está en la calle de la Media Luna, y rodeado de bares donde hay prostitución pero eso nos damos cuenta más tarde. Preguntamos en recepción y nos dicen que hace un tiempo era muy peligroso este barrio porque había continuos robos y homicidios. Llegó a tal punto que la gente se tomó la justicia por su mano y empezaron a matar a la gente que atemorizaba al barrio. Ahora está muy vigilado por la policía ya que al lado del hotel siempre hay una pareja controlándolo todo y alerta para que no pase nada.

San Pedro Claver en la zona amurallada de Cartagena

Tomada posesión de la habitación vamos a visitar la joya de la corona de Colombia. El principal atractivo es la ciudad amurallada interior, que comprende los barrios históricos de El Centro y San Diego. Autentica joya de la arquitectura colonial, está llena de iglesias, monasterios, plazas, palacios y mansiones con balcones colgantes y sombreados patios.

Getsemaní, la ciudad amurallada exterior, es menos impresionante, aunque tiene lugares encantadores y merece la pena ser explorada. Menos orientada al turismo, alberga la mayor concentración de alojamientos económicos y gran parte de la vida nocturna. Es donde nosotros tenemos el hotel San Roque.

El casco antiguo está rodeado por las murallas, gruesos muros levantados para protegerlo de los ataques enemigos. Su construcción se comenzó a finales del siglo XVI, tras el ataque de Francis Drake, ya que hasta ese momento Cartagena había estado indefensa. El proyecto tardó dos siglos en completarse, debido a los continuos daños tanto de tormentas como de ataques piratas. Fue terminado en 1796, 25 años antes de la expulsión de los españoles.

Las murallas son una pieza única de ingeniería militar sorprendentemente bien conservada, a excepción de una parte de los muros frente a La Matuna.

Lo primero que vemos es el Parque Centenario que está cerrado ya que están haciendo obras, el año pasado cumplió 200 años. Alberga unas tiendas de libros de primera y segunda mano en un extremo y el resto está todo levantado y no se puede atravesar.

De aquí pasamos por el Muelle Turístico de Los Pegasos, donde hay unas grandes estatuas de Pegasos, mirando al mar. Enfrente hay un pequeño parque donde hay bustos de los mártires de la revolución contra los españoles con nombres y apellidos y la edad en que murieron.

Hay dos barcos que parecen piratas que se pueden visitar en fin de semana ya que hacen fiestas con música bailable pagando una entrada.

Una de las entradas más bonitas es la Puerta del Reloj, originariamente se llamó boca del Puente y era la entrada principal a la ciudad amurallada interior, conectada a Getsemaní por un puente levadizo sobre el foso. Los laterales de la puerta, actualmente pasarelas abiertas al público, servían antaño de capilla y arsenal. La torre de estilo republicano, con un reloj de cuatro lados, fue añadida en 1888. Siempre hay muchas personas vendiendo artesanías en esta entrada y cuando la traspasas llegas a la Plaza de los Coches.

Al fondo la Cartagena nueva

Antes conocida como plaza de la Yerba, esta plaza triangular hacía las veces de mercado de esclavos. Está rodeada de edificios antiguos con balcones y arcos coloniales en su planta baja. La zona de soportales, conocida como Portal de los Dulces, está hoy flanqueada por puestos de pastelería que venden dulces de la región. La estatua del fundador de la ciudad, Pedro de Heredia se alza en el centro. Aquí cada tarde hay un grupo de bailarines que hacen diversos bailes con unos trajes muy vistosos, que tienen grandes reminiscencias africanos, potenciado porque la mayoría son de raza negra. Luego pasan el sombrero para que la gente les ponga algo. Se lo curran mucho ya que le ponen muchas ganas.

De allí vamos a la Plaza de la Aduana que es la plaza más grande y antigua del casco antiguo. Era utilizada como escenario de desfiles. En la época colonial todos los edificios gubernamentales y administrativos de importancia se encontraban aquí. La antigua Aduana Real fue restaurada y hoy alberga el Ayuntamiento. Está la oficina de turismo, con una chica muy simpática que te informa de todo lo que le preguntas, una sucursal del BBVA y otra del Santander.

Subimos a las murallas donde ahora que se ha puesto el sol sopla una aire muy refrescante para admirar esta obra magnífica que hoy todavía impresiona por su magnitud.

Calles intramuros en Cartagena

Vamos a cenar a la pizzería Colombitalia en la calle de Tripita y media, que es de un italiano que hace pizzas de verdad con una base muy fina, a buen precio.

Al volver al hotel que está muy cerca, vemos un trasiego de mujeres buscando clientes al lado mismo de nuestro hotel y la música a toda potencia que se oye ya que retumba mucho. Menos mal que en la habitación al tener muros gruesos no nos molesta.

Día 14  CARTAGENA DE INDIAS – CASTILLO SAN FELIPE DE BARAJAS

En el precio de la habitación nos entra el desayuno que hay 3 opciones o desayuno continental, yogurt con cereales o arepa. No vale mucho la pena ya que por ejemplo el zumo es de polvos, y no estamos acostumbrados, ya que siempre nos han dado en el viaje zumo natural.

Estatua de Botero de la mujer estirada

Volvemos hacia las murallas porque las queremos pasear por su totalidad ya que anoche había anochecido y las vimos poco. Llegamos a las Bóvedas que son 23 mazmorras construidas entre 1792 y 1796 en las murallas de la ciudad, que en esta parte miden más de 15 metros de grosor. Destinadas a uso militar, constituyen la última edificación importante de la época colonial. Fueron utilizadas por los españoles como almacén de municiones y provisiones. Posteriormente se transformaron en prisión y hoy albergan tiendas de artesanía y recuerdos.

Se encuentran localizadas entre los Fuertes Santa Clara y Santa Catalina. Al lado está el Museo de las Fortificaciones que fue inagurado en 1994 reuniendo piezas de los monumentos fortificados de Cartagena y museos de sitio del baluarte de Santa Catalina y Fuerte de San Bernardo de Bocachicaetc. Se puede visitar 70 metros del interior de la muralla y donde se almacenaban las municiones. Cuesta 8000 pesos pero no nos parece nada interesante y no lo visitamos, aunque el vigilante nos hace una pequeña rebaja.

Por las calles…

Pasamos por el Templo de Santo Domingo, el más antiguo y el más venerado de la ciudad. En su interior se encuentra el milagroso “Santo Cristo de la Expiración”, una hermosa escultura en madera, que según la leyenda fue tallada por un ángel a principios del siglo XVII. Junto con el claustro vecino, el templo formaba el convento de los Frailes predicadores, más conocidos como los Dominicos, cuya misión fue la defensa de los indios contra los abusos de los conquistadores.

El templo y su claustro, empezaron a construirse a mediados del siglo XVI, a pocos pasos del Mar Caribe, en una playa alejada de lo que era entonces el bullicio de la ciudad. Los dominicos buscaban la paz espiritual, pero el terreno no era el adecuado para su ambiciosa obra, por lo que el templo ha sufrido a lo largo de su historia varios derrumbes y reconstrucciones. Para evitar que se viniera al suelo, le fueron agregados refuerzos al interior y al exterior, tan notorios que dan nombre al vecino callejón.

Un templo lleno de leyendas como aquella que dice, que el arco de su coro, se caerá un Viernes Santo sobre los feligreses impíos y otra que cuenta que el demonio, bajo la forma de un eminente ingeniero, intentó convencer a fray Francisco, de construir un campanario más elegante para el templo; pero el fraile descubrió el engaño y alejó al demonio: ¡Vade Retro! Éste intentó derribar la torre, pero solo logró torcerla un poco antes de desaparecer.

Fortaleza de San Felipe

Volvemos hacia el barrio de Getsemaní, que es un barrio vivido, las esquinas llenas de gente, los vecinos charlando en las puertas, y alguna canción vallenata que se escucha.

Hay un autentico festín de colores en las fachadas de sus casas, amarillas, naranjas, verdes, azules, rojas, como salidas de los lienzos de los grandes pintores. Casi todas las casas tienen nombres, otras conservan el letrero de los negocios que allí funcionaban como la fábrica de cepillos Asear en la Plaza del Pozo.

Fortaleza de San Felipe

Los patios de las casas son espaciosos y están llenos de plantas, y flores. La frescura, arcos y la altura de las paredes son aspectos característicos de las casas que aunque restauradas, aún conservan la esencia colonial.

Tiene iglesias como la Santísima Trinidad, la de San Roque, de la Tercera Orden, el Camellón de los mártires etc.

En la calle de la Media Luna está la edificación más significativa que es el club Cartagena. De su fachada sobresalen las claraboyas elípticas y sus balcones apretados delante de inmensas ventanas. Pero vale la pena perderse por las calles y fijarse en los miles de detalles que dan fe de la importancia de este barrio.

Murallas defensivas

A la tarde vamos al castillo de San Felipe de Barajas, que está a 10 minutos de nuestro hotel con lo que vamos andando. Cuesta la friolera de 17000 pesos (9,5 $).

Fue construido en el año 1657 siendo gobernador Don Pedro Zapata de Mendoza, según planos del ingeniero holandés Ricardo Carr. Posteriormente el ingeniero militar Antonio de Arévalo realizó obras adicionales consistentes en baterías colaterales y comunicaciones subterráneas.

Te dan un pequeño folleto donde te ponen las cosas que vas a ir viendo, entras por la rampa de acceso, su frente está hacia el Cerro de la Popa para proteger con su artillería el único camino de comunicación de la ciudad con tierra firme a través de la Puerta de la Media Luna.

Llegamos a la Batería de la redención, desde aquí se podía cruzar fuego con todas las baterías colaterales, logrando de esta forma controlar todos los cerros que dominaban el de San Lazaro. Más adelante está el fuerte primitivo donde encontramos la Puerta del Castillo, la Espadaña, la Casa del Castellano que ahora es una tienda de artesanías, pero que antes era el cuartel para la tropa y el cuerpo de guardia, el aljibe, el tendal y la garita.

tradición artillera

La falsabraga, nos encontramos con una plataforma artillada que tenía como función proteger la Batería de la Redención y comunicar la Batería de Santa Bárbara con el resto del castillo. Esta batería consta de 7 cañones que cubren el cerro de la Popa y el camino del Pie de la Popa. La Batería del Hornabeque, tiene 6 troneras para igual número de cañones. Ahora está un mástil con la bandera nacional.

En la parte este del castillo aparece la Batería de la Cruz, la cual disponía de 8 cañones para la defensa y el ataque, luego la batería de San Carlos y los apóstoles donde está ubicado el hospital de tropa. Los puentes suelen ser levadizos, durmientes o estables y se apoyan sobre una base de pilares de madera o piedra con barandas de madera a sus lados.

Para acabar nos encontramos con la galería magistral que perfora el perímetro del cerro y de ella parten hacia el exterior de la colina ramales ciegos terminados en forma de martillos para colocar ahí toneles de pólvora que permitieran volar los alrededores de la fortaleza debajo de los pies de las tropas de asalto.

Un complejo sistema de túneles conectaba puntos estratégicos de la fortaleza para distribuir provisiones y facilitar la evacuación. Estaban construidos de tal manera que el sonido reverbera por todo su recorrido, lo que permitía escuchar hasta el más mínimo movimiento de los enemigos, además de facilitar la comunicación en el interior. Algunos se pueden visitar, pero es un paseo inquietante que las personas claustrofóbicas no lo soportan y se tienen que salir como de hecho nos pasa con una turista. Si contratas un guía te informa de muchas cosas porque no hay un solo cartel con la mínima explicación, solo un pequeño folleto no demasiado claro, de hecho vemos una guía y nos acoplamos con unos turistas y así podemos visitar y enterarnos de algo de los túneles.

Para cenar vamos a la pizzería Colombitalia.

Día 15 CARTAGENA DE INDIAS – FUERTE DE SAN FERNANDO BOCACHICA – CARTAGENA DE INDIAS

Nos acercamos al muelle turístico donde compramos la boleta para el taxi acuático por 5000 pesos y tenemos que pagar 3000 pesos por uso del muelle. Evidentemente solo lo pagamos los turistas. Hasta que no se llene no salimos y cogen 22 o 23 personas, ya que si llega alguno pues no se le va a dejar en tierra. Después de media hora de travesía llegamos a Bocachica. Es una población decrepita, muy pobre, con todos los habitantes de raza negra descendientes de los esclavos que trajeron de África para trabajar en los campos, ya que los indígenas se morían rápido y no resistían. Se ven muchos niños pequeños, el índice de natalidad en Colombia son 5 niños por mujer pero aquí creemos que lo supera. El barco nos deja bastante alejados del fuerte de San Fernando y cae un sol de justicia.

Puerta al Fuerte de San Fernando

El Fuerte se construyó en la Isla de Cárex, hoy Tierra Bonita, según el proyecto preparado por Juan Bautista Mac-Evan. Se empezó a construir el día 12 de marzo de 1753. El Fuerte tiene traza de herradura de caballo, con dos baluartes hacia el Norte, sector de tierra, que se denominan el Rey y la Reina y hacia el Sur o del Canal de Bocachica está dotado de fosos húmedos, contra escarpa sin camino cubierto. Cuesta 9000 pesos la entrada y te incluye la visita a la Batería del Ángel San Rafael que fue una de las piezas claves de la defensa del canal durante el último tercio del siglo XVIII, cuando el rompimiento de las relaciones de España con Inglaterra propició la edificación de nuevas baterías para asegurar la entrada a la bahía de Cartagena. Surgieron también, con esta, las baterías colaterales de San Fernando (Santiago y San Juan Francisco de Regis).

Foso y defensas del Fuerte de San fernando

Visitamos el fuerte y unos trabajadores que están transportando troncos adentro del fuerte nos cuentan que la Batería del Ángel San Rafael está comunicada con este que estamos ahora por túneles subterráneos. Somos 4 turistas en este momento y no creemos que vengan muchos más. Está todo muy dejado y sucio. Nos acosan vendedores de bisutería, dueños de restaurantes, guías etc. Nos da pena pero no podemos nosotros solucionar sus problemas. Se nota que el gobierno los ha dejado a sus expensas y no se salen.

Hicimos buenos amigos aunque estaban un poco «colgados»

No sabemos si subir a la Batería pero cuando llegamos al embarcadero va a salir una lancha y nos dicen que la siguiente igual es dentro de 2 horas. Como no tenemos tanto interés nos vamos a la lancha. Los únicos lugares que quedan vacios son los de delante, que ya hemos observado que son los últimos en ocuparse, y en este viaje entendemos el porqué.

Patio de armas

La mar está un poco picada y damos unos botes en la lancha que tememos rompernos algún hueso. La gente se agacha y no mira. Rezamos para que acabe el trayecto porque lo pasamos fatal. Al final vamos sin sentarnos para intentar llegar sin nada roto. Después de 25 minutos de tortura parece que no nos hemos roto nada.

Vamos a comer a nuestro barrio un menú de 5500 pesos que consta de una sopita de verduras muy rica y un plato con una pechuga de pollo muy jugosa con arroz, frijoles y ensalada.

Cuando pasa un poco el calor nos vamos al casco viejo a pasear por sus calles llenas de casas coloniales tan bonitas. Pasamos por la Iglesia de Santo Toribio que es la iglesia parroquial del barrio de San Diego y hace ángulo con la plaza dedicada al prócer Fernández de Madrid. Su nombre completo es Santo Toribio de Mogrovejo y es otra muestra de la arquitectura religiosa que data de 1665.

Aunque de pequeñas proporciones, es acogedora y bella en su interior, donde se destaca el hermoso trabajo artesanal del altar mayor, tallado en laca negra y recubierta en lámina de oro. Pueden admirarse dos artísticas pilas de agua bendita, y el lavamanos de la sacristía, piezas de alabastro labrado al estilo renacimiento sevillano, y como curiosidad, la bola de cañón empotrada en el muro del evangelio, disparada por algún barco de la escuadra de Vernon y que no causó daños a la estructura.

Cerca de las murallas se encuentra el Teatro Heredia, que fue construido sobre las ruinas de la antigua iglesia de la Merced de 1625. En 1906 se comenzaron las obras y en 1911 se inauguró para la conmemoración del primer Centenario de la Independencia de Cartagena, con el nombre de Teatro Municipal.

En 1933, se rebautizó como Teatro Heredia, al conmemorarse el IV Centenario de la ciudad, y se inició el periodo más importante del teatro. El deterioro de la estructura y de sus elementos decorativos, ocasionó el cierre definitivo del teatro a finales de la década. Desde 1970, el teatro fue recientemente restaurado y su nombre en la actualidad es Teatro Heredia Adolfo Mejía.

Pasamos por el supermercado porque nos queremos hacer una ensalada y comprar un poco de fruta.

Llegamos al hotel y nos ponemos las botas con la ensalada que preparamos y nuestras cervecitas fresquitas.

Día 16 CARTAGENA DE INDIAS – MUSEO DEL ORO DEL ZENÚ

Hoy queremos informarnos de los barcos que van a Panamá. Aunque en este viaje por problemas de tiempo no podremos hacerlo, nos interesa esa posibilidad por si volvemos. Nos han dicho en la oficina de turismo que vayamos al puerto náutico y que preguntemos allí. Añade que es un trato entre particulares y que si algo sale mal no podremos reclamar nada porque es un capitán de barco que te ofrece una travesía y es muy relativo lo que te van a dar por la cantidad que pagas.

Llegamos andando desde nuestro hotel ya que está relativamente cerca. Pasamos por la entrada pero como está tan dejado y sucio no nos parece que sea allí. Andamos un poco más pero volvemos y al preguntar a un vigilante nos dice que esperemos y llama a alguien que nos dice que él tiene un velero de 42 pies (14 metros más o menos) para 7 personas. Tiene previsto salir al cabo de 3 días cuando encuentre si nosotros nos decidimos a 4 personas más.

El coste es de 450 $ e incluye 5 días, 4 noches con pensión completa con bebidas pero sin alcohol. Dice que tiene camarotes para dormir y que los dos primeros días son de navegación. En estas fechas es movidita ya que se levanta un viento por la tarde muy violento, pero que luego se llega a las islas de San Blas donde se convive con una familia kuna, se hace snorkel y para acabar te dejan en Portobello donde se pueden coger buses para llegar a Panamá City.

Estatua a Bolívar en la Plaza delante de la Catedral

Lleva 20 años haciendo el trayecto y según parece tiene mucha experiencia. Nos da buenas vibraciones pero no lo vamos a hacer ya que tenemos vuelo a Panamá para el día siguiente.

De aquí nos vamos al Museo de Oro Zenú. Es muy pequeño comparado con el de Bogotá pero está en una casa muy bonita y vale la pena dedicarle un rato ya que además es gratis.

Aunque pequeño ofrece una buena colección de oro y cerámica del pueblo sinú o Zenú, que habitó la región de los actuales departamentos de Bolívar, Córdoba, Sucre y el norte de Antioquía con anterioridad a la conquista española. Algunas piezas son exquisitas. Solo hay un pequeño problema y es la cantidad de turistas norteamericanos de cruceros que invaden toda Cartagena. Van en pequeños grupos con su guía, pero teniendo en cuenta que un crucero tiene como mínimo a 1000 personas te los encuentras en todos sitios. Son bastante escandalosos y en el museo van con el guía que les va explicando a gritos algunas de las cosas que van viendo.

Casas en las calles de Cartagena

Cuando salimos vemos una escena que nos pone de los nervios ya que una americana entrada en carnes como la mayoría se hace una foto con una vendedora de frutas que va vestida de una manera muy folklórica con un cesto en la cabeza con piñas, sandías y otras frutas y le paga 5 $!!!!!.

Eso hace mucho daño, porque luego te piden dinero por las fotos aunque las hagas a distancia y el precio de las cosas se multiplica ya que esta gente llega con dólares y muy poco tiempo para poder hacer compras, ya que están como dos horas y ya vuelven al barco, con lo que aceptan los precios locos que les piden los vendedores.

El museo está justo enfrente de la Plaza Bolívar, que es muy agradable porque hay grandes árboles que dan sombra y sopla una suave brisa. Está rodeada de algunos de los más elegantes edificios coloniales con balcones de la ciudad. En su centro hay una estatua de Bolívar.

Uno de los edificios que se encuentra es el Museo de la Inquisición. Es uno de los mejores edificios de la ciudad. Fue la sede del Tribunal de castigo del Santo Oficio desde 1610, aunque no se terminó de construir hasta 1776. Tiene una magnífica entrada barroca de piedra con el escudo de armas español en la parte superior y largos balcones en su fachada. En el muro lateral, al doblar la esquina desde la entrada, hay una pequeña ventana con una cruz encima. Los herejes eran denunciados aquí y en ese momento el Santo Oficio instaba el proceso. Los principales delitos los constituían la magia, la brujería y la blasfemia; cuando los inculpados eran declarados culpables se les sentenciaban a muerte en un auto de fe público. Hubo 5 autos de fe y 800 personas fueron condenadas a muerte y ejecutadas. La inquisición no juzgaba a los indígenas porque no los consideraban personas.

Hoy es un museo que exhibe instrumentos de tortura, cerámica precolombina y objetos históricos como armas o muebles. El precio son 14000 pesos, lo cual nos parece un poco abusivo y no entramos.

Nos acercamos a la Iglesia de San Pedro Claver. Fue fundado por los jesuitas y su nombre era San Ignacio de Loyola. Su nombre fue cambiado en honor al monje español Pedro Claver que vivió y murió entre sus muros. Conocido como apóstol de los negros o esclavo de los esclavos. Pasó toda su vida cuidando de los esclavos que venían de África. En 1888 se convirtió en la primera persona canonizada del Nuevo Mundo. El convento es un edificio monumental de tres plantas en torno a un patio arbolado, y una parte de él funciona como museo. Cuesta 9000 pesos y nos explican que hay una exposición de cuadros de un pintor de Cartagena, lo cual hace que no entremos a visitarlo. La iglesia posee una imponente fachada de piedra y en su interior hay magnificas vidrieras y un altar mayor de mármol italiano. La calavera de San Pedro Claver se puede ver en un ataúd de cristal.

Pasamos por la Catedral que hoy está abierta. Las obras dieron comienzo en 1575, pero en 1586, aún en construcción, fue parcialmente destruida por los cañones de Francis Drake y no se finalizó hasta 1612. En 1923 el primer arzobispo de Cartagena cubrió el templo de estuco y lo pintó para que pareciera mármol; además, encargó la cúpula de la torre. Los trabajos de restauración han dejado al descubierto la piedra caliza del exterior. A excepción de la parte alta de la torre, la iglesia ha conservado básicamente su forma original. De aspecto similar a un fuerte, su interior está decorado con sencillez, consta de 3 naves y grandes arcos semicirculares apoyados sobre elevadas columnas de piedra. Tiene un retablo de pan de oro del siglo XVIII.

Se pueden alquilar audio guías en varios sitios como en la misma Catedral, el Castillo de San Felipe de Barajas, el Templo de San Domingo que cuestan cada uno de ellos unos 20.000 pesos. Hay uno para todo el casco histórico de Cartagena que se llama la Cartagena de Gabriel García Marques que cuesta 39.000 pesos y te los dejan 4 horas. Todo en Cartagena es carísimo, no lo encontramos proporcional según lo que hemos visto en el resto de Colombia, abusan de la fama que tiene la ciudad y que sea la más visitada.

Como ya es una hora adecuada para comer nos vamos a comer un vaso con trozos de sandía por 1000 pesos muy rica y refrescante. Después vamos a una cadena de comidas de pollo que se llama Kokorico, donde encargamos un cuarto de pollo pero no lo recomendamos porque no vale nada el pollo y el acompañamiento es algo hecho de maíz que le llaman bollo pero que no sabe a nada.

Vamos al hotel a pasar las horas duras de calor en la habitación con aire acondicionado que tenemos.

Pasamos por un hostel muy cerca de nuestro hotel y hay una lista de barcos que van a salir los próximos días hacia Panamá con el nombre del barco, gente que coge, precio y día previsto de salida.

Para cenar vamos a la Pizzería Colombitalia en la calle Tripita y media que nos tratan muy bien y la pizza está muy buena y a buen precio.

Día 17  CARTAGENA DE INDIAS – PANAMÁ

Después de pasear y despedirnos de Cartagena a las 11 cogemos un taxi que nos cobra 10000 pesos por llevarnos en 10 minutos al aeropuerto. Antes hemos cambiado en una agencia los pesos que nos quedaban por los que nos dan un cambio bueno. Esta agencia está muy cerca de la torre del reloj aunque cerca siempre hay timadores que te ofrecen unos cambios irreales pero que algún turista crédulo admite perdiendo todos sus dólares. Días anteriores nos lo han contado para que tengamos cuidado. Si el cambio está a 1780 pesos/$, ellos te ofrecen 2100 pesos/$.

Cuando llegamos al aeropuerto no hay demasiada gente para hacer el embarque pero tardamos casi una hora ya que son muy lentos y van dejando pasar gente que ha venido detrás de nosotros por otras colas. Es exasperante pero al final podemos hacer el check-in. Volamos con Copa y nos cuesta el vuelo 625.000 pesos (270 € ). Se aprovechan ya que pasar por tierra no es posible porque está la Selva del Darién y no hay carreteras, aunque haya amigos que lo hayan hecho pero es demasiada aventura para nosotros y creemos que peligrosa. Otra opción es el barco pero descartado por el poco tiempo.

Cuando pasamos el control de seguridad donde nos hacen quitar hasta los zapatos, nos dicen que el avión tiene un retraso de una hora. Nos armamos de paciencia y como hay wifi en la sala de espera, no se hace tan pesado.

En el avión nos dan un bocadillo y una cerveza Balboa, ya de marca panameña.

Después de 40 minutos de vuelo ya estamos en Panamá City, donde aprovechamos para buscar la compañía KLM para cambiar el vuelo y no salir de San José, sino salir de Panamá y no tener que pasar con tan pocos días a Costa Rica. La chica que nos atiende nos dice que no hay problema ya que nosotros teníamos escala en Panamá y aquí cogíamos el vuelo de KLM. Sólo tendremos que pagar las tasas de embarque que son 40 $ cada uno. Estamos contentos ya que era estresante tener que llegar a San José con tan solo 11 días desde que llegamos a Panamá.

Desde el aeropuerto de Tocumen hay tres formas para llegar a la ciudad: la primera es en taxi que cobra 11 $ por persona y te lleva al hotel que les digas, aunque compartes con otros turistas ya que es una furgoneta muy cómoda, otra es con el Metrobus, un sistema que han implantado de autobuses muy modernos con aire acondicionado que va con una tarjeta que cuesta 2 $ a fondo perdido y la has de cargar para hacer los trayectos. Este del aeropuerto cuesta 1,25 $. El problema es que la tarjeta no la venden en el aeropuerto. Otra opción es coger un diablo rojo, que son como las chivas de Colombia, pero un poco mejores y más grandes, esta opción es más barata pero puedes tardar una eternidad ya que va cogiendo clientes durante todo el recorrido y son 38 km. Aparte de que la mayoría conducen de una manera temeraria con la que peligra tu vida y no es broma.

Nosotros cogemos el taxi y en poco rato ya estamos en el hotel Mamallena que la guía recomendaba, que aunque nos habían dicho por mail que ellos no tenían sitio, nos indicarían algún hotel cerca del mismo precio. Nos vamos a ver dos que están al lado el Venecia que la habitación nos pide 50 $ pero es muy pequeña y otro que aún siendo más barato tampoco nos convence. Otra cosa que nos hace decantarnos por otro hotel es la cantidad de basura que hay en esta zona de Caledonia. Cogemos un taxi y por 1 $ por persona nos lleva al Centroamericano que está bastante cerca. Este es un hotel estándar, como sería cualquier hotel en España de 3-4 estrellas, limpio con televisión por cable, aire acondicionado y lavabo con champús, secador etc. Nos piden por la triple 66 $ y nos la quedamos.

Panamá tiene 3,5 millones de habitantes, con 9 provincias y 5 comarcas. La tasa de alfabetismo es del 90%. La moneda es el Balboa, pero funciona con $ de USA. Solo las monedas son diferentes a las norteamericanas. La ciudad cuenta con 700.000 habitantes.

Sky-line del Panamá moderno

De día y de noche el Casco Antiguo de la ciudad de Panamá es una atracción por si mismo. La ciudad amurallada fue fundada en 1673 sobre un promontorio que los padres de la ciudad consideraron más defendible que la ciudad original en el otro lado de la bahía, la cual fue saqueada y destruida por el pirata inglés Henry Morgan.

La ciudad continuó siendo el centro administrativo y social de lo que entonces era la provincia colombiana de Panamá, hasta mucho después de que el país alcanzó la independencia en 1903, pero poco a poco empezó a deteriorarse.

Durante la última década, siendo declarada Patrimonio de la Humanidad, el casco antiguo ha experimentado un dramático renacimiento. Muchos edificios han sido restaurados a su gloria colonial. Los comercios y restaurantes están prosperando y los turistas disfrutan de las hermosas plazas, iglesias y arquitectura. Aunque todavía hay grandes zonas muy depauperadas y en un estado deplorable. Para los visitantes como nosotros, ofrece una sensación única de tradición y transición.

Con el problema hotel resuelto, cogemos un taxi que por 2,5 $ nos deja en el Casco antiguo de Panamá.

El taxi nos deja en la Plaza de la Independencia, donde los bustos de los padres fundadores circundan la plaza, y son los que declararon su intención de separarse de Colombia y crear su propio país independiente en 1903. La precede la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción. Sus torres están cubiertas con madreperla de la Isla de las Perlas. A un costado está el Museo del Canal Interoceánico.

De aquí después de un corto paseo llegamos a la Plaza de Francia, toda en obras, con lo que no se puede apreciar toda su belleza. Se construyó en memoria de los más de 20000 trabajadores, en su mayoría afroantillanos, que murieron en el intento francés de construir el canal a finales del siglo XIX. Presidida por un obelisco, con un gallo en la cúspide, donado por el gobierno francés. Se llama así ya que la Embajada Francesa está muy cerca. Está rodeada de bustos, estatuas y placas de mármol que sirven para conmemorar la memoria de los muertos.

Justo a la izquierda nos encontramos con las Bóvedas, el nombre del antiguo bastión defensivo que se ubicaba aquí. Fue el principal cuartel de la ciudad, y luego tomó el nombre de cuartel de Chiriquí. Este fue el lugar donde se ejecutó al héroe nacional Victoriano Lorenzo, tras la guerra de los Mil días. De hecho las Bóvedas, las utilizaron como cárcel, tanto los españoles como los colombianos. Hay historias de que prisioneros fueron encadenados a las afueras de estos calabozos durante la marea baja y eran dejados allí para encarar la marea alta. Las mareas pueden llegar hasta los 17 pies.

Como tenemos un poco de hambre buscamos un restaurante. Cerca de las Bóvedasvemos una pizzería que tiene un emplazamiento buenísimo enfrente del mar y es muy coqueto. El servicio no es tan bueno como aparentaba, ya que sirven dos platos y se olvidan de uno. El precio es abusivo, ya que suman el 10% de servicio y el 7% de impuestos.

Volviendo para coger un taxi pasamos por la Iglesia del Altar de Oro o iglesia de San José. La leyenda dice que cuando el pirata Morgan quemaba y saqueaba la primera ciudad, un cura habilidoso hizo que el gran altar se pintara con brea negra para que su valor real no fuera aparente. Está en la Avenida A. Está labrado en caoba y fue casi lo único que se libró del incendio provocado por Henry Morgan. Tenemos suerte ya que hay una boda y vemos a la alta sociedad de Panamá vestida con sus mejores galas para la ceremonia. Todas las mujeres van con vestidos largos y taconazos con joyas espectaculares. Algunos se cansan antes de que acabe y van a buscar los coches para ir al convite. No nos invitan con lo que cogemos un taxi y nos vamos a nuestro hotel.

Y continúa nuestra aventura en Panamá

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